El aumento de la inflación en el mundo ha ido de la mano de un crecimiento de los márgenes empresariales mayor a los costes salariales. De hecho, el incremento de los costes salariales por parte de las empresas no ha conseguido frenar la caída del salario real, en relación con el coste de vida.
El aumento de los márgenes de las empresas es el gran responsable de la inflación reciente en la mayor parte de los países de la OCDE, mientras que los salarios han tenido una responsabilidad mucho menor, y de hecho los ciudadanos han perdido poder adquisitivo con carácter general, informa la agencia EFE.
Esta es una de las conclusiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su informe anual sobre el empleo, presentado este martes y en el que se pronuncia en favor de que los gobiernos, incluido el español, suban el salario mínimo para impedirlo y se estimule la negociación colectiva para el resto de los trabajadores.
Para los 34 países de la organización que han publicado sus datos, los salarios reales (descontando el impacto de la inflación) cayeron un 3,8 % en el primer trimestre de 2023 respecto al año anterior.
En España, esa pérdida de poder adquisitivo de los salarios fue menor, del 1,2 %, debido a la dinámica de los sueldos y a la inflación (netamente más baja que la media). Así, en el segundo semestre de 2022, el crecimiento interanual de los salarios pasó del 3,2 % a algo menos del 4 %, mientras la inflación se ralentizó de alrededor del 9 % al 6 %.
El salario mínimo resiste
El salario mínimo, como está fijado por mecanismos o decisiones de los gobiernos, ha conseguido mantener su poder adquisitivo en el conjunto de la OCDE desde finales de 2020. Entre diciembre de ese año y mayo de 2023, se constató una progresión del 2 % en el salario mínimo real, con una horquilla de variación relativamente amplia que va desde el bajón del 14 % en Estados Unidos, del 5 % en Australia, del 2 % en España a incrementos del 5 % en Colombia o Portugal, del 10 % en Alemania o hasta del 44 % en México.
Si se compara en paralelo la evolución de los costos laborales y de los márgenes de las empresas desde que estalló la crisis de la covid a comienzos de 2020, se observa que estos últimos han crecido netamente más y, por tanto, están detrás de las principales presiones inflacionistas, salvo alguna notable excepción como la de Estados Unidos o Portugal.
Entre diciembre de 2019 y el primer trimestre de 2023, las cargas salariales se incrementaron un 15,58 %, mientras los beneficios de las compañías dieron un salto del 21,04 %.
Los márgenes, por sectores
En España, fue menos marcada, pero eso no impidió que en términos reales esos costes laborales perdieran peso relativo en ese periodo (1,6 %), más incluso que en el conjunto de la OCDE (1,1 %). De hecho, en relación con España, la OCDE defiende que hay "margen" para que los beneficios empresariales absorban aún más incrementos salariales y compensen la pérdida de poder adquisitivo.
Esa disminución en términos reales de los costos laborales fue bastante generalizada en Europa, pero aun así hubo una decena de miembros de la OCDE que escaparon a esa tendencia, sobre todo Portugal (aumentaron un 4,9 %) y el Reino Unido (3,2 %). Los autores del informe hacen notar que en choques energéticos pasados las presiones inflacionistas venían más bien de los salarios, y no como en esta ocasión que los han causado sobre todo los mayores beneficios de las empresas.
Aunque también reconocen que ese movimiento de ampliación de los márgenes de las empresas ha decrecido en los últimos trimestres. Hay que tener en cuenta que esos márgenes no han subido de la misma forma en todos los sectores. Con los datos de Europa salta a la vista que hay tres en los que se han disparado. Entre el primer trimestre de 2022 y el mismo de 2023, la escalada fue del 43,4 % en la energía, la minería y las infraestructuras, del 33,6 % en la agricultura y del 32,4 % en el sector financiero.