¿Es un buen momento para comprar una vivienda? Se trata de una pregunta que a muchos, a quienes al menos tienen la capacidad económica, que cada vez son menos, les puede llegar a perseguir toda la vida. La situación personal de cada uno (ahorros, avales o avalistas, trabajo estable) va a determinar en gran parte la respuesta, pero la coyuntura es decisiva para saber si es una buena inversión. Con los precios al alza, el alquiler por las nubes y los tipos ya a la baja, la cuestión se complica.
El portal inmobiliario Idealista publicó recientemente un artículo al respecto y, en general, los expertos coincidían en una postura: es buen momento para comprar si se cumplen las condiciones, puesto que los precios de compraventa van a seguir subiendo.
Justo la semana pasada, el mismo portal anunciaba un nuevo récord histórico del precio de la vivienda, con una subida interanual del 7,3% que colocaba el precio de la vivienda usada en 2.120 euros por metro cuadrado. Se trata de una serie que se inició en 2007, por lo que los precios superan los de la burbuja inmobiliaria. Eso significa que el precio nunca ha sido tan alto, sí, pero también que parece poco probable que bajen.
Ha dejado, pues, de tener demasiado sentido esperar a que los precios bajen para comprar vivienda, porque existen pocos visos de que ello vaya a suceder. Como mucho, lo que puede suceder es que se estabilicen y en ese caso el momento para comprar en un futuro no será mejor, sino como mucho igual.
No existen signos en la economía que apunten a una burbuja inmobiliaria, pues tras la crisis financiera se tomaron medidas, especialmente los bancos, para protegerse de elevados niveles de morosidad (que no se están dando) y la economía sigue activa tras la pandemia con un empleo dinámico en España. O sea, que aunque sería bastante retorcido, no cabe la opción de esperar a que pete una burbuja para comprar.
La reducción de la oferta de pisos en alquiler provocado por la nueva ley, que parece espantar a los inversores del alquiler residencial, sigue presionando el precio del alquiler al alza y, mientras esa ley de la vivienda no tenga un efecto real sobre los precios (que no parece que vaya a pasar), la compra sigue siendo una opción a priori más razonable y hacia ella están migrando tanto compradores como propietarios.
Ahora bien, con todo y con eso existe una escasez de oferta de vivienda, precisamente porque la demanda está tan activa que la consume y empuja los precios al alza.
En medio de esta tendencia alcista, al menos, el Banco Central Europeo cambió el rumbo de los tipos de interés y los bajó por primera vez desde 2019. Esto significa que el precio al que el BCE presta el dinero a los otros bancos pasa de ser del 4,5 al 4,25%, si bien la presidenta, Christine Lagarde, enfrió la idea de una futura bajada a no ser que la inflación caiga más.
El euríbor, que marca el tipo de interés al que los bancos se prestan dinero, ya venía anticipando la bajada de tipos del Banco Central Europeo desde hacía unos meses y consiguió caer por debajo de los 4 puntos ya en noviembre del año pasado. Desde entonces, se ha movido entre los 3,6 y los 3,7 puntos y tras la bajada de tipos del pasado jueves, la primera reacción del euríbor fue la de subir del 3,684 al 3,701, euríbor actual, o sea que el camino del euríbor no tiene por qué ser la tendencia a partir de ahora.
En definitiva, y a tenor de cómo está el mercado y de la opinión de expertos: es un buen momento para comprar vivienda porque el euríbor está más bajo que hace un año y porque los precios no van a parar de subir. O sea, no es que sea un buen momento, sino que puede ser peor en el futuro. Lo importante, más incluso que el nivel del euríbor ahora mismo, es que cumplas con las condiciones para que te concedan la hipoteca y que la consigas a unas condiciones razonables.
Además, el Gobierno ha aprobado varias ayudas a jóvenes y familias con ingresos limitados para cubrir la entrada o parte de la entrada de la hipoteca.