Los impulsores de la iniciativa privada que defiende la construcción de una pista sobre el mar para la ampliación del aeropuerto del Prat defienden su viabilidad económica y medioambiental. "El nuestro es un proyecto disruptivo pero viable que permitirá aumentar la capacidad y la superficie del espacio aeronáutico actual", que es una alternativa a las que Aena tiene sobre la mesa y "piden que las administraciones lo estudien ampliamente", han dicho durante la presentación del proyecto a los medios de comunicación.
La iniciativa del proyecto corresponde a un grupo de técnicos y ecólogos formado por el ingeniero Joaquim Coello, los economistas Guillem López-Casasnovas y el también ex conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, los ingenieros Fernando Hermosilla y Eduardo Alonso, y el ecólogo Joandomènec Ros. Su propósito es "buscar una solución viable al colapso del Prat y tener más elementos sobre la mesa de discusión". "La propuesta de Aena de alargar la pista actual de 2.600 metros es un parche", ha manifestado Mas-Colell, después de que Joaquim Coello expones que todos los aeropuertos de Europa tienen una pista o dos de 3.500 metros, que es la longitud necesaria para que se eleven los aviones que hacen los vuelos intercontinentales.
Argumentan que construir una pista de 3.500 metros "es prioritario" y la solución "óptima" para descongestionar el aeropuerto y asegurar que haya más vuelos intercontinentales de largo radio con origen en el Prat. Apuntan que se podría pasar de los 18.000 vuelos actuales en unos 30.000 vuelos. "Nuestro modelo es Múnich o Zurich", porque "si no acertamos en la alternativa que nos tiene que permitir ampliar la capacidad de la infraestructura se colapsará y tendremos que construir un aeropuerto nuevo a 35 o 40 kilómetros de Barcelona". El año 2019, pasaron por el aeropuerto 52,7 millones de pasajeros y se realizaron 344.000 operaciones, de manera que se hacen unas 90 operaciones por hora y "con la nueva pista se podría llegar a las 120 operaciones", ha explicado Joaquim Coello. Dos años después de la pandemia la actividad se ha recuperado pero sin llegar a los elevados niveles de 2019.
En detalle esta propuesta consiste en la construcción de una pista de 3.500 metros de longitud, a 10 metros sobre el mar, diseñada como una plataforma sostenida con una estructura de pilotaje, "una técnica arquitectónica que ha avanzado en los últimos años y que ya se ha usado en otras infraestructuras por todo el mundo". Esta estructura evitaría que hubiera un impacto medioambiental sobre el fondo marino y el ecosistema natural de la zona del Prat, según los defensores del proyecto. La construcción tendría una duración de 4 años y un coste de unos 2.200 millones de euros, "una cifra que tampoco está tan lejos de los 1.700 millones que Aena quiere invertir para ampliar la pista actual y que es similar en el dinero que aportará en el aeropuerto de Barajas".
Su propuesta se basa también al potenciar los aeropuertos de Girona y Reus, de manera que se derivarían unos 10 millones de pasajeros al año, y controbuiria en equlibrar los servicios dentro del territorio catalán, ya que Girona y Reus contarán con conexiones ferroviarias de alta velocidad en el 2025 y 2028, respectivamente.. Al mismo tiempo, la nueva pista al estar situada sobre el mar, a 1.500 metros de distancia de la costa, no tendría prácticamente impacto sonoro en los municipios que rodean el área aeroportuaria. "Lo cual permitiría también que la pista fuera útil en una franja horaria más extensa que la actual", han dicho.
"Nada que ver con la idea de hace años"
Los técnicos han destacado que se trata de un proyecto que no tiene impacto medioambiental y que no se le puede comparar con una idea que se lanzó se hace unos años para poner una pista sobre una isla construida artificalment dentro del mar. En aquel supuesto "si había un impacto medioambiental", ha defendido al ingeniero Fernando Hermosilla. Ahora, aseguró, la plataforma sostentada sobre pilones de hormigón no obstruirá del todo la corriente marina "sino todo lo contrario", privará que lleguen sedimentos desde el norte a la costa con lo cual se preservarán las playas de los municipios colindantes, a la vez que se creará una zona de aguas tranquilas. En su opinión, que ha sido remachada por el ecólogo, Joandomènec Ros, edificar la plataforma a 10 metros sobre el mar es suficiente ante posibles temporales marinos porque "el más grave que se ha vivido hasta ahora, el temporal Glòria, provocó olas de 6,8 metros".