El anterior ejercicio fue un periodo de cambios y consolidaciones en el mercado energético español. Pese a que el estallido de la guerra de Ucrania ha catalizado todas las variaciones dadas en el escenario de la energía española, el país ibérico ya era uno de los territorios llamados a abanderar la transición energética. En ella, el autoconsumo se ha erigido como una de las alternativas favoritas para los consumidores españoles. La opción de que los clientes puedan ver rebajada su factura resulta suculenta en un escenario energético como el actual.

Además, la ciudadanía, poco a poco, ha ido ganando mayor sensibilidad con respecto a la transición energética y el salto a la energía verde. España entiende que la mejor opción es avanzar hacia un futuro sin dependencia de los combustibles fósiles, pese a que, hoy por hoy, es imposible. Aun esto, las alternativas ‘verdes’ han ido ganando terreno, y en esas, el autoconsumo se ha convertido en una de las opciones preferidas de los españoles. De hecho, según los últimos datos de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), el autoconsumo fotovoltaico ha duplicado la potencia instalada durante 2022, hasta los 5.249 MW.

Los tres años de impuesto al sol que España aguantó

Pese a que esta fuente energética se ha asentado en los hogares y empresas españolas, hace no mucho los presagios sobre la evolución del autoconsumo eran bien distintos. En octubre de 2015, el Gobierno dirigido por Mariano Rajoy aprueba un peaje que consistía en una tasa que debía pagarse por el autoconsumo de la energía. El Ejecutivo de aquel momento justificó la entrada del conocido ‘impuesto al sol’ por el hecho de que las instalaciones fotovoltaicas también recurrían a la red eléctrica cuando la producción solar no era suficiente. Las altas tasas hicieron que gran parte de la sociedad se olvidara del autoconsumo, desincentivando la instalación fotovoltaica.

En ese momento, España estaba echando por tierra la que era una de sus virtudes. Y es que, la nación ibérica, por sus circunstancias meteorológicas, es el lugar idóneo para el aprovechamiento de la energía limpia.

Fernando Romero, consejero delegado de EiDF, cree que este impuesto “fue una barbaridad, además de no tener ni sentido ni lógica”. Luis Villar, asesor financiero y de mercado de Greenward Partners, expresa para ON ECONOMIA que “el autoconsumo ha crecido porque se ha hecho más accesible y fácil. El impuesto al sol estaba haciendo todo el mal, prácticamente no se podía hacer autoconsumo”.

El impuesto al sol trascendió a los debates políticos

Tal era la polémica asociada a este peaje que este se convirtió en un objeto de discusión política. Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno, incluyó la derogación del impuesto al sol entre sus propuestas si él salía vencedor de las elecciones. El actual máximo mandatario del Ejecutivo nacional expresaba en aquel momento que “es preciso eliminar barreras, cargas y peajes que frenen la expansión del autoconsumo y hay que promover su incorporación al sistema energético”. Sánchez destacaba que “el impuesto al sol con el que amenaza el Gobierno no tiene ninguna justificación”, y matizaba “el derecho a autoproducir la energía”.

Fue entonces cuando en 2018, con el cambio de Ejecutivo nacional a las órdenes del propio Sánchez, cuando se suprimió el impuesto al sol y, a partir de ahí, esta fuente energética ha ido creciendo exponencialmente en el país. May López, profesora de EAE Business School, cree que la “derogación del impuesto al sol fue un antes y un después”.

Para Luis Villar, “uno de los motivos del crecimiento del autoconsumo está en que se cambió la regulación”. Fernando Romero hace balance y expresa para ON ECONOMIA que “todas las justificaciones que se dieron para limitar el autoconsumo se han visto que no tenían ningún sentido”. Pese a ello, el consejero delegado cree que “lo importante de la norma es que fue la primera regulación para el autoconsumo, y estuviera bien o mal, estaba regulado, aunque era restrictivo”.

España cuenta con 5 GW de potencia instalada, y va a por más

Sea como fuere, el mercado energético no has traído hasta dónde estamos ahora. España, como la Unión Europea, está volcada en la transición energética, y para ello se ha puesto a disposición una serie de subvenciones que también han catalizado la adopción hacia esta fuente energética. Según datos de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), en 2022, España elevó la potencia instalada hasta los cerca de 5.000 MW. Por su parte, los últimos datos de la UNEF ponen en 5.249 MW la potencia instalada desde los 337 MW que había en 2018, último año del impuesto al sol.

Es decir, tras la supresión de dicho peaje, el autoconsumo ha crecido un 567% en apenas cinco años. Al mismo tiempo, y motivado por la búsqueda de opciones más asequibles para el bolsillo de los consumidores, el autoconsumo se ubica como la alternativa energética favorita para suplir a los combustibles fósiles entre los españoles. Fernando Romero, CEO de EiDF, cree que “es lógico que haya crecido después del impuesto al sol. Tanto la supresión de este peaje, como el cambio de Gobierno, son señales que impulsan a las energías renovables”. Las estimaciones de APPA ubican la potencia instalada para dentro de un año en 8.919 MW, cerca de lo remarcado en la Agenda 2030.

No hay duda de que el autoconsumo ha calado de lleno entre los consumidores y, como expresa Juan Carlos Higueras, profesor de EAE Business School, “lo que ahora parece raro, que es pasear por una zona residencial y ver placas solares, se va a convertir en un habitual dentro de poco tiempo”.

Nadie sabe lo que hubiera pasado si el impuesto al sol siguiera vigente, pero lo que sí es cierto es que España se hubiera perdido los más de 4.900 MW que ahora hay instalados con respecto al último año en que el dicho impuesto estuvo vigente.