El Govern aborda en su ambicioso plan de relanzar la economía catalana hacia el liderazgo un doble reto: hacer crecer la actividad industrial y, al mismo tiempo, descarbonizarla. Y, para hacerlo, promete a las empresas que "en menos de seis meses" tienen que notar que los trámites administrativos para empezar proyectos van más deprisa que hasta ahora. "Si no, podéis darme caña", dijo este miércoles el conseller de Empresa y Treball, Miquel Sàmper, en un acto sobre descarbonización industrial celebrado en la Casa Seat. "Vamos seriamente. Haremos que las cosas vayan deprisa", prometió ante representantes de las patronales catalanas y directivos de empresas como Iberdrola, Seat, Guissona y decenas de pymes.
El ejecutivo catalán entiende que hacen falta dos elementos para reindustrializar y descarbonizar Catalunya. La primera es pasta, como los 18.500 millones de euros que el presidente Salvador Illa anunció el pasado viernes que movilizaría para volver a llevar al país al liderazgo estatal. Y el segundo "es agilidad administrativa" para que avances como las instalaciones de renovables, el autoconsumo industrial u otros proyectos empresariales no queden enfangados en la burocracia. "Hemos crecido bien económicamente y eso que hemos sufrido un exceso de garantismo y burocratización. ¿Cuánto habríamos crecido con agilidad administrativa"?, se preguntaba Sàmper. Para conseguirlo, el Gobierno está cargando la agenda con actos del brazo con grandes empresas.
Con estas optimistas declaraciones cerraba un acto sobre descarbonización de la industria en Casa Seat donde las empresas compartían sus experiencias y caminos con el fin de emitir menos CO₂ en los procesos más intensivos en el ámbito energético. Era la segunda vez en menos de una semana que un miembro del ejecutivo catalán visitaba este nuevo edificio de la automovilística catalana, después de que Salvador Illa anunciara allí mismo un compromiso con el vehículo eléctrico que se tiene que formalizar con cifras el próximo lunes. Entre un acto y el otro, el pasado lunes Illa pedía ante directivos de empresas del Ibex-35 como Naturgy o Repsol que hicieran "su parte" e invirtieran en Catalunya.
La agenda empresarial del Gobierno está cargada y tiene una intención: promover inversiones en Catalunya como la que anunció recientemente Repsol en Tarragona, los 800 millones en una ecoplanta para hacer metanol verde con residuos que se completarán con 300 millones más por un electrolizador de hidrógeno verde. Y las empresas empiezan a reconocer ya este esfuerzo del ejecutivo. Si el presidente de Repsol, Antoni Brufau, elogiaba el lunes "la ilusión y el optimismo" que transmite Illa con sus planes, este miércoles ha sido un directivo de Iberdrola quien ha reconocido el esfuerzo. "Este es un Gobierno que está apostando claramente por las renovables y se necesitan alianzas", ha dicho Gonzalo Sáenz de Miera, director de Cambio Climático de Iberdrola.
Ahora bien, esta apuesta todavía no se traslada con un buen escenario en Catalunya, que con un 14% de renovables sobre el total del mix eléctrico todavía depende de las nucleares, que tiene que cerrar entre 2030 y 2035, para el suministro. La consellera de Territori, Medio Ambiente y Vivienda, Sílvia Paneque, no solo reconoció este retraso, sino que también cifró en 10.000 millones el coste que tiene por Catalunya no ser autónoma energéticamente.
"La descarbonización es un objetivo ecológico, pero también es una oportunidad por reindustrializar Catalunya en clave verde", dijo Paneque, que se ha comprometido en la instalación de 12.000 MW de renovables hasta el 2030 para corregir el retraso renovable. Además, adelantó que en pocos meses tendrán conclusiones sobre vías de descarbonización de diferentes sectores industriales, entre ellos el textil y el papelero.
Durante la jornada, varios empresarios, técnicos y miembros del Gobierno explicaron sus experiencias para descarbonizar la industria, así como compartieron los problemas burocráticos para acceder a subvenciones, permisos y exenciones fiscales, en el marco de la presentación de la Alianza Q-Cero para la descarbonización en Catalunya.
Andreu Puig Trebat, director de Ingeniería e Industria en Guissona, resumió el ambicioso proyecto de descarbonización de la empresa de alimentación. Cuenta con un importante eje de electrificación, fotovoltaica de autoconsumo en todos los tejados que llega a los 10.000 kW, cargadores eléctricos en todas las plantas, 4 plantas de biomasa y 2 de biogás, electrificación de la parte térmica y un compromiso de reducción de metano.
El responsable de hidrógeno verde de Schneider Electric y presidente del Clúster de Eficiencia Energética de Catalunya, Joaquim Daura, puso como ejemplo de descarbonización el horno eléctrico que Roca tiene en Austria y que quiere replicar en la península Ibérica. Con respecto a Schneider, que tiene fábrica en Molins de Rei, ha explicado que han instalado recientemente una caldera eléctrica para descarbonizar parte del proceso. Dora también ha hablado del hidrógeno verde, según Alberto Basté, del Colegio de Ingenieros, "la eterna promesa" que nunca llega a ser rentable. "Será importante porque lo necesitamos. Hay que apostar por los biogases y por el biometano a una parte de la industria, pero será clave en sectores como el transporte aéreo o marítimo", dijo Dora, que no quiso pronosticar una fecha en la cual eso pasará. "Ahora bien, no lo podremos hacer todo con hidrógeno verde", ha alertado.
Pau Vila, director general de LC Papel, explicó que su apuesta para la cogeneración, contando con biomasa, no se encuentra con una promoción de esta vía a Catalunya a diferencia de lo que sucede a otros países europeos. Explicó que si electrificaran toda su fábrica, aunque no es muy grande, consumirían más luz que la electricidad de toda la ciudad de Girona, por la alta exigencia energética de la transformación de sólido en líquido y de nuevo en sólido que exige el papel.
Funcionarios del Gobierno han explicado avances en la tramitación de proyectos como el silencio positivo de tres meses en permisos y ayudas del Instituto Catalán de Energía, donde hasta ahora se atascaban solicitudes durante más de tres años, o los nuevos Certificados de Ahorro Energético (CAEs), que permiten monetizar el ahorro energético de las empresas que invierten en eficiencia.
Hidrógeno verde, biogás y una electrificación con más renovables conforman el futuro de una industria descarbonizada, han coincidido los actores implicados, con un porcentaje para cada uno que está por definir. Pero para el presente o el futuro más inmediato, Catalunya todavía necesita energía nuclear, ha recordado Salvador Sedó, director de desarrollo sostenible de Foment, que ha vuelto a pedir que se amplíe su ciclo de vida, recordando el único punto conflictivo de una transición energética en el que, para el resto de vectores, todos los sectores coinciden: se tienen que instalar más renovables e invertir en descarbonización.