Uno de cada cinco trabajadores con contrato fijo que se dan de baja en la Seguridad Social, lo hace voluntariamente. Los otros cuatro son por otras causas, principalmente por ser despedidos, pero también por la jubilación, porque se les acaba el contrato temporal, porque no superan el periodo de prueba o porque piden algún tipo de excedencia. La renuncia a un puesto de trabajo se conoce como la “gran dimisión”, por la magnitud que cobró en Estados Unidos tras la pandemia. El caso español, sin embargo, es muy distinto, está fuertemente ligado al empleo indefinido y, en términos porcentuales, ha empezado a decaer.

Así, en el primer semestre de 2024 han abandonado de forma voluntaria su empleo 1.064.338 asalariados con un contrato indefinido, lo que supone el 21,1% de los 5.034.700 fijos que se han causado baja en la Seguridad Social, según los datos dados a conocer la semana pasada. Esos son, en términos absolutos, 46.916 personas más que en el mismo periodo de 2023. Sin embargo, porcentualmente son menos, pues en el primer semestre del año pasado, los dimisionarios sumaron el 22,2% del total de los indefinidos que dejaron de cotizar. Y si nos remontamos un año más, al primer semestre de 2022, alcanzaron un 24,1%, máximo porcentual de la serie histórica que arranca en 2012. Por tanto, entre 2022 y 2024 se ha reducido casi dos puntos porcentuales.

Fijos discontinuos

En España, la dimisión poco o nada tiene que ver con la pandemia. Se trata de un fenómeno ligado a las condiciones del mercado laboral, especialmente a la precariedad y los salarios. La reforma laboral, con el uso masivo de los fijos discontinuos, ha disparado el número de asalariados con contrato indefinido que han causado baja en la Seguridad Social. Se debe tener en cuenta, que cuando un asalariado con esta modalidad contractual, entre en la actividad, se ha de dar de baja en la Seguridad Social, aunque legalmente no se le considera un parado. Eso ha hecho que entre enero y junio de este año, algo más de 5 millones de asalariados hayan dejado de ser afiliados; el año anterior eran 4,56 millones y en 2022, primer año de la reforma laboral, 2,7 millones. Es decir, se han duplicado.

Este fuerte ascenso entre los indefinidos que dejan de cotizar explica que el porcentaje de aquellos que lo han hecho por voluntad propia haya descendido dos puntos porcentuales en estos tres años. No obstante, los que han dimitido de su empleo ha crecido con fuerza siguiendo esta estela, aunque a un menor ritmo que el número de bajas en la Seguridad Social. Así, en la primera parte de 2022 los dimisionarios sumaron 650.000; al año siguiente, superaron por primera vez en la historia el millón, 1,017 millones y en 2024, aunque el ritmo se desacelera, se aproxima a 1,065 millones.

Un crecimiento ligado a la reforma laboral, pues en el primer semestre de 2021, antes de que se aprobase el cambio normativo, los indefinidos que abandonaron voluntariamente su empleo fueron 305.790, la mitad que en 2022. Sin embargo, también fueron la mitad, 1,43 millones, los asalariados con contrato temporal que abandonaron las listas de la Seguridad Social. Lo que coloca el porcentaje de las bajas voluntarias en el 21,3% del total de las bajas con contrato indefinido en 2021.

Reforma del PP

Es decir; que la reducción en 2024 al 21,1% coloca el fenómeno de la gran dimisión en los mismos porcentajes de 2021, antes de la reforma laboral. E incluso, por debajo, pues solo en el primer semestre de 2020, en pleno confinamiento, el porcentaje de dimisiones cayó por debajo del 20% sobre el total de las bajas de indefinidos. Dejando ese año fuera, en 2019 el porcentaje fue del 23,3% (el segundo más alto tras 2022) y en 2018 el 22,8%.

La gran dimisión es, pues, un fenómeno que viene de lejos en España y que arranca con la reforma laboral del Partido Popular de 2012. En el primer semestre de ese año, solo el 11% de los indefinidos que causaban baja en la Seguridad Social lo hicieron de forma voluntaria; entonces, con la reducción de la indemnización a 20 días por año trabajado, la mayoría de las bajas fueron por despido. Aun así, en volumen, las renuncias no llegaban a las 150.000. A partir de entonces, las cifras, tanto en valores absolutos como en porcentuales, empezaron a subir de forma paulatina: 161.000 (14% del total de bajas de contratos indefinidos) en 2014; dos años más tarde, se produce un primer salto, con 241.368 personas (18,8%) y un segundo salto en 2018, con 341.918 bajas voluntarias, el 22,8%, la primera vez que se supera el 20%.

En realidad, tras la reforma popular, también juega un papel importante el uso de los fijos discontinuos, aunque, a diferencia de los actuales, entonces no estaba permitido su uso para contratos de corta duración. Para eso ya estaban los temporales. Lo que explica que los fijos discontinuos en activo estén actualmente entre los 800.000 y el millón, y antes de la reforma del 2021, entre 400.000 y 500.00. Además, en esa época, estos trabajadores causaban baja en la Seguridad Social una o dos veces al año, y ahora puede trabajar un fin de semana o una semana y dejar de cotizar.