Philip Lane, economista jefe del Banco Central Europeo (BCE) se ha mostrado partidario de seguir elevando los tipos de interés, sobre todo por los elevados niveles de inflación subyacente que mantiene la eurozona. Este miércoles, Eurostat ha confirmado la caída del IPC europeo en marzo hasta el 6,9% desde el 8,5% que mantenía en febrero. Pese al notable descenso, la nota negativa la ha vuelto a dar el IPC subyacente, el cual ha escalado hasta el 5,7%, confirmándose el récord histórico de esta marca.
Ante esta situación, al BCE se le ha abierto la puerta a llevar a cabo nuevas subidas de tipos de interés, pese a que, el pasado 22 de marzo, la presidenta de la institución monetaria ni aseguró ni descartó que el organismo con sede en Frankfurt fuera a endurecer la política monetaria de nuevo en los próximos meses. Lane se ha mostrado más tajante, y este miércoles ha explicado que “si persiste el escenario de referencia subyacente a las proyecciones macroeconómicas elaboradas por los expertos del BCE de marzo, será apropiado elevar aún más las tasas”. El economista jefe de la institución entiende que la inflación, pese a caer en términos generales, sigue elevada y lejos del objetivo del 2% que busca el BCE. A su vez, los niveles de los precios de los alimentos son otro de los factores que motivan al organismo monetario a seguir endureciendo las tasas de interés.
El BCE elevó los tipos de interés en medio de las turbulencias financieras
Pese a que el momento actual sigue copado por las dudas, la inestabilidad financiera y la incertidumbre, los oradores del Banco Central Europeo asumen que no hay tiempo que perder y que no es momento para pausar las subidas de tipos de interés. Con el alza de la última reunión monetaria, en medio de las turbulencias financieras, el BCE demostró que mantenía su idea inicial: rebajar la inflación de la forma que sea. Aunque la institución emitió un mensaje de cercanía y apoyo a los bancos en el caso en que estos necesitaran liquidez, el organismo central decidió elevar las tasas un 0,50% nuevamente, tal y como adelantaron el pasado febrero.
Aunque el discurso de los miembros del BCE tiene ahora un deje marcado por la cautela y basado en la evolución de los datos macroeconómicos, ven oportuno seguir subiendo los tipos de interés. El economista jefe del organismo ha remarcado la importancia de la próxima encuesta sobre préstamos bancarios y condiciones de financiación empresarial para evaluar el impacto de las turbulencias financieras. Pese a ello, mantiene la idea que, ya en febrero, compartió. Y es que, Lane hizo hincapié en la necesidad de subir los tipos de interés pasada la reunión de marzo, y en esas se sigue moviendo.
Philip Lane ha remarcado la importancia de frenar la demanda con el aumento de los costes de financiación, la única vía que parece valorar el BCE. El economista irlandés ha expresado este miércoles que la menor demanda a través de una política monetaria más restrictiva (más subidas de tipos de interés) informa de que los aumentos excesivos de precios y salarios “no son sostenibles”.
El precio de los alimentos sigue alimentando a la inflación europea
El que es una de las espadas del BCE tiene claro que el camino a seguir por la institución es el que escogieron el pasado julio, cuando el Banco comenzó a subir los tipos de interés. Por el momento, la inflación está dando síntomas de flaqueza en Europa, aunque ciertamente está lejos de a lo que aspira la institución liderada por Christine Lagarde. Tal y como informa este miércoles ON ECONOMIA, el IPC europeo ha cedido gracias a la caída de los precios de productos energéticos, los cuales han cedido en 2,2 puntos porcentuales con respecto al anterior mes.
Pese a ello, el precio de los alimentos sigue alimentando a la inflación europea. Según los últimos datos reportados por Eurostat, el precio de los alimentos sin procesar creció en marzo hasta el 14,7%, desde el 13,9% que mantenía en febrero. Es decir, de un mes para otro, los alimentos se han revalorizado en ocho décimas.
El hecho de que los alimentos sigan en unos niveles récord abre la puerta a que el Banco Central Europeo pueda llevar a cabo subidas de tipos ‘elevadas’, teniendo en cuenta que tampoco pueden descuidar el estado de salud del sector financiero europeo. La institución no adelantó el alcance de las próximas variaciones monetarias como su hicieron en febrero. Pese a esto, lo que parece irrevocable es que el BCE volverá a elevar las tasas de interés en la próxima reunión del 4 de mayo.
El economista jefe ve necesario seguir endureciendo la política monetaria del BCE ahora que se han confirmado el elevado nivel de la inflación subyacente, la cual se antoja como el catalizador del IPC europeo. Está por ver si el equipo de Lagarde opta por elevar las tasas en 50 puntos básicos de nuevo, o escoge una subida algo más comedida.