Las pensiones son excesivamente generosas y poco sostenibles, según el informe publicado por el Instituto de Actuarios Españoles. En la actualización del factor de equidad actuarial del sistema contributivo de pensiones de jubilación español, que calcula lo que recibe un jubilado por cada euro que aporta al sistema de pensiones, apunta ciertos desequilibrios. De media, un jubilado cobra 1,62 euros por cada euro aportado, un aumento en relación con los 1,55 euros de 2020. Pero varía mucho en función de si la carrera laboral es corta o larga y de la edad de jubilación.
El factor de equidad actuarial (FdEA) para personas de 63 años con 43 años cotizados es de 1,34 euros por cada euro aportado, un 0,02% menos que en 2020 y el menor FdEA de entre todas las carreras. El mayor FdEA es de 2,19 euros, para quien se jubile a los 70 años con 33 años cotizados, lo cual supone un incremento de 0,33 euros por euro respecto al FdEA de 2020.
El Instituto de Actuarios presentó el pasado martes el estudio y pidió que las futuras reformas incluyan mecanismos "automáticos" de ajuste para corregir lo que consideran un desfase del 62% entre lo que se percibe de pensión y lo aportado a través de cotizaciones sociales.
Creen que las reformas de pensiones aprobadas en 2021 y 2023 han sido "insuficientes" y no han conseguido "reequilibrar" un sistema de pensiones cuya sostenibilidad consideran "cuestionable", según contaron en un comunicado.
Existe, defendieron, "cada vez más desequilibrio" entre lo que cobra una persona por una pensión y lo que ha aportado a lo largo de su carrera.
Este desfase se incrementará más aún en un futuro, avanzan, y el indicador de sostenibilidad actuarial alcanzará el 2,14 en 2045 y el 2,20 en 2065. Según aseguran, esto tendrá consecuencias "devastadoras" a futuro según los actuarios, que alertan de una "cada vez mayor insostenibilidad" del sistema de pensiones y piden "importantes reformas estructurales".
Para Enrique Devesa, coordinador Técnico del Observatorio Actuarial de Previsión Social del CIAE, “el aumento del FdEA refleja un problema estructural del sistema público de pensiones. Para que una nueva reforma del sistema de pensiones fuera efectiva en términos de sostenibilidad financiera y equidad en la distribución de los esfuerzos, debería contener mecanismos de ajuste automáticos ante cambios en el crecimiento económico a largo plazo y en la esperanza de vida, como han hecho en otros países de nuestro entorno”.
Adicionalmente, Robert Meneu, también Coordinador Técnico del Observatorio Actuarial de Previsión Social del CIAE, comenta que“en ausencia de mecanismos de ajuste automáticos, el sistema de pensiones seguirá necesitando cada vez mayores transferencias del Estado para mantener un nivel de generosidad creciente con los años”.