Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Universidad de Valencia, y director del área financiera de Funcas, el think tank de las cajas de ahorro, considera que los bancos centrales mantendrán su política de subidas de tipos, al menos durante mayo, para combatir la inflación. Sin embargo, pide que la lucha contra una subida de precios no se deje exclusivamente en manos de la política monetaria y se apoye con una política fiscal desde los Estados de la Unión Europea que deben reducir el gasto público. Carbó ha reiterado el mensaje varias veces durante una conferencia en el Consejo General de Economistas de España que preside Valentín Pich, que preside que ha tenido lugar este miércoles.
El director de Estudios Financieros de Funcas ha defendido la mayor solidez de la banca europea y la española que ha permitido a las entidades resistir mejor la crisis financiera que se ha llevado por delante el banco estadounidense Silicon Valley Bank y el suizo Creidt Suisse en marzo. No obstante, entiende que si se produjese un nuevo episodio en Estados Unidos, el problema se podría agudizar es ese país y la banca europea y española se vería afectada por el efecto contagio, por lo que niega que “exista una inmunidad de las entidades europeas”. Aun así, el experto en el mercado financiero ha destacado la diferencia de los balances de la banca en la Unión Europea y España, con un mayor porcentaje, la mitad, en préstamos hipotecarios, mucho más sólidos que los créditos al consumo.
La prioridad sigue siendo combatir la inflación
Carbó resalta que, a pesar del susto de marzo, la prioridad de los bancos centrales sigue siendo contener la inflación. No obstantes, considera que si antes del 17 de marzo, con la explosión de los problemas en el Silicon Valley estadounidense, el cien por cien de la preocupación de los reguladores financieros de todo el mundo era reducir los crecimientos de los precios. Sin embargo, tras la crisis financiera a los dos lados del Atlántico, incluso en las sospechas sobre el Deutsche Bank -injustificadas según el catedrático de Análisis económico-, una entidad de la zona euro, ahora la lucha contra la inflación supone el 80% de la prioridad del BCE o de la FED y el otro 20% se focaliza en evitar dañar a los bancos hasta el punto de generar una nueva quiebra.
En este sentido, el responsable financiero de Funcas destaca que la inflación es “pegagosa”, cuesta quitársela de encima. Y resalta que si al principio se consideró como una inflación de oferta, generada por escasez en el suministro de ciertos productos, que no generó gran preocupación, ahora ha mutado a una inflación de demanda lo que implica un impulso al alza del precios de todos los productos y servicios y no de determinados bienes con problemas de abastecimiento. En positivo, destaca la contención de los precios energéticos, aunque su marcada volatilidad podría generar nuevas alzas.
Inflación "pegagosa"
En este sentido, el responsable financiero de Funcas destaca que la inflación es “pegagosa”, cuesta quitársela de encima. Y resalta que si al principio se consideró como una inflación de oferta, generada por escasez en el suministro de ciertos productos, que no generó gran preocupación, ahora ha mutado a una inflación de demanda lo que implica un impulso al alza del precios de todos los productos y servicios y no de determinados bienes con problemas de abastecimiento. En positivo, destaca la contención de los precios energéticos, aunque su marcada volatilidad podría generar nuevas alzas.
Y, sin embargo, existe dos fuerzas contrapuesta en la lucha contra la inflación, en opinión del economista: por un lado, la política monetaria con la subida abrupta de los tipos de interés de los bancos centrales, que buscan frenar el consumo que genera inflación, y, por otro, una política expansiva de los estados miembros de la Unión Europea que riegan con dinero público la economía, lo que tira de los precios hacia arriba. Por este motivo, desde Funcas entienden que se debería hacer desde los Gobiernos una política fiscal “más quirúrgica”, centrando los apoyos en determinados sectores o colectivos más vulnerables. Pero huir de una expansión generalizada que merma los esfuerzos de los bancos de controlar las subidas de precios.
Lo que alarga las medidas monetarias de tipos altos y, en consecuencia, tensiona los balances de ciertas entidades financieras en situación más precaria, manteniendo alto el riesgo de una crisis financiera. Algo que podría afectar en mayor medida a Estados Unidos, en opinión de Carbó, que recuerda que los controles a la banca, especialmente la regional, fueron suavizados en la etapa de Donald Trump. Pero, en su opinión, un nuevo episodio generaría un pánico que de ir a más, acabaría contagiando a las entidades financieras a este lado del Atlántico.
Salarios controlados
Una inflación especialmente preocupante en el caso de la subyacente, mucha más complicada de “torcer”, matiza. Un índice que se podría ver complicado por unas subidas de salarios que, por otro lado, Carbó defiende como necesarias, entre otras cosas, porque de no hacerse mermará el consumo especialmente en un país como España con unos salarios bajos, especialmente en el colectivo de menos de 35 años. No obstante, aclara que no hay constancia de que los salarios hayan tirado hacia arriba la inflación de forma preocupante, aunque “es cierto que hay un temor de que pueda acabar ocurriendo”, aclara, “aunque de momento no son la razón de las subida de la inflación. Hay otras razones, se habla de los márgenes empresariales, pero no de los salarios. No obstante, hay que estar vigilantes con la evolución de los salarios”, señala.