Los grandes municipios catalanes estén entre las ciudades de España más caras para montar un negocio. Especial relevancia tienen las cuatro capitales, entre las diez con impuestos más altos de las comunidades autónomas reguladas fiscalmente por el régimen común (salvo la Comunidad Foral de Navarra y el País Vasco), según un informe comparativo elaborado por el Ministerio de Hacienda.

Los municipios se financian con ingresos cedidos por el Estado (en el caso de las grandes metrópolis) y por las comunidades autónomas, pero principalmente, con la recaudación de los impuestos y tasas que les adjudica la ley. En el entramado fiscal del entorno municipal hay cinco grandes tributos de los que tres tienen un impacto directo en los costes de los negocios: el impuesto de bienes inmuebles (IBI); el de actividades económicas (IAE) y el de vehículos de tracción mecánica (IVTM), popularmente el de circulación.

La normativa estatal establece unos tipos máximos y mínimos a estos tributos, pero también otorga a cada consistorio la potestad de establecer cuánto quiere recaudar por cada uno de estos impuestos, abriendo a veces una competencia fiscal entre municipios. De la comparativa de los tres impuestos, se concluye que las grandes ciudades catalanas están en el rango alto de los tipos impositivos.

Impuesto actividades económicas (IAE)

De los tres tributos, es el más relacionado con el mundo empresarial. Grava el ejercicio de actividades empresariales, profesionales o artísticas, se ejerzan o no en local determinado, y que supongan la ordenación por cuenta propia de medios de producción y de recursos humanos. El gravamen oscila de un mínimo del 0,4% a un máximo del 3,8% en función del tipo de calle donde esté ubicado. Cada ayuntamiento puede fijar un mínimo de dos tipos de calles y nueve como máximo.

De las cuatro capitales catalanas, Barcelona, Girona y Tarragona se han acogido al máximo (3,8%) y Lleida se queda cerca, en el 3,65%. De las 46 capitales de las comunidades del régimen común, solo 9 están en el tope máximo, de las que 3 son catalanas. En el tipo mínimo, la posición de las urbes del territorios es más variada. Girona aplica un tipo del 2,31%, lo que la coloca, tras Huelva (3,3%), como la segunda capital con el IAE más caro. Lleida cobra un mínimo del 1,93%, Tarragona un 1% y Barcelona, el 0,95%.

La tendencia se repite en los municipios catalanes que superan los 50.000 habitantes. El estudio de Hacienda contabiliza 19 grandes urbes -18 barceloneses y 1 de Tarragona- de las que 13 han escogido el tipo máximo del 3,8% para sus actividades económicas y ninguna se coloca por debajo del 3%, a diferencia de otras ciudades españolas. Y con las mínimas, salvo dos que están en el 1,5%, las restantes 17 tienden a colocarse en el rango máximo. Conjuntado tipos máximos y mínimos, estos son los municipios con los IBI más altos de Catalunya.

Tras Algeciras, con un máximo del 3,8% y un mínimo del 3,7%, varias urbes catalanas se colocan en cabeza. Badalona y Vilanova i la Geltrú tiene un 3,8%-3,5%; Castelldefels y Cerdanyola del Vallès el 3,8%-3,4%; Santa Coloma de Gramanet, el 3,8%-3,31% y Mollet del Vallés, 3,8%-3,21%. Las otras siete ciudades con el tipo máximo en el 3,8%, aplican un mínimo por debajo del 2%.

Impuesto bienes inmuebles (IBI)

Este impuesto grava la propiedad de los inmuebles -ya sean urbanos, rurales o de características especiales- que las empresas y los autónomos han de pagar cada año por sus locales. Cada ayuntamiento puede escoger un tipo impositivo que oscila del 0,4% al 1,1% para inmuebles urbanos y del 0,3% al 0,9% para los rústicos, que se aplica sobre valor catastral del inmueble. Este valor lo determina el Catastro, una entidad que depende del Ministerio de Hacienda.

También es este impuesto, las capitales y grandes ciudades catalanas se colocan en el rango alto del gravamen. En el caso de los bienes urbanos, solo 2 capitales de provincia de toda España-Girona (1,041%) y Tarragona (1,023%)- cobran por encima del 1%, a las que sigue Lleida (0,947%). Barcelona, con un 0,66%, está en la media de España. Huelva tiene el cuarto mayor tipo, 0,78%, casi dos décimas por debajo que Lleida.

Reus (Tarragona) ostenta el primer puesto absoluto, con un tipo impositivo del 1,2022%, por encima de las tres capitales catalanas y varios municipios barceloneses pujan con algunos gaditanos entre los primeros puestos. Manresa, con un 0,98% empata con San Fernando y Sanlúcar de Barrameda; Granollers es la siguiente, con un 0,962%; Mollet del Vallès, 0,849% y Hospitalet de Llobregat, 0,8213%. Los comerciantes y propietarios de pisos de Castelldefels son los que pagan el IBI más bajo entre las ciudades catalanas con mayor población, el 0,4624%.

No obstante, aunque el tipo impositivo es un factor determinante en el pago de este impuesto, también pesa la actualización de los datos del Catastro. La subida en el mercado inmobiliario conlleva un aumento del valor catastral de cada piso, sobre el que se calcula el IBI. Los municipios con tipos impositivos más altos, suelen coincidir con aquellos que llevan más tiempo sin revisar el valor catastro. De hecho, cuando se actualiza, los expertos fiscalistas hablan de una subida de impuestos encubierta. Muchas grandes urbes tienen los valores catastrales de finales del siglo pasado.

Impuesto Circulación (IVTM)

El impuesto sobre vehículos de tracción mecánica (IVTM) impacta en menor medida que los otros dos en los costes empresariales, limitado a los negocios que usan flota de vehículos. Se abona anualmente por cada coche en propiedad con la finalidad de mantener las vías urbanas en buen estado. La tasa máxima es del 2%.

Nuevamente, las grandes urbes catalanas escogen el tipo máximo. El estudio de la fiscalidad municipal determina el tipo medio por comunidades autónomas y Catalunya es la número uno del ranking, pues para los turismos se aplica un mínimo del 1,99% y un máximo del 2%. En el resto de los vehículos, máximo y mínimo coinciden en el 2%.

De las 46 capitales de España con régimen común, solo 6 están en el máximo del 2% en máximo y mínimo, de las que la mitad son catalanas: Barcelona, Lleida y Tarragona. Girona no se aleja mucho, pues el mínimo está en 1,97% y el máximo que 2%. De las restantes 19 grandes urbes catalanas, 16 están en el 2%. Solo se libran Castelldefels, Mollete del Vàlles y Prat de Llobregat, aunque este último por poco: 1,98% mínimo y 2% máximo, por encima de Girona.