Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona (el Eurogrupo) analizarán este lunes la situación de la economía europea y los presupuestos de varios socios para 2025 en un contexto marcado por la incertidumbre en Francia tras la caída del Gobierno de la segunda economía del euro. Los titulares económicos recibirán además a la nueva ministra de Economía británica, Rachel Reeves, dentro de su serie de encuentros con homólogos de terceros países por la que en octubre del año pasado se reunieron ya con la Secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen.

El Eurogrupo pasará revista a la situación de la economía europea con el representante para Europa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alfred Kammer, quien les presentará los resultados de la última misión del fondo dentro de su llamado informe del Artículo IV sobre el área del euro que, según fuentes europeas, tienen "gran convergencia" con las perspectivas de las instituciones comunitarias. Las últimas proyecciones de la Comisión Europea, presentadas en noviembre, apuntan a que la eurozona cerrará 2024 con un crecimiento del 0,8% y ganará impulso en 2025, con una expansión del PIB del 1,3%, apoyada en la recuperación del consumo y la inversión y el descenso de la inflación, aunque en el horizonte planean riesgos ligados a la incertidumbre geopolítica y un posible aumento de las tensiones comerciales.

Los ministros de centrarán después en analizar la situación presupuestaria y fiscal, después de que la Comisión Europea haya evaluado los borradores de las cuentas de 2025 que le han remitido la mayoría de países del euro, así como los nuevos planes fiscales a medio plazo que los gobiernos han tenido que enviar por primera vez este año tras la reforma de las reglas fiscales.

España

En el caso de España, el Gobierno de Pedro Sánchez no ha logrado aún aprobar un proyecto de presupuestos generales que remitir al Ejecutivo comunitario, por lo que este no ha podido pronunciarse sobre las cuentas, pero sí ha dado el visto bueno al plan fiscal, la senda que fija el aumento máximo del gasto público neto para los próximos siete años (un 3% de media anual). De los presupuestos recibidos, Bruselas dio el visto bueno a los de ocho países -Francia, Italia, Grecia, Chipre, Letonia, Eslovenia, Eslovaquia y Croacia-, mientras que rechazó de plano el de Países Bajos y consideró que los de Alemania, Finlandia, Estonia, Irlanda, Luxemburgo, Malta, Portugal y Lituania tampoco están totalmente en línea con las recomendaciones de las autoridades comunitarias.

El Eurogrupo aprobará una declaración al respecto, pero fuentes comunitarias advierten de que, a falta de que el Consejo (los Estados miembros) haya avalado las opiniones de la Comisión, no entrarán en detalles sobre países concretos, algunos de los cuales, podrían incluso tener que modificarlos. Es el caso de Francia después de que esta semana haya caído el Gobierno del conservador Michel Barnier en una moción de censura, lo que ha impedido votar el presupuesto para 2025 que había avalado Bruselas y con el que París quería empezar a enderezar sus finanzas públicas.

"Todo el mundo espera que emerja la claridad y el país sea capaz de formar un gobierno estable, y hay confianza en que eso ocurrirá al final (...) Esperaría que el nuevo Gobierno envíe un nuevo plan fiscal estructural y, obviamente, un nuevo presupuesto", dijo un alto cargo europeo, quien sugirió que en esa tarea el plan fiscal ya avalado por Bruselas serviría como referencia de las "expectativas" europeas. El déficit francés se situará en 2024 en el 6,1 % del PIB, más del doble del máximo permitido por las reglas fiscales, y el Gobierno preveía reducirlo hasta el 5 % en 2025, según el plan fiscal del ya destituido Ejecutivo galo