La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha indicado este jueves que la decisión de rebajar en 25 puntos básicos los tipos de interés de la zona euro, para situarlos en el 3%, fue apoyada por todos los miembros del Consejo de Gobierno, aunque ha desvelado que en el seno del órgano de gobierno de la institución se llegó a discutir la posibilidad de una bajada de medio punto porcentual de las tasas.

No obstante, esta segunda opción se descartó al valorar porque el Consejo de Gobierno del BCE llegó a la conclusión de que aún no se había logrado la victoria contra la inflación y que existen aún temas que generan incertidumbre en los mercados, como determinadas situaciones políticas en algunos de los Estados miembros o aspectos relacionados con las políticas estadounidenses que se prevé que se aplicarán tras las elecciones que han dado la presidencia a Donald Trump.

Según Lagarde, se reconoció que la inflación estaba "realmente encaminada" de cara a alcanzar la meta del 2% a medio plazo, lo que brindó la confianza necesaria para acordar un recorte de 25 puntos básicos. Lagarde ha señalado que esta decisión se sustenta en elementos como la progresiva convergencia de la inflación hacia el objetivo o en que se espera que la subida de salarios y beneficios empresariales sea "compatible" con esa meta.

"Hubo algunas discusiones con algunas propuestas para considerar posiblemente 50 puntos básicos, pero el acuerdo general en el que todos coincidieron fue que 25 puntos básicos era en realidad la decisión correcta", ha explicado la francesa al comentar en rueda de prensa cómo se llegó a adoptar la decisión de política monetaria anunciada finalmente por el BCE este jueves.

La presidenta del BCE ha dedicado buena parte de sus explicaciones a aclarar el llamativo cambio en la comunicación del Consejo de Gobierno, que ha dejado de expresar su compromiso para mantener los tipos de interés oficiales en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario, algo que Lagarde ha circunscrito a reflejar los avances logrados en la lucha contra la inflación, pero subrayando que no existe un compromiso de antemano sobre el ritmo de los pasos a seguir, que continuará determinándose reunión a reunión en función de los datos.

Cuatro descensos en un año

"Actualmente, somos restrictivos", ha subrayado Lagarde, destacando que "obviamente se ha cubierto mucho terreno", tras haber recortado tipos cuatro veces este año, rebajando el precio del dinero en 100 puntos básicos en total, por lo que el entorno ahora es completamente diferente y el BCE se está "acercando mucho al objetivo". "Como resultado de eso, fue completamente legítimo y natural eliminar esa referencia a ser restrictivos durante el tiempo suficiente para llegar a un objetivo de manera oportuna", ha explicado.

De este modo, la francesa ha subrayado que estos cambios no implican la posibilidad de un recorte de tipos mayor en el futuro y ha asegurado que el Consejo de Gobierno del BCE seguirá dependiendo de los datos y tomando sus decisiones reunión por reunión "sin tener un camino descendente comprometido de antemano", en declaraciones recogidas por Europa Press. "No estamos anticipando X o Y para la próxima decisión de política monetaria que tomaremos", ha apostillado, recordando el nivel de incertidumbre que rodea la situación, tanto resultante de situaciones políticas en algunos de los Estados miembros, o relacionado con las políticas estadounidenses tras las elecciones.

En cualquier caso, la presidenta del BCE ha reconocido que la cuestión de la tasa neutral, aquella que ni impulsa ni lastra la actividad económica, es algo que el Consejo del BCE debatirá "más y más a medida que nos vayamos acercando a su punto final", limitándose a apuntar que la opinión generalizada sugiere que probablemente sea un poco más alta que antes y recordando que las cifras apuntadas en los trabajos del personal (del BCE) oscilan de 1,75% a 2,5%.