El INE dará a conocer este jueves 30 de marzo el dato del Índice de Precios al Consumo (IPC) de este mes de marzo y, todos los analistas de coyuntura, vaticinan una fuerte reducción en términos intertrimestrales que podría suponer casi una rebaja a la mitad: si en febrero la inflación crecía un 6% (6,1% en el dato adelantado) en relación con el mismo mes de 2022, este marzo podría quedarse entre el 3,5% y el 4% según los expertos. El departamento de coyuntura de Funcas lo cifra en el 3,5%. Dos factores hacen pensar en la rebaja del crecimiento: por un lado, la electricidad en marzo ha bajado su precio medio y, muy especialmente, por el efecto escalón, como lo denominan, los expertos.
Aunque no se puede lanzar las campanas al vuelo, pues baje en términos interanuales no significa que los precios no sigan subiendo, incluso que lo hagan con fuerza, para desgracia de las economías domésticas y de las empresas. Así, en términos mensuales respecto a la cesta de la compra en febrero, Funcas calcula un alza de medio punto, no excesivo para lo que estamos viviendo en estos meses, pero muy alto sin duda alguna. En la presión inflacionista seguirán pesando los alimentos, frescos y elaborados, pues como se reconoce desde el propio Gobierno y el Banco de España, las empresas agroalimentarias y de distribución todavía no han trasladado a sus precios el incremento de los costes de las materias primas y de producción.
No obstante, la vicepresidenta Calviño lanzó una advertencia más o menos velada al sector este martes al decir que esperaba que se fuesen trasladando a los precios los descensos en muchos de los costes, como el gas, la electricidad y algunas materias primas, así como las subvenciones del Gobierno a productos básicos como los fertilizantes o los combustibles. Los agricultores han contestado este miércoles a la ministra que "no pueden bajar los precios en este momento por los actuales costes de producción", según ha asegurado este miércoles la organización agraria Asaja tras la reunión del Observatorio de la Cadena Alimentaria en el Ministerio de Agricultura.
Por partes. El “efecto escalón”, que justificará por sí solo el descenso que conoceremos este jueves del índice general en términos interanuales, es un mero efecto estadístico, pero que en esta ocasión va a ser determinante. El IPC interanual es una simple comparación con la subida de los precios del mismo mes del año anterior y, como cabe recordar, marzo del pasado año fue el primer mes entero tras la invasión de Ucrania. Para hacernos una idea de la dimensión de la inflación de ese mes, cabe señalar que los precios subieron un 3% respecto al mes anterior, febrero, que ya había registrado un alza mensual del IPC del 0,8%. Un incremento, el de marzo, inédito en los 20 años de la serie del Instituto Nacional de Estadística.
Un marzo devastador
Desde enero de 2002 no se ha producido una subida mensual en los precios del 3%. Si dejamos al margen el incremento del 1,9% de julio del pasado año (igualmente afectado por la guerra), el récord de incremento mensual está en el 1,4% que se produjo en los meses de abril (muy condicionados por la Semana Santa) de los años 2002, 2004, 2005, 2006 y 2007. De hecho, en abril de 2021 los precios subieron un 1,2%, aunque en 2022, tras la resaca de marzo, descendieron dos décimas. Por tener algunas referencias de cómo se comportaron los precios en aquel inflacionista mes de marzo del año pasado, la electricidad se disparó en un solo mes el 28,5% y se colocó en 294 €/Kwh, según Red Eléctrica de España; el gasóleo subió un 18% (Rusia es uno de los principales productores), el aceite de girasol el 15% (Ucrania es un gran exportador de girasoles), la gasolina un 11% y los hoteles un 10%. Pero entre productos básicos, los huevos subieron en un solo mes el 4,3%, el pescado el 3,1% y las patatas un 3%.
De aquí que, comparando este marzo con el del pasado año, el resultado sea un descenso del IPC interanual, pues ni de lejos se espera una subida de las dimensiones del 3% del marzo del pasado año. Pero, como ha quedado explicado más arriba, eso no significa que los precios no hayan seguido creciendo, con un pronóstico que ronda el medio punto en comparación con febrero. Se deberá estar especialmente atento a la evolución de los alimentos, aunque es posible que el detalle no se conocerá este jueves, pues el INE da un simple avance. Aunque, a veces, hace referencia a los grandes grupos y, cabe esperar que este jueves adelante algo, por ser quizá de los grupos de productos que más pesen en la subida mensual.
Bajada de la luz
A favor de una contención del índice mensual estará la electricidad que, según los datos de Red Eléctrica de España, se ha pagado de media en el mes a 109 euros (aunque sólo para los consumidores con tarifa regulada), frente a los 143 euros de febrero, lo que supone un descenso del 23,5%. La entrada de las energías renovables ha permitido el descenso de la tarifa, pues en marzo aportaron el 52,2% de la energía generada, frente al 40% de febrero, mientras que el gas, lo que encarece el recibo, supuso el 20% de febrero y tan solo el 13,7% de marzo. También los combustibles, en especial el gasóleo, ha comedido los precios este mes.
Preocupados por la subyacente y repunte en otoño
Pero todo esto se refiere al índice general. Cosa diferente es la subyacente que mide la inflación dejando fuera los productos más volátiles, los energéticos y los alimentos frescos. En un mundo normalizado, la subyacente debe estar por debajo del índice general, porque la primera muestra los precios digamos más estructurales y sube y baja más despacio. Pues desde hace tres meses, en términos interanuales la subyacente se ha colocado por encima del índice general y se prevé que siga así buena parte del año. La previsión es que se coloque este marzo un 7,5% (frente a un 3,5% del índice general), apenas una décima por debajo de febrero.
Funcas no prevé que la subyacente y el índice general confluyan hasta final de año, en torno al 5,2%. Porque, igual que el efecto estadístico va a llevar al índice general a un brusco descenso en términos interanuales en este marzo, en abril repuntará un punto, al 4,5%, y tras descensos en verano, crecerá en otoño hasta elevarse al 5,2% en diciembre. Funcas pronostica para la media del año un IPC del 4,3%, aunque la previsión varía mes a mes.