La presidenta del Banco Central Europeo (BCE) ha tratado de no dejarse arrastrar por las buenas noticias que llegaban este jueves desde Eurostat respecto de la evolución de los precios en la eurozona, al afirmar que el banco central aún no ha doblegado totalmente a la inflación, aunque está cerca de hacerlo, por lo que ha evitado comprometer una nueva bajada de tipos en la reunión del próximo mes de diciembre, asegurando que la entidad seguirá guiándose reunión a reunión por la información recibida.

El Consejo de Gobierno del BCE, reunido en Liubliana, además de rebajar la tasa de depósito -que remunera el exceso de reservas a un día y es su tipo de referencia- decidió rebajar las operaciones principales de financiación (OPF) -las inyecciones semanales de dinero- y la facilidad de crédito -la que presta a los bancos a un día- hasta el 3,4% y 3,65%, respectivamente.

"¿Hemos roto el cuello de la inflación? Todavía no. Pero, ¿estamos rompiendo el cuello de la inflación? Sí, creo que sí. Aún no está completamente roto, pero estamos cerca de lograrlo", ha admitido la francesa en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, que "de forma unánime" decidió recortar los tipos de interés en 25 puntos básicos, la tercera bajada en lo que va de año y la segunda consecutiva.

En su comparecencia ante los medios, Lagarde ha subrayado que la información entrante "muestra que el proceso desinflacionario está bien encaminado", aunque la institución ha avisado de que en los próximos meses se espera un repunte. En este sentido, si bien la inflación interna sigue siendo alta, ya que los salarios siguen aumentando a un ritmo elevado, el BCE anticipa que las presiones sobre los costes laborales seguirán disminuyendo gradualmente y los beneficios empresariales amortiguarán parcialmente el impacto en la inflación.

A pesar de la buena marcha de la inflación, Lagarde ha reiterado que el Consejo del BCE no se compromete de antemano con una trayectoria de tipos en particular, subrayando la determinación del órgano para garantizar que regrese a la meta a medio plazo del 2% de manera oportuna, por lo que ha asegurado que se mantendrán los tipos de interés oficiales lo suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para alcanzar dicho objetivo, informa EP.

Deberes a los gobiernos

A este respecto, si bien la presidenta del BCE ha reconocido que, al tipo de interés actual, la política monetaria sigue siendo restrictiva, incluso tras el recorte de 25 puntos básicos anunciado este jueves, ha defendido que "es necesario" y tendría que seguir siendo así hasta estar seguros de que haber alcanzado el objetivo del 2% a medio plazo. "Y eso llegará a su debido tiempo, pero todavía no hemos llegado a ese punto", ha asegurado.

Por otro lado, ha recordado a los gobiernos de la zona euro que las políticas fiscales y estructurales deben apuntar a hacer que la economía sea más productiva, competitiva y resistente, lo que ayudaría a aumentar el crecimiento potencial y reducir la presión de los precios a medio plazo. Para ello, ha señalado la importancia "fundamental" de aplicar rápidamente políticas estructurales concretas y ambiciosas, como las propuestas por Mario Draghi para mejorar la competitividad europea y por Enrico Letta para potenciar el mercado único.

Debilidad económica

Pero la inflación no será la única premisa que valore el BCE en sus propios movimientos; la evolución de la economía también deberá estar presente en las próximas reuniones. Así, Lagarde, ha explicado este jueves que la decisión de la rebaja de tipos de interés se ha tomado de forma "unánime" en un contexto donde han visto el desempeño económico en la zona del euro algo más "débil" de lo esperado, pero ha descartado que esperen una recesión. "La información que ha llegado sugiere que la actividad económica ha sido algo más débil de lo esperado", ha dicho Lagarde en su intervención posterior a que el BCE comunicara este jueves el recorte, por segunda vez consecutiva, de los tipos de interés en un cuarto de punto, hasta situar su tasa de referencia en el 3,25%.

Lagarde ha señalado que la decisión de rebajar los tipos se ha tomado de forma "unánime" y que sobre la mesa solo estaba el debate de un recorte de 25 puntos básicos. Respecto a la evolución económica, Lagarde ha apuntado que mientras que la producción industrial ha sido "particularmente volátil", durante los meses de verano las encuestas muestran que la manufactura ha seguido contrayéndose, señala Efe.

En el caso de los servicios, la presidenta del BCE ha señalado que las encuestas han mostrado un repunte en agosto apoyado en una temporada turística fuerte, pero que los últimos datos apuntan un crecimiento más lento. A pesar de este debilitamiento, Lagarde ha descartado que en sus previsiones contemplen una recesión, sino que esperan un "aterrizaje suave".

A salvo de la recesión

Lagarde ha añadido que "ciertamente" no observan una recesión. "La zona del euro no se encamina hacia una recesión", ha apuntado. La presidenta ha señalado que la evolución económica ha sido menor de la que habían previsto y que estarán pendientes de la evolución de los datos económicos reunión a reunión para tomar las siguientes decisiones de política monetaria.

Lagarde ha reiterado que el camino de los tipos de interés no está predeterminado, que irán decidiéndolo "reunión a reunión" y que no dependerá de un solo dato, sino de una batería de indicadores.