Caos en los tributos a la electricidad que podría acarrear una pérdida para Hacienda de 1.150 millones de euros anuales. Este martes saltó la sorpresa a primera hora al conocerse que Junts y el PP pactaban a última hora del lunes, con el acuerdo de ERC, PNV y Vox, suprimir el impuesto sobre el valor de la producción de la energía eléctrica. A lo largo de la mañana, los partidos de la coalición gubernamental maniobraron parlamentariamente para dejar sin efecto el acuerdo que da suficientes votos para sacar la propuesta del PP adelante. PSOE y Sumar aplazaron la reunión de la mesa de la Comisión de Transición Ecológica y Reto Demográfico del Congreso de los Diputados, que debía tramitarla, al tener mayoría. Y usando la artillería pesada, decidieron posponerla sin una fecha nueva.
Este impuesto lo deben pagar las empresas, a diferencia del impuesto especial a la electricidad y el IVA que corre a cargo de los consumidores. No obstante, Alberto Núñez Feijóo defendió este martes que la supresión del tributo supondría un ahorro para las familias. En el tercer trimestre de 2021, ante la fuerte subida del precio de la electricidad, derivado del incremento del coste del gas natural, el Gobierno de Pedro Sánchez redujo prácticamente a cero el impuesto. Rebajó del 7% de los ingresos por la producción de la electricidad que obtiene cada empresa productora, al 0,5%. Tipo que se mantuvo en los años 2022 y 2023 y se ha ido incrementando en la primera mitad del año, para volver a la normalidad desde el 1 de julio.
Al depender de la electricidad producida por cada central eléctrica, la recaudación varía dependiendo, por un lado, del volumen de energía producida y, por otro, del precio al que Red Eléctrica se lo abona cuando vuelcan su electricidad en la red de alta tensión. Pero si nos centramos en los tres últimos ejercicios normalizados, los ingresos rondan los 1.150 millones de euros:
2018: Hacienda recaudó 1.229 millones de euros, con una producción de 268.886 GWH, a un precio de 85,5 euros el MWh, con los datos de la Agencia Tributaria.
2019: El impuesto generó 1.105 millones de euros, con una producción de 264.664 GWH, a un precio de 80,2 euros el MWh.
2020: La pandemia distorsiono el año, que aumentó los ingresos fiscales a 1.194 millones de euros (los dos anteriores tuvieron subvenciones), pese a caer la generación a 250.051 GWH abonados a un precio medio anual de 68,2 euros el MWh.
En cualquier caso, la producción no ha recuperado las cifras prepandemia, en parte por la fuerte subida del precio que ha llevado a un consumo más eficiente. Así, el pasado 2023 se produjeron 183.621 MWh, aunque son datos provisionales. Pero ya con datos definitivos, se generó en 2022, con los precios todavía más caros, 250.421 MWh, en línea con 2020.
Medidas anti inflación
La rebaja aplicada a partir del 1 de octubre de 2021 del 7% al 0,5% supuso la práctica desaparición de los ingresos para Hacienda. Así, en el conjunto de 2021 -con un trimestre subvencionado-, el impuesto sobre la producción de electricidad aportó a las arcas públicas 781 millones; en 2022, solo 11 y en 2023, 36 millones.
A partir del 1 de enero de este año, se inicia la desescalada de las ayudas fiscales obtenidas por las empresas productoras de electricidad. Se vuelve a aplicar el tipo normal del 7%, pero no sobre la total de los ingresos obtenidos por cada central eléctrica: de enero a marzo tributaron por la mitad de la facturación y en el segundo trimestre, por el 75%. Así, en el primer semestre, Hacienda recaudó 171 millones de euros y en el tercer trimestre, con el impuesto normalizado, 236 millones de euros. El último trimestre, previsiblemente debería superarse esos 236 millones si tenemos en cuenta que la luz se ha disparado en el mes de noviembre y sigue alta en lo que va de diciembre, aunque habrá que ver cómo se comporta el consumo. Así, el impuesto aportará a Hacienda unos 650 millones de euros en 2024.
La duda es que puede suceder el próximo 2025, cuando desde el 1 de enero se cobre el impuesto durante todo el año al 7%. Si la coalición de gobierno puede impedir que el pacto PP y Junts reduzca del 7% al 0% el tipo, aunque formalmente las empresas productoras sigan presentando la liquidación anual de este impuesto.
El impuesto extraordinario
Pero llueve sobre mojado, pues el caos de este martes viene a las pocas semanas del esperpento parlamentario a costa del impuesto extraordinario de las empresas energéticas. En octubre declaró su intención de hacer este gravamen permanente, generando una fuerte reacción del sector, con el apoyo de Junts y el PNV. El PSOE dio marcha atrás, pero con la presión de Sumar y los partidos de izquierdas, ha aprobado una solución jurídicamente confusa: se estudiará la aprobación de un nuevo impuesto y se prorrogará el actual un año más. Eso sí, dejando fuera de la tributación las inversiones que se hagan en España.
Este impuesto, que se ha aplicado en los años 2022 y 2023, ha supuesto, en la práctica, que el dinero ahorrado por las empresas productoras de energía eléctrica, con el impuesto a la producción, lo han tenido que desembolsar a través de este nuevo impuesto de carácter temporal. En 2022, Hacienda obtuvo 1.664 millones de euros y en 2023, otros 1.164 millones.
Impuestos a los consumidores
Esto por parte de los impuestos abonados por las empresas que, como siempre comentan los expertos fiscales, acaban cobrándolo a sus clientes de forma indirecta. Pero directamente, cada consumidor abona dos impuestos: el impuesto extraordinario de la electricidad y el IVA. En ambos casos, varía según el precio del recibo de la luz. Ambos tributos también han estado subvencionados, aunque este año mucho menos, y a partir del 1 de enero, volverán también a la normalidad.
En 2018, los españoles pagaron 1.363 millones de euros por el impuesto de la electricidad y 1.365 millones el año siguiente, con un precio de 12,42 y 12,52 euros el kWh. En 2022, el precio media fue de 20,77 euros y en 2023, 18,03 euros, en todos los casos, antes de impuestos.
Más complicado es saber el coste para los consumidores del IVA que pagan por la luz. Algo que depende, igualmente, del precio de la luz. Pero ronda los 1.300 millones en 2022 y 2023, con los precios disparados.
Si en 2025 se prorroga el impuesto extraordinario (1.160 millones), continua el impuesto de la producción (1.160 millones) y se aplican con normalidad el IVA (1.100 millones con la bajada de los precios) y el impuesto especial a la electricidad (1.000 millones, también con la bajada), Hacienda obtendrá del consumo de la luz, alrededor de 4.500 millones de euros.