El president de la Generalitat, Salvador Illa, se ha mostrado partidario de una fiscalidad que no desestimule el crecimiento económico y la prosperidad de España y Catalunya, pero "sin hacer experimentos", dado que la presión fiscal española está dos puntos porcentuales por debajo de la media europea. Illa ha expuesto su planteamiento este viernes durante la inauguración del Encuentro de Economía en S'Agaró (Girona), con una intervención en que ha defendido que "si hay ideas sobre fiscalidad mirémoslo, pero sin hacer experimentos, porque la fiscalidad tiene que ser un estímulo para favorecer la educación, la seguridad, la innovación...". En definitiva, "una fiscalidad que permita tener mejores servicios públicos", ha dicho Illa, que ha pedido que no se haga referencia a la curva de Laffer, una teoría económica que apunta que, a partir de un cierto punto, a menos impuestos, más recaudación pública, porque se ha referido a la necesidad de tener controlado el deber público. "Nadie discutió que el Gobierno aumentara la deuda hace 4 años para ayudar familias y empresas, y eso se tiene que devolver", ha dicho.

El presidente ha enfatizado que su objetivo es que "la prosperidad del crecimiento económico sea compartida", porque si no es así "no será aceptada socialmente". En este sentido, el líder del ejecutivo catalán se ha referido a la positiva progresión del salario mínimo interprofesional (SMI) o de las pensiones, pero también ha mencionado el problema de la vivienda.

El presidente socialista ha aprovechado el auditorio del encuentro económico para tirar "un mensaje de optimismo" a pesar de un cierto contexto de incertidumbre, por lo cual "se tiene que tocar de pies a tierra". También ha recordado a los asistentes que "cuando las cosas funcionan bien, siempre nos encontramos [Catalunya y España], en la paz no en la confrontación, para sumar esfuerzos," ha asegurado. Una suma que también se tiene que dejar notar ante Europa, ha dicho, "no solo para ir a pedir ayudas, sino también para aportar ideas y ayudar a fortalecer Europa" y para hacer frente a la situación geopolítica internacional. "Defender los intereses de Europa es sinónimo de defender España y Catalunya", ha remachado.

Según Illa, Europa tiene que fomentar la unión federal y fortalecer sus instituciones: "más Europa, más integración europea," ha insistido. Por eso se ha mostrado partidario de aplicar el informe Draghi y ha significado la presencia de España en las instituciones europeas "porque es bienvenida". También ha dado un repaso a la "robusta recuperación" de la economía española después de la pandemia, con respecto al resto de países europeos.

Guindos advierte de una guerra comercial

Los mensajes que ha lanzado el presidente Illa han coincidido con el resto de personalidades que han inaugurado el Encuentro de Economía de S'Agaró, el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos; y el presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet. El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) ha reiterado que la rebaja de los tipos de interés sigue pendiente de la evolución de la inflación y que, aunque se da por seguro que se conseguirá el objetivo del 2%, la inflación en el sector servicios sigue a niveles del 4%. Para controlar esta inflación en el sector servicios, el banco central confía en la moderación de los salarios y la mejora de la productividad.

El vicepresidente del BCE se ha referido a dos factores "un poco paradójicos". Por una parte, que el consumo de las familias no despierta y, por otra, que no se fomentan los proyectos de inversión. Según Guindos, lo que sucede es que aumenta la tasa de ahorro de los hogares porque hay una cierta desconfianza todavía en el futuro más inmediato; y también, las empresas, que no sacan adelante inversiones.

En este contexto de dudas, la presidencia de Donald Trump y su propuesta de incremento de los aranceles comerciales tampoco es un buen síntoma, ha recordado Guindos. Para el portavoz del BCE, el gobierno de Trump tiene aspectos como la inmigración y la política comercial. En este último capítulo "no me preocupa que se fijen los aranceles tanto como lo que es más importante: cuál será la reacción de los países que los sufran". En función de cuál sea esta reacción se puede abrir "una guerra comercial mundial extrema", ha concretado. Como ejemplo de los efectos colaterales, Guindos ha hecho notar a los asistentes que ahora ya se ha depreciado el euro respecto del dólar.

Preguntado sobre la evolución de la economía europea y, más concretamente, sobre Alemania, el vicepresidente del BCE ha dicho que este país parte de varias ventajas como son "un espacio fiscal porque solo tiene un 3% de déficit público y puede afrontar el gasto y las inversiones públicas". También tiene una red de pymes "enormemente competitiva" y, muy probablemente, dispondrá de un nuevo gobierno que proporcionará seguridad y estabilidad política. En contra, Alemania tiene una gran dependencia energética de Rusia y una crítica situación de su industria automovilística.