La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha vuelto a insistir en la necesidad de seguir subiendo los tipos de interés por el estado en el que se encuentra la economía. El pasado 2 de febrero, el organismo monetario de la comunidad europea elevó los tipos en 50 puntos básicos, hasta el 3%, y la próxima subida será en marzo.
De este modo, Lagarde ha advirtedo este miércoles en el Parlamento Europeo de que la actividad económica de la eurozona seguirá "débil" y confirmó que el emisor subirá otro medio punto los tipos de interés en su reunión de marzo, hasta el 3,5%, para intentar doblegar la inflación.
"Aunque la confianza está en aumento y los precios energéticos han disminuido, esperamos que la actividad (económica) siga débil en el corto plazo", dijo ante el pleno de la Eurocámara en un debate que tiene lugar un día antes de que los eurodiputados voten el informe en el que valoran la actuación del BCE en 2022.
En su discurso inicial, Lagarde señaló que la economía de la eurozona "se ralentizó, pero no se paralizó" en el cuarto trimestre del pasado año, dando lugar a un "resultado mejor de lo esperado inicialmente", pero auguró, a pesar de ello, unos próximos meses de crecimiento lento.
Los riesgos para el crecimiento son más equilibrados
Y eso a pesar de que "los riesgos para el crecimiento son ahora más equilibrados de lo que eran en diciembre" porque, aunque la guerra de Rusia en Ucrania "sigue siendo un riesgo significativo a la baja", el descenso de los precios energéticos apoyará la actividad y los factores que amenazarían con empeorar la inflación también se han "equilibrado".
A pesar de ello, la presidenta del BCE recordó que las primeras estimaciones apuntan a una inflación de la zona euro en enero todavía del 8,5%, y eso teniendo en cuenta cálculos preliminares para la subida de precios en Alemania, así como que la inflación subyacente (que excluye energía y alimentos por ser más volátiles) sigue presionando al alza.
En este contexto, insistió en que el BCE tiene la intención de "subir los tipos de interés otros 50 puntos básicos en la reunión de marzo" y después "evaluar la senda posterior de la política monetaria". "Mantener los tipos de interés en niveles restrictivos con el paso del tiempo reducirá la inflación amortiguando la demanda y también protegerá frente al riesgo de un cambio persistente al alza de las expectativas de inflación", justificó.
Pide un acuerdo rápido sobre las reglas fiscales
Asimismo, Lagarde también ha abordado este miércoles la necesidad de llegar a un acuerdo en materia fiscal. De este modo, la presidenta del BCE urgió hoy a los gobiernos europeos y también a la Eurocámara a lograr "rápido" un acuerdo "viable y ampliamente compartido" sobre las reglas fiscales de la Unión Europea (UE), ya que limitan déficit y deuda pública, y que están suspendidas desde la pandemia.
"La reforma del marco de gobernanza económica de la UE tiene que avanzar", ha subrayado este miércoles ante el pleno del Parlamento Europeo, en un debate en el que también recordó la importancia de unas normas presupuestarias "más simples y más previsibles".
En la misma línea -y precisamente un día después de que los ministros de Finanzas de los Veintisiete mostrasen de nuevo sus diferencias sobre la revisión del Pacto de Estabilidad y Crecimiento- ha instado a todas las partes a "alcanzar rápidamente un acuerdo viable y ampliamente compartido que refuerce los cimientos de la Unión Económica y Monetaria".
Los socios comunitarios se han marcado el objetivo de llegar a un "consenso político" lo más amplio posible a lo largo del próximo mes y que este sea ratificado en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre prevista para finales de marzo. Una vez conseguido, la Comisión Europea presentaría una propuesta legislativa formal, que después tendrá que ser negociada también con la Eurocámara.
Pero las reglas fiscales no son los únicos deberes que la presidenta del Banco Central Europeo ha trasladado a los eurodiputados, ya que ha mencionado otras áreas "en las que se puede progresar en los próximos 12 meses, antes de las elecciones europeas de 2024".
Integración financiera de la eurozona
Una es la "integración financiera" de la eurozona a través de unos mercados de capitales europeos "más integrados", que serán "esenciales" para garantizar que se comparten los riesgos y se moviliza la financiación necesaria para impulsar las transiciones verde y digital, ha indicado.
Dentro de este ámbito, Lagarde también ha pedido no olvidarse del trabajo "vital" necesario para completar la Unión Bancaria, en la que sigue pendiente la creación de un fondo europeo de garantía de depósitos que las capitales no consiguen sacar adelante.
Otra área en la que ha demandado progresar es la arquitectura regulatoria sobre la que se apoyará un eventual euro digital, si la institución que dirige decide finalmente seguir adelante con el proyecto una vez superadas las etapas previstas.
Lagarde ha recordado que el BCE terminará en otoño la fase de investigación y decidirá después si pasar a la de ejecución, una decisión que, ha recordado, de ser tomada no significará necesariamente que se ha dado ya luz verde al euro digital.
Sin embargo, ha enfatizado, "todas las instituciones europeas tiene que seguir haciendo su parte" y por eso ha instado al Parlamento Europeo a empezar a trabajar en las propuestas legislativas que la Comisión Europea quiere presentar próximamente para construir el marco legal de un eventual euro digital.