Este domingo, 22 de diciembre, Loterías y Apuestas del Estado celebrará el tradicional sorteo de la Lotería de Navidad, con 2.702 millones de euros en premios, 112 millones más que en 2023. Este año se han puesto a la venta 193 millones de décimos, y la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE) estima que el gasto medio por persona en España superará los 71,67 euros del año pasado.
Pero, más allá de la ilusión y la alegría de resultar premiado, gestionar una suma considerable de dinero no siempre es fácil. Decisiones precipitadas o emocionales pueden hacer que el sueño se convierta en una pesadilla. ¿Cómo sacarle el máximo partido al premio? ¿Qué impuestos se deben pagar? ¿Es mejor invertir, amortizar deudas o ayudar a familiares? Los expertos de Abante Asesores coinciden en que la calma, la planificación y la asesoría profesional son claves.
La primera pregunta que surge es cuánto se llevará Hacienda. En España, los premios de lotería están sujetos a un gravamen del 20% para cantidades que superen los 40.000 euros. Por ejemplo, si se gana el “Gordo”, dotado con 400.000 euros por décimo, solo tributarán 360.000 euros. De esta cantidad, 72.000 euros irán a parar a la Agencia Tributaria, dejando al ganador con 328.000 euros netos. En el caso del segundo premio, que reparte 125.000 euros por décimo, el fisco retendrá 17.000 euros, mientras que, en el tercer premio, de 50.000 euros, el impuesto será de 2.000 euros. Los cuartos y quintos premios, al ser inferiores a 40.000 euros, están exentos de tributación.
Es importante destacar que no es necesario hacer ningún trámite adicional, ya que el premio se entrega con la retención aplicada. Además, este ingreso no se incluirá en la base imponible del IRPF, aunque sí deberá declararse en el apartado de ganancias patrimoniales no derivadas de transmisiones. Tampoco afecta a la solicitud de ayudas públicas, becas o prestaciones de la Seguridad Social. No obstante, si el premiado decide donar parte del dinero a un familiar, deberá tener en cuenta el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, que varía según la comunidad autónoma.
Invertir para asegurar el futuro
Una vez comprendida la fiscalidad, la siguiente decisión clave es cómo gestionar el dinero. Los expertos recomiendan evitar decisiones impulsivas y tomarse un tiempo para reflexionar sobre los objetivos personales y financieros: ¿Cuáles son nuestras metas? ¿Qué queremos lograr con el premio?
Normalmente, los españoles suelen optar por soluciones conservadoras, como mantener el dinero en cuentas corrientes. Sin embargo, esta opción tiene un riesgo oculto: la inflación. Si no se invierte, el poder adquisitivo del premio disminuirá con el tiempo. Por ejemplo, 328.000 euros hoy equivaldrían a unos 220.000 euros en 20 años, suponiendo una inflación media del 2% anual.
Para evitar esta pérdida de valor, es fundamental diseñar una estrategia financiera adaptada a cada situación. Un asesor financiero puede ayudar a determinar el perfil de riesgo, las necesidades de liquidez y los plazos de inversión más adecuados. “Una cartera diversificada, tanto por geografía como por sectores, es clave para maximizar el rendimiento del capital a largo plazo”, explican los expertos de Abante.
Una opción interesante son los fondos de inversión, que permiten diversificar riesgos y ofrecen ventajas fiscales. Por ejemplo, para obtener una rentabilidad anual del 4%, suficiente para superar la inflación, sería necesario invertir aproximadamente la mitad del capital en renta variable. Para encontrar la mejor solución para cada persona y poder gestionar de manera óptima su dinero, es necesario profesionalizar las inversiones para saber qué porcentaje se puede invertir y en qué tipo de activos
Esta decisión depende de cuáles sean sus necesidades de liquidez, el plazo del que disponga, su perfil de riesgo y sus objetivos financieros. Un asesor financiero le va a poder ayudar a trazar la estrategia de inversión que necesita y a construir una cartera de inversión adecuada y equilibrada en función de lo que necesite tener en cada tipo de activo: inversiones alternativas en activos no cotizados, como private equity, inversión en inmobiliario o en activos cotizados.
Amortizar la hipoteca
Otra alternativa habitual entre los premiados es destinar parte del dinero a amortizar la hipoteca, lo que popularmente se califica como “tapar agujeros”. En un contexto de tipos de interés elevados, esta opción puede resultar atractiva, pero no siempre es la mejor decisión.
“Si la rentabilidad de una inversión supera el coste del préstamo, puede ser más rentable invertir que amortizar”, aseguran los expertos. Además, si la vivienda habitual se adquirió antes de 2013, el titular puede beneficiarse de una deducción fiscal del 15% en el IRPF sobre una cuota máxima de 9.040 euros anuales. “En estos casos, amortizar podría hacer perder esa ventaja fiscal”, añaden.
Recibir un premio millonario es una oportunidad única que, gestionada con calma y profesionalidad, puede mejorar la calidad de vida a largo plazo. “La planificación financiera es esencial para contextualizar el premio dentro de los objetivos personales, familiares y profesionales”, concluyen los especialistas de Abante.
Ya sea invirtiendo, amortizando deudas o ayudando a familiares, la mejor decisión será siempre aquella que responda a un análisis detallado y adaptado a las necesidades individuales de cada ganador. Porque, como dice el refrán, “el dinero llama al dinero”, pero solo si se administra con cabeza.