El Ministerio de Trabajo busca por todos los medios sumar a la CEOE y Cepyme al acuerdo que aprobaría el Estatuto del Becario (de las personas en formación práctica en el ámbito de la empresa), el primero en España y pionero en Europa. A tal fin reunió este lunes a los representantes de los sindicatos y de las patronales para una nueva reunión que, aunque no permitió cerrar un pacto, lo acerca. Según fuentes sindicales consultadas por ON ECONOMIA antes de la reunión, las posiciones estaban muy distantes. No obstante, al finalizar el encuentro entre el Gobierno y los agentes sociales, desde CCOO puntualizaron que “las organizaciones empresariales han planteado su voluntad de acuerdo, para ello habría que cambiar alguna cosa”. Por su parte, desde la patronal han explicado que “CEOE y Cepyme hemos vuelto a poner sobre la mesa nuestros planteamientos respecto al último borrador presentado por el Gobierno”.
Como consecuencia, y después de más de tres horas de debate, el Ministerio de Trabajo se ha comprometido a realizar un nuevo borrador (el anterior es del 17 de octubre) reflejando las opiniones que han expresado este lunes los agentes sociales. Respecto a los puntos de discordancia, fuentes de la CEOE han explicado que discrepan en asuntos como la exclusión de las prácticas académicas externas (extracurriculares) o cuestiones que pueden introducir mayor inseguridad jurídica como el texto relativo a la presunción de "laboralidad" o el referido a las prácticas habilitantes para el ejercicio de una profesión, a modo de ejemplo.
En el equipo de Díaz son optimistas. Para empezar, fuentes del Ministerio apuntan a este diario que no existen fisuras en el Gobierno de España, en referencia al Ministerio de Universidades. En definitiva, como remarcan en el departamento de Díaz, es un “ministro hermano”, pues Joan Subirats, ministro de Universidades, ha sido uno de los hombres de confianza de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona por Común Podem. Sin embargo, la oposición viene de la Conferencia de Rectores (CRUE) reacia a que haya que pagar la cotización a la Seguridad Social de los becarios pues podría recaer sobre las propias Universidades. Algo que no preocupa demasiado en la CEOE, pues se estaría hablando de 15 euros al mes.
Quizá por eso, uno de los puntos pendientes es precisamente el artículo 5 del texto que hace referencia a los derechos en materia de Seguridad Social, un apartado que no depende del Ministerio de Trabajo, sino del de Seguridad Social que dirige José Luis Escrivá. De hecho, se está negociando en una mesa distinta, en la que debate la reforma de pensiones y es uno de los flecos que quedaron pendientes de la primera fase. Aunque, según fuentes del Ministerio de Seguridad Social no tiene aspectos polémicos, entre otras cosas porque el Estado está dispuesto a correr con parte de las cotización de los becarios, en realidad con la práctica totalidad, el 95%.
El Estado pagará la cotización social
Pero el Estado no sólo cubriría las cotizaciones sociales de los becarios, también otros costes. El Estatuto del Becario establece que los estudiantes en prácticas tendrán derecho a una compensación de los gastos -aunque no un salario- en que incurran por hacer las prácticas como desplazamientos, alimentación e, inclusive, el alojamiento que deberá afrontar la empresa donde se realicen las prácticas. Aunque el Gobierno de España está dispuesto a que, en vez de dinero, se compense con la puesta a disposición de los estudiantes en prácticas de “todos los servicios o, en el supuesto de una formación práctica de carácter remunerado, cuando la cuantía de dicha remuneración sea suficiente para la cobertura total”. Porque como se viene haciendo hasta ahora, el pago de un salario seguirá siendo voluntario para la empresa.
No es lo único que ofrece el Ministerio de Trabajo para convencer a los empresarios a que se sumen al acuerdo, también abre la puerta a que se establezca algún tipo de becas como se dice en el borrador: “la empresa no estará obligada a abonar dichos gastos si existen otras becas o ayudas que los cubran”. Y algo todavía más importante es que la Seguridad Social correrá con parte de las cuotas sociales de aquellos trabajadores de la empresa que se encarguen de tutorizar a los becarios. Al menos, la empresa se ahorrará la cotización de las horas que estos trabajadores de la plantilla dediquen a la formación de sus pupilos.
Fin de las prácticas extracurriculares
El punto de la discordia está, pues, en la pretensión del Gobierno de España de acabar con las prácticas extracurriculares, aquellas que no están ligadas a la propia formación del alumno y que no cuentan para obtener el título para el cual están estudiando. Desde Trabajo entienden que este tipo de prácticas se han convertido en un coladero que algunas empresas han utilizado para que los becarios hagan funciones que se pueden considerar laborales y que deberían estar cubierta por los actuales contratos de formación regulados por el artículo 11 del Estatuto de los Trabajadores. Pero a diferencia de los becarios, estos contratos si deben ser obligatoriamente remuneradas.
Fuentes de la CEOE explican que la pretensión es llegar a un acuerdo, pues están muy interesados en que se regule bien esta modalidad de formación que está al margen del Estatuto de los Trabajadores. Pero entienden que la posición de partida del Ministerio de Trabajo no es la adecuada. "Compartimos con Gobierno y los sindicatos la necesidad de regular la figura del becario con el objetivo de otorgarle mayores garantías, en la lógica de que los periodos de formación no pueden, en ningún caso, sustituir puestos de trabajo", dijeron tras la reunión.