La arquitectura es una de las profesiones con menos desempleo, pues solo el 7,2% está en paro, aunque un tercio lleva más de un año buscando trabajo, según el V Estudio sobre el sector elaborado por el sindicato de Arquitectura (SARQ), que muestra el estado de la profesión y las condiciones laborales de sus integrantes. Sin embargo, a pesar de la empleabilidad, más de la mitad de los profesionales encuestados tiene ingresos por debajo del mínimo estipulado por el convenio nacional existente para los arquitectos: 28.664 euros brutos anuales (1.570 euros al mes en 14 pagas), según el Convenio de Ingenierías y Oficinas Técnicas.
Un cuarto de los arquitectos (24%) supera los 39.000 euros brutos anuales, aunque un 54,8% (autónomos y asalariados), no llega al salario mínimo obligatorio que establece el convenio nacional. Respecto a las modalidades laborales, el 62,3% de los arquitectos encuestados trabajan contratados por cuenta ajena (de los cuales el 9,7% como funcionarios), aumentando significativamente desde el 2011, donde eran solo el 33,1%. Además, hay que señalar que en ese amplio porcentaje, casi la mitad, un 24,1% cobra menos de 19.600 euros al mes (aproximadamente 1.140 euros netos mensuales), y un 14,5% está por debajo del salario mínimo interprofesional (15.800 euros). En este grupo se sitúan mayoritariamente perfiles que trabajan por cuenta propia (49,3%) y por franja de edad menor de 40 años (70,6%).
Un segundo problema laboral de este colectivo profesional es el uso de las horas extra por parte de las empresas que afecta a 7 de cada 10 personas encuestadas afirman hacerlas, de los que un 43,9% realiza horas extra no retribuidas, ya sea de forma habitual (12,7%) o esporádica (31,2%). Un 23,6% declara hacer horas extras de forma habitual (pagadas o no), haciendo el 28% de ellas más de 30 horas extra al mes y un 12% trabaja más de 50 horas extras al mes.
Falsos autónomos
El informe incide, no obstante, en el avance en las condiciones jurídicas, ya que en la actualidad, únicamente un 3,4% estos profesionales trabajan bajo la figura ilegal del falso autónomo, una de las lacras de esta actividad si se tiene en cuenta que en 2011, los falsos autónomos sumaban el 36,9% de la fuerza laboral. El informe reseña, no obstante, que “es preocupante e inadmisible que aún haya empleadores que utilizan esta fórmula fraudulenta para contratar, el porcentaje ha disminuido ostensiblemente desde que hay registros, lo que refleja una tendencia positiva hacia su erradicación”. Porque casi la mitad (45,6%) de los arquitectos encuestados declaran haber sido, en algún momento, un falso autónomo.
El sindicato de arquitectos atribuye esta evolución de las condiciones a que la profesión ha vivido una consolidación de las garantías, gracias al Convenio de Ingenierías y Oficinas Técnicas, lo que ha provocado una reducción muy significativa del paro en el sector y de la utilización de la figura fraudulenta del falso autónomo, mientras que los salarios se han visto beneficiados.
Una evolución que también se explica en el aumento de la demanda de estos profesionales. Según el informe, el desempleo fue un problema grave en el sector, que se ha ido paliando la última década. Así, la tasa de paro o precariedad en 2013 (tras la explosión del boom inmobiliario de los primeros años del siglo) llegó a un 71% de personas paradas, subempleadas o cobrando menos del salario mínimo interprofesional. Tasa que actualmente se sitúa en ese 7,2%.
Para Alexia Maniega, secretaria general de SARQ, estos datos son especialmente significativos, ya que “muestran la evolución de la profesión desde que el Sindicato de Arquitectos consiguió la inclusión de nuestro sector en el Convenio de Ingenierías y Oficinas Técnicas en 2013, ya que hasta entonces no teníamos un convenio nacional de referencia para la mayoría de los profesionales de la arquitectura”.
Sin embargo, el informe pone de manifiesto, según la secretaria general de SARQ, que “todavía hay mucho desconocimiento de los derechos laborales en nuestra profesión, tradicionalmente liberal e individualista. Ser trabajadores informados es el primer paso para evitar ser trabajadores precarios. El segundo, es organizarse de manera colectiva”.