Estados Unidos es la mayor potencia económica del mundo, con un PIB de 22.920 millones de dólares (21.235 millones de euros) y, pese a que China le pisa ya los talones con 18.100 millones de dólares (16.763 millones de euros), las predicciones apuntan a que mantendrá su papel dominante hasta 2037. ¿Qué harán Donald Trump o Kamala Harris con este mastodonte si ganan las elecciones?
Aunque en los últimos meses la tasa de desempleo al 4% máximos en Estados Unidos desde el año 2021, ha enviado señales de alerta a los mercados, se ha estabilizado y el país sigue creando empleo. Es la inflación, muy elevada por la acumulación desde 2021 aunque se haya reducido al 2,4% este año, y el precio de la vivienda lo que preocupa más a los electores, que ven que han de multiplicar esfuerzos para afrontar la cesta de la compra y la vivienda y no pueden esperar a los efectos de las bajadas de tipos de la Reserva Federal (Fed).
Aunque la candidata demócrata tiene una apuesta mayor por el gasto público (ayudas a nuevos emprendedores, a hipotecados, mayor protección social), los aranceles que Trump promete a las importaciones, especialmente a las chinas, y sobre todo su plan de recortes de impuestos apuntan a un mayor déficit público en caso de que el republicano gane las elecciones, pero con él habría un mejor desempeño del Producto Interior Bruto (P.I.B).
La comparativa realizada por la Universidad de Pennsylvania Penn Wharton en su proyecto específico Budget Model prevé un aumento del déficit público de 1.200 millones de dólares en los próximos 10 años si la actividad económica se mantiene y de 2.000 millones si se le aplica una previsión de reducción de actividad económica. Pero si lo hace Trump, el déficit público podría crecer en 4.100 millones de euros en el mismo periodo, si bien el Producto Interior Bruto crecería durante la primera década y empezaría a recular en 2034.
La tijera de Trump
El republicano basa gran parte de su propuesta económica en la reducción de impuestos a las empresas para generar mayor actividad económica, que podrían reducirse en un 15%. En los hogares, préstamos como el Crédito Fiscal por Hijos se eliminaría gradualmente para familias con a partir de 400.000 dólares de ingresos. Además, propone una eliminación de los impuestos sobre los beneficios de la Seguridad Social, que paga las pensiones.
Según el Comité para un Presupuesto Federal Responsable, la Seguridad Social se podría quedar sin fondos en seis años con estas propuestas, aunque al tiempo que ha prometido eliminar este impuesto el republicano ha asegurado que protegerá la Seguridad Social. “Las propuestas de Trump de eliminar la tributación de las prestaciones de la Seguridad Social, poner fin a los impuestos sobre las propinas y las horas extraordinarias, imponer aranceles y ampliar las deportaciones aumentarían los déficits de la caja de la Seguridad Social”, apunta este informe.
La reducción de la tasa de ingresos empresariales, (corporate income tax rate), del 21 al 15%, ahondaría en esta dinámica de facilitar el movimiento de capitales por parte de las empresas y reducir la recaudación pública.
Con esta reducción de impuestos hasta hacerlos "ultra bajos" según el propio Trump, su plan económico consiste sobre todo en "robar miles de empleos a otros países", según el mismo ha explicado.
Las políticas de Harris harían aumentar los ingresos las familias más pobres en un 18% y reducirían los del 5% más rico menos de un 1% de cara a 2016, mientras que con Trump los más pobres tan solo avanzarían un 1,4% y el 5% más rico aumentaría sus ingresos alrededor de un 3%, según el estudio.
Harris y la vivienda
Con Kamala Harris es de esperar que prosiga la política industrial iniciada por el Inflation Reduction Act (IRA) que impulsó Joe Biden en 2022 con subvenciones milmillonarios a la industria verde para crear empleos relacionados con la transición energética, las energías renovables o la movilidad eléctrica, lo cual debe reducir los precios de la energía además de crear empleos. El mismo paquete de medidas contaba con ventajas fiscales para empresas pequeñas y trabajadores de rentas medias y bajas y rebaja de precios de medicamentos.
Aunque Trump ha criticado esta medida, son varias las voces de expertos que apuntan que difícilmente la revertirá, al menos su parte de fomento a la industria, teniendo en cuenta que muchas de las inversiones industriales se están dando en estados con gobernadores republicanos e incluso las grandes petroleras prefieren que se mantengan estos incentivos a la transición verde.
Entre las medidas estrella de Kamala Harris, están la de aumentar el crédito por hijo de 2.000 a 3.600 dólares para ayudar a familias con menores de 5 años y de 3.000 para niños de entre 5 a 16, así como un adicional préstamo de 2.400 dólares para recién nacidos. También propone créditos en buenas condiciones a emprendedores que quieran montar un negocio y una subida de impuestos a las grandes empresas.
Kamala también propone medidas similares a las impulsadas por el Gobierno de Pedro Sánchez en la limitación por ley de las subidas de precios de los alimentos por parte de los comercios para frenar la inflación o en los préstamos y ayudas a personas que compren su primera vivienda. Pretende incentivar la construcción de vivienda social mediante estímulos fiscales a los constructores.
La vivienda ha subido un 4,5% de media en lo que va de año y, entre 2017 y 2022, aumentó sus precios en un 60%, llegando a duplicarse en muchos estados. No es un tema que Trump haya desarrollado con claridad en su campaña, pero sí que defiende bajar los tipos de interés de las hipotecas, agilizar la burocracia para construir y flexibilizar las normativas ambientales para que la construcción de viviendas sea más barata.
Además, Trump está convencido de que la inmigración presiona al alza los precios de vivienda y pretende vetar a los inmigrantes sin documentos el acceso a hipotecas y deportaciones masivas.