El gobierno italiano ha anunciado que suavizará el impuesto a la banca anunciado este martes tras el desplome bursátil que sufrieron las principales entidades del país. El Ejecutivo liderado por la ultraderechista Georgia Meloni pretende gravar el 40% de los beneficios extraordinarios de los bancos a raíz de las subidas de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE). Tras el anuncio, el sector llegó a perder en la sesión 9.000 millones de su valor en el mercado de Milán, con desplomes que rozaron el 9% en algunos casos como el de Intesa Sanpaolo. Caídas que se contagiaron en el resto de mercados europeos, incluido el español.

El rechazo de los mercados hacia el impuesto ha hecho que el Ejecutivo italiano haya dado marcha atrás, especialmente por la oposición del Ministerio de Finanzas, que había descartado el diseño de un impuesto de estas características desde hacía varios meses. Es por ello que el gobierno italiano matizó que el tributo quedará limitado al 0,1% de los activos de cada entidad, según un comunicado publicado en la noche de este mismo martes.

De este modo, los mercados han valorado positivamente la decisión y la Bolsa de Milán ha abierto en verde, con un avance del 1,2%. Aunque las acciones de todos los bancos suben, aún no recuperan las fuertes pérdidas del martes. En este sentido, los grandes bancos del país rebotan en el parqué con subidas de más de un 3% en algunos casos.

En España, la banca ha pasado del efecto contagio al efecto rebote, con las acciones de Banco Santander repuntando más de un 1% tras caer casi un 3% por el anuncio en el Consejo de Ministros de Matteo Salvini, actual vicepresidente y ministro del Interior. BBVA también supera el 1% de ganancias en la sesión, después de haber perdido un 2%.

El diario británico Financial Times adelantó, según diferentes fuentes, que con este recorte al gravamen el gobierno italiano recaudará como máximo unos 1.800 millones de euros, desde los 3.000 millones que se preveían inicialmente y los más de 4.500 millones que pensaban que podría ingresar el propio Ejecutivo.

Se trata de una medida excepcional, que solo estará vigente este año, y la recaudación irá destinada a ayudar a los hipotecados que están sufriendo un encarecimiento de las cuotas mensuales por aumento del precio del dinero del BCE en su estrategia para reducir la inflación y estabilizar los precios.

Antes del cambio de rumbo, el equipo de Meloni había explicado que el impuesto se activará si el margen de intereses registrado en 2022 "supera el valor del ejercicio 2021 en al menos un 5%". En este sentido, el importe del margen de intereses de la cuenta de resultados relativa al ejercicio 2023 tiene que superar el mismo margen en al menos un 10% en relación con el año anterior.

Según las primeras explicaciones, el impuesto no podrá superar el 25% de los fondos propios del banco al cierre de sus cuentas en 2022 y deberá pagarse a lo largo de 2024. Además, el Ministerio de Finanzas del Italia señala que aquellas entidades que han estado ajustando la remuneración en los depósitos, tal y como recomendó el Banco de Italia hace meses, no sufrirán impactos significativos como consecuencia del nuevo gravamen.