Se cumple un año de la invasión de Rusia a Ucrania y muchas de las consecuencias económicas que ha desencadenado la guerra todavía están presentes en el día a día, también en lo referente a la vivienda. El ejercicio pasado iba a ser el año de la recuperación tras los estragos causados por la pandemia de la Covid-19, pero el conflicto armado ha lastrado a la economía a nivel global hasta la actualidad.
La inflación y el aumento de los costes se ha trasladado a lo largo de los últimos meses al bolsillo del ciudadano, que ha tenido que hacer frente al incremento de precios en todo tipo de bienes y servicios. En materia de vivienda se han llevado a cabo políticas monetarias que han encarecido los precios de las hipotecas, se han producido alzas en los precios de compra y de alquiler y también se han aprobado medidas para tratar de paliar estos efectos.
Con el objetivo hacer frente a la inflación, producida especialmente por los elevados costes energéticos, los principales bancos centrales han llevado a cabo durante los últimos meses una política monetaria expansiva para encarecer el precio del dinero y reducir el consumo. De este modo, tanto la Reserva Federal estadounidense (Fed) como el Banco Central Europeo (BCE) han acometido ocho y cinco subidas de los tipos de interés respectivamente.
Encarecimiento de las hipotecas, con el Euríbor en máximos de 2008
Esta situación ha provocado una escalada en el precio de las hipotecas variables. Así, el Euríbor, el índice al que se encuentran referenciadas las hipotecas variables, ha llegado a sobrepasar esta semana el nivel del 3,6%. Se trata de una cifra que no se superaba en España desde el año 2008, y contrasta con el 0,5% en el que estaba situado el Euríbor hace un año. Con todo ello, muchos propietarios han sufrido el incremento de las cuotas mensuales a pagar por sus hipotecas.
Ante el creciente precio de este tipo de créditos hipotecarios, el efecto consiguiente ha sido un mayo interés entre los ciudadanos por las hipotecas a tipo fijo, donde todos los meses se paga la misma cuota que se haya negociado con el banco. Pero aquellos que hayan elegido esta opción en los últimos meses también han visto como las principales entidades bancarias en España han encarecido notablemente su precio, en algunos casos por encima del 4%.
La tendencia al alza se confirma con los últimos datos publicados por el Banco de España (BdE). Según la institución, el tipo medio al que las entidades españolas concedieron créditos para hipotecas en el mes de enero fue del 3,345%, el mayor nivel registrado desde noviembre de 2013. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) también son un buen reflejo del contexto actual tras un año de guerra.
Según el organismo estadístico, el importe medio de las hipotecas constituidas sobre viviendas subió un 5,8% en 2022, hasta los 145.510 euros. Se trata de su valor más alto desde 2007. La guía de los bancos centrales es continuar con la misma política monetaria este año, hasta conseguir el objetivo de rebajar la inflación al 2%, por lo que es poco probable que la situación en este aspecto se dé la vuelta a corto plazo.
Sigue la escalada en el precio de la vivienda
En el caso del acceso a la vivienda, en España los precios para comprar casa han ido subiendo en el último año a raíz del aumento de la inflación provocada por las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania. Cifras como las publicadas por el Colegio de Registradores, sitúan el aumento en el precio de la vivienda en un 6,7% en 2022 con respecto al año anterior. De este modo, alcanzó los 1.944 euros por metro cuadrado, el nivel máximo desde finales de 2008.
Este aumento tuvo mayor fuerza en el caso de la vivienda usada (+7,9%), aunque el precio de la vivienda nueva también registró un incremento de hasta el 3,3%. A pesar de ello, tanto la firma de hipotecas como la compra de vivienda ha experimentado un notable crecimiento en los últimos meses, si bien es cierto que los datos respecto a diciembre confirman un frenazo en esta tendencia al alza.
En cuanto al alquiler, los precios que tienen que pagar los inquilinos ya llevan años escalando, pero el último año marcado por la guerra ha seguido tensionando el mercado. De este modo, los precios no pararon de subir y algunos portales inmobiliarios como Idealista cifran el aumento del precio medio en un 9,1% durante el año pasado, hasta alcanzar los 11,4 euros el metro cuadrado. Una situación que achacan a la escasa oferta de viviendas.
Tope al alquiler, prórroga de los contratos y prohibición de desahucios
Para combatir los elevados precios que cada vez dificultan más el acceso a la vivienda, desde el Gobierno se han tomado una serie de medidas en el marco del Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales que la invasión de Rusia en Ucrania está teniendo en los ciudadanos. De este modo, el Ejecutivo aprobó el límite a las subidas del alquiler de la vivienda, que establece un tope del 2% al incremento de la renta a pagar al arrendatario.
Una medida que prorrogó el pasado diciembre con validez para todo el 2023. En este sentido, el arrendador de una vivienda, cuando llegue el momento de la actualización anual de rentas, no podrá aplicar el IPC, aunque esté estipulado en el contrato, sino el IGC (Índice de Garantía de Competitividad), con el máximo del 2%.
En el plan también se incluye una prórroga extraordinaria de los contratos de arrendamiento de la vivienda habitual que finalicen antes del 30 de junio, pudiendo ampliarse durante seis meses. No obstante, existen casos de propietarios que han alegado la necesidad de la casa para un familiar con el fin de romper los contratos y la búsqueda de nuevos clientes a los que aplicar precios más altos.
Por otro lado, se ha prorrogado también durante seis meses la suspensión de los desahucios y lanzamientos para hogares vulnerables. Tampoco se podrá durante este periodo cortar los suministros esenciales. Asimismo, el Ministerio de Economía ha firmado una acuerdo de buenas prácticas con los bancos, de carácter voluntario, para aliviar la carga que supone el pago de la hipoteca a hogares vulnerables o en riesgo de vulnerabilidad ante el incremento del Euríbor.