La ONG Oxfam ha presentado un informe al inicio del Foro Económico Mundial de Davos acerca la “desigualdad creciente” y los efectos de la “policrisis”. En él, la organización sin ánimo de lucro insta a elevar al 75% los impuestos a las grandes fortunas, con el objetivo de reducir la desigualdad económica y paliar los efectos adversos de la subida de la inflación, los últimos coletazos de la pandemia y los efectos de fenómenos como sequías, ciclones e inundaciones.
El documento se ha publicado a primera hora de la mañana en el Foro Mundial Económico que se celebra en Davos, Suiza, y al que asisten varias personalidades importantes del mundo de la economía, entre las que destacan Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, o Martin J. Walsh, secretario general de Estado de Empleo de Estados Unidos, entre otros.
Los salarios de 1.700 millones de personas no se ajustan a la inflación
En el documento, Oxfam destaca que, desde el inicio de la pandemia de coronavirus, un 1% de la población mundial ha acaparado casi dos terceras partes de la nueva riqueza generada, lo que representa el doble que el 99% de la población restante. La ONG ha calculado que la riqueza de ese 1% “privilegiado” suma 2.700 millones de dólares (unos 2.500 millones de euros) cada día, en tanto que los salarios de cerca de 1.700 millones de trabajadores crecen por debajo de la inflación.
En la misma línea, Oxfam destaca que las empresas energéticas, las cuales han pasado a un primerísimo plano con el alza de los precios de las energías que ha llevado a la economía mundial a una crisis energética, y las compañías de alimentación, aumentaron sus beneficios y distribuyeron 257.000 millones de dólares en dividendos a sus accionistas. Esto dista de las más de 800 millones de personas “que se van a la cama con hambre cada noche", tal y como remarca la ONG.
Según el estudio de la organización, tres cuartas partes de los gobiernos tienen previsto recortar el gasto durante los próximos cinco años. Esto supone un importe total que podría ascender a 7,8 billones de dólares (unos 7,2 billones de euros).
Una posibilidad para reducir la pobreza
Pese a que el estudio es amplio y toca varios puntos de interés socioeconómico, la principal conclusión de este es que, si se aplicara un impuesto a la riqueza de hasta el 5% a los multimillonarios y milmillonarios, podría recaudarse 1,7 billones de dólares (1,5 billones de euros) anualmente. De darse este hecho, esto permitiría a 2.000 millones de personas salir de la pobreza, además de dar la posibilidad de financiar un plan mundial para acabar con el hambre en el mundo.
Actualmente, en cerca de 100 países el impuesto máximo sobre la renta está en torno al 31%, en tanto que 123 estados no supera el 18%, porcentajes muy bajos que muestran una tendencia a la baja que rompe con lo vigente “durante gran parte del siglo XX”. En esa época, los tipos impositivos máximos eran del 60% sobre la renta personal para los grupos con mayores ingresos.
Oxfam mantiene que los tipos impositivos aplicables las grandes fortunas deberían ser, “como mínimo”, del 75%, lo que “desincentivaría el pago de altísimos bonus y salarios desorbitados a altos directivos”. La organización añade que, si los gobiernos aspiran a gravar el conjunto de las rentas de una manera integral, “deben asegurarse de que las rentas de capital tributen como mínimo al mismo nivel que los ingresos derivados del trabajo, aunque preferentemente deberían aplicar un tipo impositivo más alto”.
Según el informa dado por la organización, en la mayoría de los países, las rentas de capital y de activos financieros constituyen la principal fuente de ingresos de las grandes fortunas, pero en casi todas las jurisdicciones, tributan por debajo de las rentas de capital.
Banco Mundial y FMI, de acuerdo con la subida de la carga fiscal
El documento de Oxfam llega en un momento en el que cada vez hay un mayor consenso en elevar los impuestos de los súper ricos. Instituciones como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial se han manifestado a favor de subir la carga fiscal a las grandes empresas y a los ricos. Esto podría resultar favorable para apoyar a las personas más afectadas por la crisis energética, lo que “se podría” deducir que gravar la riqueza es un mecanismo más eficiente para reducir la pobreza que impulsar el crecimiento.
Hay varios países que está profundizando en medidas que vaya dirigidas a las rentas altas. El objetivo es equilibrar la economía. En el documento de Oxfam destaca que Reino Unido decidió echar atrás su pretensión de recortar los impuestos a los ricos tras el desplome del mercado financiero. El estudio prosigue hablando del caso de Sri Lanka, que aplicó las rebajas fiscales a los más ricos sin contar con la financiación necesaria para ello. La posterior crisis de la deuda del país asiático llevó al FMI a instar al Gobierno a cambiar de política y subir los impuestos de los ricos.
A la inversa, algunas de las naciones que están avanzando en esta materia y que buscan aumentar la carga fiscal sobre las rentas más elevadas son España, Chile, Colombia o Bolivia. Otras como Canadá, China, Países Bajos o Malasia lo están debatiendo.