La Inspección de Trabajo ha convertido 27.116 contratos fijos discontinuos en indefinidos ordinarios al detectar fraude en el uso de esta modalidad durante el pasado año, según adelantan a ON ECONOMIA fuentes del Ministerio de Trabajo, que matizan que no todos los contratos transformados fueron firmados después de la entrada en vigor de la reforma laboral. Y precisan que no tienen desagregados los contratos irregulares en función de cuándo fueron firmados. Un nivel de fraude bajo si se compara con los 850.000 fijos discontinuos que están activos cada mes según los datos de la Seguridad Social.
En el último tramo del pasado año, el Ministerio de Trabajo puso en marcha una campaña de choque para detectar irregularidades en los contratos de fijos discontinuos porque tenía indicios de que se estaban produciendo irregularidades en el uso de este contrato. Por otro lado, la acción de los inspectores y los subinspectores ha permitido que 277.485 contratos temporales se hayan transformado en indefinidos, casi cien mil menos que en 2021. No obstante, desde el Ministerio explican esta diferencia en la caída del uso de contratos temporales desde la entrada de la reforma laboral que ha reducido durante el pasado año en 1,8 millones las personas afiliadas a la Seguridad Social con esta modalidad contractual.
Sin periodos de inactividad
María José Díaz, portavoz de la Unión Progresista de Inspectores de Trabajo, Upit, explica a ON ECONOMIA que en las instrucciones remitidas con motivo del plan de choque llevado a cabo el año pasado se determinaba que debían controlar el tiempo continuado que venían prestando los servicios los trabajadores inspeccionados, incluidos periodos anteriores a la reforma laboral si el contrato se había firmado antes. Es decir, debían averiguar si el trabajador contratado como fijo discontinuo había tenido periodos de inactividad o había prestado servicio de forma continuada. De ser así, no se justifica la modalidad de fijo discontinuo y se ha obligado a la empresa a transformarlo en indefinido ordinario.
El volumen de nuevos contratos de fijo discontinuos firmados desde la reforma laboral (2,3 millones a lo largo de todo 2022) ha llevado a la Inspección de Trabajo a incluir en el plan de inspección de este año una campaña específica para este tipo de contratos que, a diferencia de la del año pasado que fue un plan de choque, estará programada para el conjunto del año. De momento, no se ha notificado a inspectores y subinspectores en qué tipo de fraude deberán concentrar su actuación.
Nuevas irregularidades
Porque las irregularidades pueden ser distintas; por ejemplo, en vez de mantener en activo todo el año al fijo discontinuo, como se ha inspeccionado el pasado año, se podría dar el caso contrario: que una empresa alargue los periodos de inactividad y no realice la “llamada” para que se incorpore de nuevo a su empleo. La inspectora Díaz matiza que ha pasado un año desde la reforma laboral, poco tiempo para ver como se han comportado las llamadas.
Desde UGT comentan que este año también se ha perseguido la posible contratación en fraude de ley de personas que ya venían trabajando en la empresa con contratos de obra y servicios concatenados y que tras la desaparición de este modelo temporal hayan optado por contratar al trabajador como fijo discontinuo. Lo que sería un claro fraude de ley, pues debería ser bajo un contrato indefinido ordinario, comentan los inspectores afiliados al sindicato. Igualmente comentan, al igual que la portavoz de Upit, que se empezarán a detectar irregularidades en los plazos de llamada.
Un uso totalmente diferente
En cualquier caso, unos y otros inciden en que el contrato fijo discontinuo ha cambiado su naturaleza legal, lo que abre la puerta a una mayor casuística de irregularidades. Antes de la reforma laboral, este contrato se limitaba a sectores con necesidades estacionales, como los hoteles de playa, por ejemplo, donde estaba muy claro el periodo de actividad y de inactividad que se repetía cada año.
Tras la reforma laboral, se amplía su uso a tres causas más. Además del estacional clásico, se han transformados en fijos discontinuos los trabajadores “periódicos” de actividades como los comedores escolares, que antes estaban bajo contratos indefinidos a tiempo parcial; un segundo grupo, el más numeroso, que estaban contratados en contratas mercantiles y administrativas por obra y servicios, o los trabajadores de la construcción, que tenían un contrato específico que ha desaparecido, reconvertidos en fijos discontinuos, o un cuarto supuesto a través de las ETT.
Antes de la reforma, estas empresas realizaban, por lo general, un contrato temporal al personal que iban a ceder a sus clientes y ahora deben contratarlos mediante un fijo discontinuo con el fin de mantenerles el mayor tiempo posible en activo pasándoles de un cliente a otro. Desde UGT comentan respecto a este nuevo uso del contrato fijo discontinuo a ver cómo se encaja la cesión de estos trabajadores. Todo un amplio abanico de usos que abre la puerta a nuevas irregularidades que la Inspección deberá ir detectando.