El conjunto de las empresas, en vez de estar ganando menos por la subida de los costes por la mayor inflación, están aumentando sus beneficios. En cambio, los trabajadores, cuyos salarios han crecido en el año un 2,6%, están perdiendo poder adquisitivo con el IPC; en concreto un 5% o, lo que es lo mismo, tienen que dejar de adquirir el 5% de las cosas que se podían permitir hace un año. Ésta es la principal conclusión del informe “Los beneficios empresariales crecen a costa de los salarios”, elaborado por el Servicio de Estudios de UGT y presentado este viernes.
El análisis, que maneja diversas fuentes estadísticas, se ha centrado en los datos de la Agencia Tributaria para determinar cuáles son los márgenes de beneficios con los que operan las empresas; es decir, el dinero que se quedan por cada cien euros que ingresan. Así, el margen de beneficios en los tres primeros trimestres del año fue del 10,6%, lo que significa que se quedan 10,6 euros por cada 100 euros que facturan, cuando el año pasado eran 8,6 euros. Lo que significa que sus márgenes se han ampliado el 23,3%, nueve veces más que el 2,6% de subida de los salarios en convenio. No obstante, la evolución de los márgenes difiere según sectores: bajan en el primario 4,7 puntos porcentuales (p.p.) un 42% de descenso y en el industrial 0,2 p.p., un 2% de caída y suben en construcción y actividades inmobiliaria 1,5 p.p., un 15,5% de alas y en el sector servicios 3.1 p.p. con una subida del 39%.
Diferencias con el Banco de España
La conclusión de UGT de que las empresas han incrementado sus márgenes contrasta con los resultados del informe de la Central de Balances del Banco de España que apunta a una reducción de los márgenes empresariales. Así, el regulador bancario defiende que el incremento de los costes de las empresas se habría trasladado parcialmente a los clientes y la otra parte lo habría asumido la empresa. Por el contrario, la tesis de UGT es que los costes se han trasladado íntegramente a los clientes e incluso por encima lo que habría permitido aumentar los márgenes de las empresas.
Fuentes del sindicato indican respecto al informe del Banco de España que han segmentado los márgenes por sectores, dando una conclusión confusa, aunque la Central de Balance reconocería el incremento global de los márgenes de beneficios. De hecho, el informe de la Central de Balances del Banco de España reconoce que los beneficios de las empresas (resultado ordinario neto) prácticamente se ha duplicado respecto al año anterior, en concreto un 94,7%, un dato del que se hace eco el informe del sindicato que lo desagrega entre las empresas grandes, cuyo beneficio aumenta un 95,9%, y las medianas, el 22%.
Reparto de los beneficios
El informe de UGT analiza en qué forma se reparte entre los dueños de la empresa y los trabajadores el valor añadido bruto (VAB) -valor de la producción eliminados los insumos utilizados para producir-. Dicho de una manera muy coloquial, si una empresa fuese una vaca, cómo se reparte la leche una vez descontados los costes de producción. Pues bien, la participación de los trabajadores en el reparto ha descendido de forma considerable en este año, según los cálculos del Servicio de Estudios del sindicato. Hasta septiembre de 2022, de cada cien euros el conjunto de la plantilla se quedaría el 52% del VAB, mientras que la media de la década 2009-2019 es del 60,6%. Es decir, los trabajadores han perdido 8,6 puntos en el reparto a favor de la empresa.
En comparación con la UE
El informe hace hincapié en que los salarios españoles están entre los más contenidos de la Unión Europea. En el primer semestre del año, el coste laboral por hora en España ha aumentado un 2,1% frente al 4,1% en la media de Europa, con Alemania en el 5,1%. Por el contrario, siempre según los datos de UGT, el margen empresarial medio entre 2021-2022 citando a Eurostat cayó en la eurozona un 3,1%, mientras que en España sube un 7,9% con un descenso del 11% en Francia.
El objetivo del informe de UGT es comprobar de qué manera están influyendo los salarios y los beneficios empresariales en las altas tasas de inflación que se llevan padeciendo todo este año. Una vez determinado que los márgenes han aumentado nueve veces más que los salarios, el Servicio de Estudios del sindicato concluye (analizando los datos de Contabilidad Nacional del INE) que los beneficios son responsables, en promedio, del 84% de la subida de los precios en los dos primeros trimestres del año, mientras que la partida de remuneración de asalariados explica el 14,7%, “seis veces menos”, remarcan en el sindicato.
Ante ellos, Fernando Luján, vicesecretario general de política sindical, que presentó este viernes el informe, concluye que no se puede justificar por motivos de inflación no subir los salarios para recuperar parte del poder adquisitivo perdido por los asalariados, tal como “argumenta la CEOE y el Banco de España”. Y, por tanto demanda que se abra la negociación con la patronal para incrementar los salarios, entre otras cosas apunta Luján, porque “si no se recupera el poder adquisitivo, se resentirá el consumo y afectará a la economía”.
OCDE pide subir el SMI
Los sindicatos no son los únicos que consideran necesario aumentar los salarios. La OCDE entiende que ante la escalada de la inflación hay que favorecer los aumentos del salario mínimo (SMI) para amortiguar el golpe para las familias más vulnerables, y acompañar eso de otras prestaciones sociales y mecanismos o bonificaciones para compensar el encarecimiento de la energía. "Aunque la elevada incertidumbre y una desaceleración significativa del crecimiento económico pueden sugerir cautela en la subida de los salarios mínimos, varios países tienen márgenes para ir más allá de los actuales niveles salariales mínimos y proteger, al menos parcialmente, a los trabajadores más vulnerables de la subida de los precios", señala.
En un informe dedicado al salario mínimo en estos tiempos de inflación, publicado este viernes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) no dice cuáles son esos países, pero sí que da algunas pistas indirectas. Una de ellas es compararlo en términos relativos -en cada uno de los 30 países de sus 38 miembros en los que existe un salario mínimo nacional- con el salario mediano, es decir, con la remuneración por debajo de la cual están el 50 % de los trabajadores y por encima el otro 50 %, informa Efe. La OCDE hace hincapié en que, en el contexto actual de inflación récord que afecta "desproporcionadamente" a los menos favorecidos, "los salarios mínimos pueden convertirse en una herramienta aún más importante para proteger el nivel de vida de los trabajadores con salarios bajos".