El impuesto de CO₂ que se tributa únicamente a los contribuyentes y las empresas catalanas de la automoción no ha alcanzado los objetivos de recaudación marcados por el Gobierno catalán. Este impuesto fue promovido por la Conselleria de Territorio y Sostenibilidad el año 2021, bajo el gobierno conjunto de Junts y Esquerra, pero dos años después de su aplicación, los resultados están lejos. Así pues, la recaudación del año 2021 que se elevó a 30,25 millones de euros y obligaba en 3.913.473 contribuyentes catalanes tenía como objetivo recaudar 66 millones de euros y la del año 2022 que se elevó a 41 millones de euros y obligaba a 4.657.702 contribuyentes catalanes, no llegó a los 160 millones de euros recaudados.

Con estos datos encima de la mesa, la patronal catalana de la automoción Fecavem ha presentado un informe propio para abordar el lastre de la aplicación de este tributo y dar respuesta a lo que, según ellos, se debe a una no consecución en la recaudación motivada por diferentes razones. La primera que han querido subrayar y recordar es los problemas en la aplicación del cálculo de este impuesto que llevó un gran mal de cabeza a la Agencia Tributaria de Catalunya: "Tenemos el caso de un concesionario con 200 coches que se le aplicó este tributo por cada uno de sus vehículos cuando ya no los tenía en stock", ha subrayado al presidente de Fecavem, Jaume Roura.

Rueda de prensa con el presidente Jaume Roura y el portavoz Joan Blancafort en la sede de Fecavem

Pérdida de competitividad

La patronal pone el acento en el agravio económico, pero también comparativo con otras comunidades autónomas. "Como que el impuesto solo se aplica a Catalunya, eso favorece que los coches se matriculen fuera, especialmente en Madrid, pero que sigan circulando por nuestra casa", ha añadido el secretario general de la entidad, Joan Blancafort. De rebote, también se pierden impuestos como el de circulación, que recaudan los municipios catalanes, o el de matriculación, que recauda el Gobierno. El impacto de este pérdida de matriculaciones ya se percibe el mismo año 2017 cuando se anuncia. Si las matriculaciones catalanas tenían un peso del 15,7% en el conjunto de España el año 2014, en el 2018 la bajada empieza a ser de dos puntos negativos, hasta el 14% y, posterior a la pandemia y la aplicación de este impuesto, hoy día ya nos situamos en el 11,8%.

¿Por otra parte, el Informe también se plantea qué uso se ha hecho de este dinero recaudatorio? El 50% se ha destinado a Patrimonio Natural y el otro 50% en el Fondo de Cambio Climático. Inicialmente, se anunció que se destinaría a fomentar las energías renovables y la renovación del parque móvil catalán no se ha destinado ni un euro, hecho significativo para ayudar a paliar la contaminación. Si vamos en los efectos directos, este efecto se ha palpado, especialmente, en el sector del renting. En Madrid se matriculan el 94% del total, en Catalunya un 0,5%. Mientras que el rentacar, ligado al sector turístico, Madrid tiene el 68,9% del pastel y Catalunya se queda con el 4,2%. Una anomalía teniendo en cuenta que Barcelona es líder en el tercer servicio del turismos. Y actualmente incluso las Islas Canarias o las Islas Baleares superan estas cifras. Hay que recordar que, con respecto al envejecimiento del parque, en el conjunto de España es el segundo país con el parque más envejecido de la Unión Europea con 14 años por término medio, por encima de los 11 de los últimos tiempos que registraba.

Antes de hacer público este Informe, Fecavem lo ha trasladado de forma personal a los principales partidos del Parlament de Catalunya: Esquerra, PSC y Junts. Y también lo hará próximamente con el resto de partidos que nos quieran escuchar: "Pedimos que se modifique o se suprima, pero así no puede seguir y cabreando a la gente", ha constatado el presidente Roura. "No tenemos el compromiso explícito por parte de ningún partido, pero sí han entendido la situación que hemos planteado y están dispuestos a hablar más".