Prever el precio de la fruta de cara a la estación de verano, dentro de poco más de un mes, resulta difícil teniendo en cuenta el contexto actual de incertidumbre que arrastra diferentes acondicionados: la pandemia, la guerra de Ucrania, la sequía y las derivadas como la inflación. Pero hay una conclusión clara que los expertos consultados para ON ECONOMIA resumen de la siguiente manera: "Comeremos menos fruta". La respuesta viene motivada por el alza de precios, pero también por una falta de producto en términos generales.
En paralelo, a primera vista, hay que diferenciar las frutas, con un mercado mucho más incierto que el de las verduras, pero claramente diferenciado las unas con las otras. No es lo mismo una fruta de esta época o una de hueso, entre otros condicionantes. Francesc Reguant, Presidente de la Comisión de Economía Agroalimentaria del Colegio de Economistas de Catalunya, nos indica que "el mercado subirá en un contexto de mercado mucho más inestable en las frutas que las verduras. Y la respuesta hace falta encontrarla en el contexto, la historia que estamos arrastrando".
El problema de la fruta de hueso
El punto determinante en los precios de este verano será la sequía. España y, en concreto, Catalunya con respecto a la fruta de hueso, es la más importante exportadora del Estado y también de las más influyentes por toda Europa. Si bien es cierto que se puede sacar la fruta de otro lugar, en conjunto el Estado español, es una gran productora europea de fruta y si queremos encontrar fruta de hueso hay que ir a buscarla en climas mediterráneos y los más similares los encontramos en California y en pocos lugares más. Por otra parte, la demanda del verano es demasiado próxima para que mercados como el de Sudáfrica puedan responder, ya que tendrán, pero dentro de seis meses.
Aumentos del 150%
Si vamos al detalle, la tendencia es muy negativa. Los albaricoques, en el mes de mayo, han subido un 150% respeto en mayo del 2022. De estos, se tiene que tener en cuenta que no han sufrido la sequía de forma tan agravada, ya que son frutos primaverales y, unos meses atrás, el Canal de Urgell todavía no había cerrado el grifo de agua. Pero sí lo sufrirán más los melocotones, que han subido un 146% o las cerezas, en un 39%. En la tabla, se indican todos los precios de un año al otro en la misma época, en las puertas del verano, donde se puede ver en cifras absolutas la evolución.
Poco stock de manzana y pera
En el caso de la manzana y la pera, los aumentos, más leves, también se han dado e irán a más por otra derivada: la falta de stock. Actualmente, son bajos, ya que se ha vendido mucho por toda Europa en el último trimestre, donde tuvieron problemas para producir propias: "Nos hemos hartado de vender en paraísos europeos", subraya Reguant. El aumento de precios y una producción baja son la combinación perfecta: "Se tienen que esperar malas noticias", concluye al economista. A pesar de todo, desde Mercabarna, ven el vaso medio lleno: "Según nos comentan los mayoristas, las tierras más afectadas son las situadas en el sur del Canal de Urgell, dedicadas fundamentalmente a los cereales. En el resto de Catalunya, los agricultores disponen de otros canales y pozos que les están permitiendo, de momento, mantener las cosechas. Además, todavía puede llover más", nos avanzan para ON ECONOMIA.
Sea como sea, la tendencia de precios es una realidad palpable. Con respecto a peras y manzanas, los stocks se han reducido. En el caso de la pera, en el 2022 estaban, en esta época, cerca de las 20.300 toneladas y, este año, a duras penas llega a las 10.000 toneladas. Y las manzanas, todavía más pronunciado: 108.000 toneladas en el 2022 y 61.000 toneladas en el 2023. Ambas se venden de cámaras frigoríficas en estos momentos.
Otro camino diferente es la que siguen los que no han sufrido los estragos de la sequía. Las fresas de Huelva no han tenido restricciones de agua del Doñana y este mes, es un cultivo que ya va a la baja. El mismo pasa con la sandía. Y otros productos como la uva son una incógnita porque todavía tienen que llegar. Sea como sea, hay que ver si el producto es de temporada para valorar mejor su grado de afectación. También la situación, el requerimiento que tienen en su cultivo y, finalmente, el contexto inflacionista. La respuesta es una incógnita para diferentes colectivos. A modo de ejemplo, ASEDAS, la Asociación de Empresas y Supermercados, nos asegura que no tienen "ni pueden tener" este dato.