Aunque cada vez hay más gente trabajando en España, más indefinidos, menos paro y la economía se mantiene en signo positivo, la pobreza sigue apretando y da en ocasiones la espalda a los brotes verdes de la macroeconomía. Así, según el informe Focus on Spanish Society, publicado este jueves por Funcas con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la carencia material severa ha aumentado desde el año 2020 hasta el 2022 del 7 al 8,1%. O sea, que a ocho de cada diez españoles carecen al menos de cuatro ítems de una lista de nueve bienes y actividades cuyo acceso se considera esencial para el bienestar humano.
Los nueve bienes esenciales en los que se basa este índice son: una semana de vacaciones al año, una comida de carne, pollo o pescado cada dos días, una vivienda con temperatura adecuada, afrontar gastos imprevistos de unos 650 euros, retrasos de pago de gastos en vivienda principal o en compras a plazos en el último año, un automóvil, un teléfono, un televisor o una lavadora. Si hay cuatro de estos bienes que no te puedes permitir, padeces carencia material severa.
Este índice de pobreza venía cayendo entre 2014 y 2019, periodo en el que pasó del 7,1 al 4,7%, pero desde la pandemia se ha agravado. Una vez superada la crisis del covid y reenderezada la economía, no se ha corregido el empobrecimiento, en unos últimos dos años en que la economía crecía con buenas cifras de empleo, pero al mismo tiempo la inflación debilitaba el poder adquisitivo de trabajadores y familias. No existe en la serie histórica analizada por Funcas, desde 2004, un año con peor desempeño de carencia material severa que el de 2022.
Inflación y temperaturas
Así, el informe de Funcas reconoce que "la fuerte subida de los precios de los alimentos desde 2021, agravada por la guerra de Ucrania, también puede haber afectado seriamente a los hogares más vulnerables". A pesar de esta posibilidad, desde Funcas apuntan a que aunque la población que afirmaba no poder permitirse carne, pollo o pescado al menos cada dos días subió del 4,7% de 2021 al 5,4% de 2022, son estas cifras inferiores a las observadas en otros países como Alemania (11,4%), Grecia (10%), Francia (9,5%) e Italia (7,5%), así como la mayoría de países de Europa del Este. O sea, que carne y pescado son en España más accesibles para las clases populares que en países incluso más ricos de la Unión Europea.
Uno de los aspectos más preocupantes, vinculado a la pobreza energética, es la falta de capacidad de los hogares españoles para mantener la vivienda a una temperatura adecuada. En España el 17,1% de sus ciudadanos no puede hacerlo, tres puntos por encima del año pasado, cifras superiores a la media de la UE, donde el 9,3% no puede mantener la temperatura adecuada en su hogar. Tan solo Portugal, Grecia, Chipre, Lituania y Bulgaria están peor que España en este sentido.