Los franceses llevan más de 25 años con una reducción de jornada de 39 a 35 horas. Aunque el sector privado todavía se lame las heridas de este cambio y, según una encuesta de trabajo reciente, los perfiles del sector que no es público admiten, en un 53%, que trabajan hasta 40 horas semanales. Pero también hay casos de éxito e, incluso, que van un paso más allá de la reducción de horas implementada el año 1998 con un gobierno de izquierdas presidido por Jacques Chirac. Uno de los que más se habla en las últimas semanas es el de la compañía Lidl.

El gigante de los supermercados ha vuelto con fuerza en el panorama del gran consumo de los franceses en la última década y ya empieza a hacer la competencia directa a Carrefour, gracias a su sistema de grandes descuentos y promociones. La inflación galopante requiere que los consumidores controlen más sus presupuestos de compras. Pero también porque Lidl supo negociar el marketing de influencers a la perfección. Al asociarse con influencers estrella con comunidades XXL, lanzando una línea de ropa y sabiendo captar el perfil joven, entre otras estrategias.

Un experimento desde el año pasado

Así pues, eso ha permitido que desde septiembre de 2023, la marca haya estado experimentando con cuatro nuevas organizaciones del tiempo de trabajo en los supermercados, incluida la semana de cuatro días. Este planteamiento forma parte de las negociaciones sobre la calidad de vida en el trabajo con los agentes sociales. Eso implica mejorar las condiciones de trabajo, retener a los empleados, promover la conciliación de la vida laboral y familiar y atraer nuevas habilidades.

Laetitia de Montgolfier, directora ejecutiva de RRHH de Lidl en Francia, subraya que "hasta dieciocho supermercados Lidl de diferentes medidas y ubicados en varios territorios están preparados por esta prueba que se refiere en los equipos versátiles con contrato laboral de 30 horas semanales y a los coordinadores de cajero de acogida con contrato indefinido". Y añade: "En una lista de deseos, cada empleado indica su día libre entre semana y el responsable de la tienda establece su horario en consecuencia", indica.

¿Cómo se lo reparten?

Así pues, ¿cómo salen los números? En vez de trabajar 30 o 35 horas durante 5 días, los empleados concentran sus esfuerzos en solo 4 días. Por lo tanto, no hay reducción del volumen horario, sino más horas trabajadas, es decir, 7,5 horas en 4 días. Todo sin reducción de sueldo. Tres meses después del lanzamiento de este experimento previsto para un semestre, la marca registra el primer feedback favorable. "Los empleados que viven un poco lejos de las tiendas agradecen limitar su número de viajes. Eso reduce sus costes de combustible y limita su fatiga", ilustra Laetitia de Montgolfier. Lidl, este 2024 está haciendo un seguimiento de indicadores numéricos como el absentismo y la rotación. Y evidentemente el número de solicitudes recibidas. Porque proponiendo nuevas maneras de organizar el trabajo, el objetivo también es potenciar el atractivo de la marca y captar nuevos candidatos.

Si salimos del ejemplo concreto, la semana laboral de cuatro días, de hecho, no comporta una reducción de la jornada semanal. En este punto, los acuerdos analizados muestran dos tendencias. La mayoría de los acuerdos optan por una reducción inmediata o gradual de la jornada a 32 horas. Al margen, sin embargo, un convenio conserva una jornada de trabajo igual o superior a 35 horas. En este sentido hablamos de compresión de tiempo de trabajo. Como recordatorio, el Código de Trabajo fija la jornada semanal en 35 horas.

La reducción del número de días trabajados comporta un aumento de la jornada diaria. Este aumento puede variar entre 1 hora y 1 hora 45 minutos al día. Tened en cuenta que las empresas siguen obligadas a cumplir las disposiciones legales y contractuales relativas a la jornada máxima de trabajo, los periodos mínimos de descanso, la duración diaria y las pausas. Con respecto a la retribución, los interlocutores sociales afirman, sin excepción, que los trabajadores afectados no tienen que sufrir ninguna pérdida de sueldo. Para hacerlo, los convenios utilizan diferentes procesos: aumento de la tarifa horaria, mantenimiento de la tarifa horaria junto con retribuciones complementarias, etc.

Esta reorganización del trabajo llevó a los negociadores a prevenir o neutralizar los efectos que podría tener sobre las vacaciones y las horas extraordinarias retribuidas. Especialmente, con respecto al tiempo extra. La ley exige una compensación por las horas extraordinarias. Entonces, eso toma la forma: un incremento salarial del 25% para las ocho primeras horas extraordinarias (de la 36.ª a la 43.ª hora) y del 50% para las siguientes horas; o bien descanso compensatorio equivalente.