Los aranceles de Donald Trump amenazan con poner patas arriba el comercio internacional y las empresas exportadoras de todo el mundo están buscando mercados alternativos para sustituir las posibles pérdidas en Estados Unidos. También las españolas, pues, según los cálculos de la Cámara de Comercio de España, podrían desaparecer el 14% de las exportaciones españolas a EE.UU. de mantenerse los aranceles propuestos por la Administración Trump el 2 de abril. El último informe de la asociación de empresas exportadoras de Catalunya (AMEC) ya ha anunciado una profundización de la diversificación de sus mercados.

Pero la búsqueda de nuevos clientes fuera de EE.UU. se centrará en las empresas asiáticas, región donde el presidente de Estados Unidos ha puesto el foco. Y la opinión generalizada de los expertos, es que intentarán colocar en Europa los excedentes que no puedan comercializar en el país de Trump, expulsados por la política de America First. CaixaBank Research señala que “el impacto en Asía sería significativo. Asumiendo que el volumen de importaciones de bienes desde EE.UU. disminuye en el mismo porcentaje del arancel aplicado, los países que podrían recibir el mayor impacto inicial de su entrada en vigor serían con diferencia Vietnam (un 4% del PIB) y Camboya (cerca del 3%). En el caso de China, el efecto de los aranceles recíprocos se situaría algo por debajo del 1%”, aunque esta previsión se hizo antes de que se conociese que EE.UU. está dispuesta a elevar al 125% las tasas que se aplicarán al gigante asiático.

Lo que podría suponer una invasión de productos del sudeste asiático hace Europa, incluyendo España. Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, pronostica que si no hay acuerdo entre Estados Unidos y estos países “habrá una avalancha de bienes chinos y de otros países asiáticos hacia la Unión Europea que afectaría a la industria europea y española. Y desde aquí se podría reaccionar con más tasas arancelarias” con el fin de intentar frenar esta competencia.

Prácticas de dumping

Una tesis que comparten en Funcas, la fundación perteneciente a las fundaciones de las antiguas Cajas de Ahorros. “Las empresas afectadas por el proteccionismo van a reorientar sus exportaciones hacia los países con capacidad de compra para así compensar el desplome anticipado de las ventas en EE.UU. El efecto desvío amenaza, sin embargo, con multiplicar las prácticas de dumping o de vulneración de las reglas comerciales, en detrimento de las economías europeas, donde dichas prácticas están más estrechamente vigiladas. También preocupa el crecimiento exponencial de las importaciones on line de productos fabricados en China que, por su valor (inferior a 150 euros por envío), están exentos de impuestos en Europa. Una de las medidas decretadas por EE.UU. consiste precisamente en la imposición de restricciones a este tipo de comercio, que podría desviarse hacia Europa”, señala el Gabinete de Coyuntura, dirigido por el economista Raymond Torres.

El análisis de Funcas incide en que el cierre del mercado estadounidense a las ventas de poco valor por internet, que afectan a empresas con un volumen muy importante de actividad, las obligaría a dirigir ese excedente hacia el mercado europeo, reduciendo el margen al mínimo o incluso a pérdidas”.

CaixaBank Research explica que dentro de los países asiáticos, se verían especialmente afectados sectores como el textil, con una exposición que llega a más del 30% en el caso de Vietnam; la industria química, gomas y plásticos, o los metales, así como los sectores de productos eléctricos, electrónica y maquinaria, productos que, de desviarse hacia Europa, supondrán una competencia para las empresas locales, en un momento en que tendrían que trasladar las exportaciones a Estados Unidos a sus mercados nacionales.

Efecto desinflacionario

Pero si una avalancha de productos asiáticos puede suponer un hándicap añadido para las empresas europeas que pueden perder negocio en Estados Unidos, tendrá un efecto positivo en las economías europeas, pues al competir con bajos precios contribuirán a la reducción de la inflación en la eurozona, afianzando la política de descensos en los tipos de interés.

Miguel Cardoso, economista Jefe para España en BBVA Research, señala que el crecimiento que estamos viendo en las importaciones provenientes de China tiene que ver con la necesidad que tiene este país de mantener su objetivo de crecimiento del PIB alrededor del 5%, en un entorno de debilidad de la demanda interna. Una dependencia de las exportaciones puede llevar a que, con el aumento de los aranceles, se produzca una búsqueda de destinos alternativos que puedan suplirle. “En los últimos dos años, la inflación de bienes ha bajado, en parte, como consecuencia de los menores precios que han podido ofrecer los productores chinos en los mercados mundiales, producto de las mejoras tecnológicas, pero también de las decisiones de políticas públicas en ese país”.

Lo que, según Cardoso, ha aumentado su cuota de mercado en algunos bienes clave como los vehículos eléctricos, las baterías o los paneles solares. El aumento de los aranceles en EE.UU., junto con la depreciación del Yuan y la necesidad de mantener el crecimiento económico, van a potenciar estas tendencias. Por lo tanto, “se verá un exceso de oferta en algunos bienes y caídas de precios a nivel mundial”. Eso, siempre que no se adopten medidas del resto del mundo que “compensen esta evolución”, matiza.

Un efecto antiinflacionista que también apuntan desde Funcas. “El cierre del mercado estadounidense a las ventas de poco valor por internet que afectan a empresas con un volumen muy importante de actividad, las obligaría a dirigir ese excedente hacia el mercado europeo, reduciendo el margen al mínimo o incluso a pérdidas, lo que también tendría un efecto a la baja sobre los precios”.