El Govern aprobará este martes un suplemento de crédito por valor de 2.168 millones de euros, que servirán para reforzar la tesorería de la Generalitat e irá principalmente a pagar nóminas y a gasto corriente de las diferentes conselleries. Eso sí, faltarán 1.700 millones más, hasta los 3.900 millones, para garantizar que el Govern podrá hacer frente a los gastos de este año sin presupuestos.

Alícia Romero, consellera de Economia, ha anunciado este lunes la medida, junto con la rebaja del IRPF en un punto porcentual para los contribuyentes con ingresos de menos de 33.000 euros anuales, así como deducciones para el alquiler y otros cambios en fiscalidad.

La consellera ha explicado que los suplementos de crédito ya se aprobaron, con 4 decretos, en 2024, y lo que hace ahora el Govern, que no puede tener más gasto por la falta de presupuestos, es incorporarlos también a las cuentas prorrogadas de este año. Romero ha añadido que “se destinarán principalmente a gastos de personal y funcionamiento de los departamentos”.

Esta medida, como los cambios fiscales, está pendiente de aprobación parlamentaria, si bien se da por hecho que ERC y Comuns garantizarán que salga adelante. Además, el Ejecutivo de Salvador Illa tiene previsto llevar a cabo una futura ampliación de entre 1.700 y 1.800 millones de euros, si bien todavía no ha puesto fecha.

Cambios fiscales

No parece tan clara la mayoría parlamentaria para la rebaja del IRPF, si bien es un acuerdo con ERC, el Govern socialista tiene que buscar el acuerdo con Comuns. Romero ha recordado que esta supresión de un tramo autonómico en el impuesto sobre la renta ya fue pactada con Esquerra cuando Pere Aragonès presidía el Govern, pero finalmente no se llevó a cabo.

El IRPF autonómico pasará de 9 a 8 tramos, y se bajará un punto para las rentas por debajo de los 33.000 euros anuales, mientras que se compensará en las rentas superiores para que sigan pagando lo mismo. La consellera ha destacado que la rebaja afectará al 63% de los contribuyentes y ha asegurado que persigue el objetivo de que Catalunya tenga una fiscalidad más justa.

Eso sí, tendrá un coste para las arcas públicas, puesto que la Generalitat dejará de ingresar 28,8 millones por la rebaja, y 22,9 millones de euros por las deducciones al alquiler, que pasan de 300 a 500 euros, mientras que será de 1.000 euros en los casos de tributación conjunta, familias numerosas y familias monoparentales. Además, el límite de renta pasa de 20.000 a 30.000 euros anuales.

Estas medidas forman parte de un paquete fiscal más amplio, y que incluye modificaciones en el impuesto de transmisiones patrimoniales. El Govern creará dos nuevos tramos del ITP para gravar la compra de pisos y casas de más de 900.000 euros, con una tasa del 12%, que será del 13% en los de 1,5 millones, y del 20% para grandes tenedores.

En cambio, tendrán deducciones del 100% las cooperativas y del 50% si el inmueble se dedica a vivienda protegida o a actividades económicas. También sube hasta los 35 años la reducción del ITP del 10% al 5%, mientras que las víctimas de violencia machista también pagarán un 5%.

Otro cambio será la subida de la tasa turística, ya que el Govern habilitará a los ayuntamientos a cargar con 4 euros la tasa, cifra que en Barcelona podrá ser de 8 euros. En total, estas modificaciones fiscales dejarán unos ingresos extra de 219 millones en la caja de la Generalitat.