Alcarràs busca convertirse en hub tecnológico. Y es que el municipio de Lleida, referente en el sector agrícola y ganadero, se abre camino en el ámbito tecnológico y de cara al 2026 tiene el objetivo de abrir un centro "para la innovación, el desarrollo y la fabricación preindustrial de alimentos basados en proteína alternativa". Desde el centro de la Bioeconomía de Catalunya (BiohubCat), impulsor del proyecto, explican que la inversión inicial prevista para este hub será de 25 millones de euros y que el 51% del capital provendrá de inversores privados, mientras que el 49% restante será de fondos públicos.
De hecho, hace medio año el Departament d'Economia de la Generalitat señaló que estos 12,5 millones de euros se financiarán con fondos europeos y con la colaboración de otras instituciones. A través de un concurso público, el Govern encargó la elaboración del hub a Ingal, una consultora familiar con más de 50 años de experiencia especializada en la ingeniería agroalimentaria, la logística y la farmacéutica.
La finalidad de esta planta, que ocupará más de 5.000 metros cuadrados de superficie, es impulsar la investigación y el desarrollo en el ámbito de la proteína alternativa y convertir no solo Lleida, sino también Catalunya, en un "referente" en este sector. Este espacio contará con 4 líneas de proceso de la instalación: una primera de extracción de proteína aislada, una segunda línea de extrusión, una tercera de fermentación y la última enfocada a la elaboración del producto final. "Será una planta de acceso abierto, combinable en módulos de diferentes tecnologías y tamaños y adaptable según las necesidades de cada proceso", añaden desde el BiohubCat.
Las instalaciones contarán con laboratorios para desarrollar las primeras pruebas piloto, la fase preindustrial, la validación y hasta el producto final. Además, con respecto a la ubicación, comentan que está escogida "estratégicamente" para "favorecer el crecimiento económico, empresarial y sectorial de Lleida, así como el acceso al mercado".
Apuesta por Lleida
La Generalitat dio luz verde el año 2021 a la estrategia de la bioeconomía de Catalunya 2030, que incluye como una de sus líneas prioritarias el desarrollo del Hub de la Bioeconomía de Catalunya, con la voluntad de "convertirse en un polo catalán de biotecnologías y bioproductos". El objetivo es que desde el territorio leridano se lidere este proyecto, ya que Lleida concentra el 50% de la producción agrícola y ganadera de Catalunya.
Dentro del BiohubCat hay 13 líneas de actuación, dos de las cuales se ubicarán en Alcarràs. Es en este municipio donde quieren situar esta primera planta preindustrial de acceso abierto para la validación de biotecnologías y bioproductos y, paralelamente, en el Parque Agrobiotech se ubicará la oficina técnica para el desarrollo de proyectos.
La proteína vegetal en Catalunya
Por proteína alternativa se entiende aquellos análogos vegetales de la carne, vegetales de la leche, sustitutos del pescado y el marisco, carne cultivada a base de células y nuevas fuentes de proteína como los insectos, setas, algas y microorganismos y Catalunya cuenta con 103 empresas dedicadas a este tipo de producto que facturan 269 millones de euros. Según datos proporcionados por la Agencia para la Competitividad de la Empresa (ACCIÓ), estas compañías generan más de 900 puestos de trabajo.
Las ventas totales de la proteína a escala global han pasado de 21.000 millones de dólares en 2017, a más de 27.000 millones en el 2022 y de cara al 2040, se calcula que el volumen de negocio del sector de la proteína alternativa aumentará hasta llegar a un trillón de dólares.
El análisis de ACCIÓ contempla tanto empresas dedicadas exclusivamente a los productos basados en proteína alternativa como otros del sector cárnico o lácteo con líneas de producción vegetales, más allá de las especializadas en ingredientes para la mejora del sabor, el aroma, la textura de los alimentos o los suplementos. De estas empresas, el 68% son pymes y el 36,9% se establecieron hace menos de una década. Además, el 10,7% son start-ups y el 14,6% son filiales de empresas extranjeras. De estas, el 69,9% de las compañías son exportadoras y el 53,4% lo son de manera regular.