La autoridad de cine de China ha anunciado que reducirá la importación de películas norteamericanas, de manera que exhibirán menos en los cines de su país, según informa la agencia de noticias Xinhua. Así lo anunció en plena escalada de los aranceles, un día antes de que Donald Trump los fijara en el 145% para las importaciones desde China y Xi Jinping, en el 125% para las norteamericanas.
El gobierno chino se propone introducir más películas "excelentes" de otros países para satisfacer la demanda interna y, quién sabe, si eliminar o "prohibir del todo" los filmes norteamericanos, según apunta el medio especializado Variety. Y The Hollywood Reporter añade que estas amenazas llegan cuando los grandes estudios norteamericanos están reduciendo las ganancias en China porque el público prefiere, cada vez más, las producciones locales, una industria en auge.
No obstante, los blockbusters (éxitos de taquilla internacionales) siguen triunfando en China, el segundo mercado cinematográfico mundial. En estos momentos, 'Una película de Minecraft', un filme de aventuras infantil basado en el videojuego del mismo nombre, distribuido por Warner Bros (ver imagen superior), es el más visto en los cines chinos. En el primer fin de semana del estreno recaudó 14 millones de dólares en el gigante asiático. Y ha dejado en segunda posición Ne Zha 2, una película de animación china, que ha sido el gran éxito de taquilla de los últimos años en este país.
El año pasado, la industria cinematográfica norteamericana obtuvo entre 500 y 600 millones de dólares de beneficios en China, según la prensa especializada. Si se compara con los cerca de 600.000 millones de dólares que suponen las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, la importancia del sector es relativa, pero intranquiliza a los grandes estudios, que son los más expuestos. Por ejemplo, Disney había previsto estrenos este año y tiene en China uno de sus mejores mercados en el exterior.
La escalada en los aranceles genera preocupación en Hollywood pero no le quita el sueño a Donald Trump. Todo lo contrario. En una rueda de prensa el miércoles pasado en la Casa Blanca, cuando se le preguntó por las amenazas de China a las películas norteamericanas, Trump no le dio ninguna importancia. En tono burlón, dijo: "he escuchado cosas peores" y se extendieron las risas en la sala.
"China retaliated today by reducing the number of American films that can be shown there. What's your reaction to them now targeting cultural exports?"@POTUS: "I've heard of worse things." 🤣 pic.twitter.com/zpseCdDXEX
— Rapid Response 47 (@RapidResponse47) April 10, 2025
Trump no sintoniza con Hollywood ni, en general, con la industria cultural norteamericana. Pero, en la última entrega de los Óscars, en marzo pasado, no se escuchó ni una sola crítica directa a Trump, cuando durante su primer mandato como presidente fueron constantes. De momento, los estudios y las estrellas de Hollywood guardan silencio.
En enero pasado, Trump nombró a tres "embajadores" en la industria de Hollywood, veteranas estrellas próximas al presidente: Jon Voight (de 86 años), Mel Gibson (69 años, que acaba de recuperar el permiso de armas por un indulto de la administración norteamericana) y Sylvester Stallone (78). Este último, célebre por sus interpretaciones de Rocky o Rambo, presentó a Trump en un acto público en Florida después de su victoria electoral y lo comparó con George Washington. Estos actores, conocidísimos, pero actualmente con escaso peso en la industria, tampoco se han pronunciado sobre el conflicto con China si bien siguen brindando un apoyo incondicional al presidente.