La mitad de contratados en Catalunya desde la pandemia, en el periodo 2019-2023, fueron extranjeros, mayoritariamente de fuera de la Unión Europea, según un estudio con datos oficiales presentado este miércoles por la Cambra. En total, en Catalunya se crearon 233.564 nuevos lugares de trabajo, entre los cuales 117.785 tenían DNI español y 115.699 eran extranjeros. Se trata de una proporción muy superior a la contratación de extranjeros en el total del Estado, que ha sido del 30% (tan solo un 1,4% de la Unión Europea), y también muy superior, de casi el doble, a la entrada de extranjeros en el mercado laboral catalán durante el periodo anterior a la pandemia. Así, entre 2014 y 2019 el 29% de contratados fueron extranjeros, con un mayor peso de los procedentes de la Unión Europea, que fueron el 10,8% del total. En los últimos cuatro años, el porcentaje de europeos sobre el total se ha reducido en Catalunya al 6,9%. 

El total de nuevos contratados, de 233.563, es menos de la mitad que los que entraron en el mercado laboral en el periodo anterior, entre 2014 y 2019 (fueron 531.863 trabajadores). En algunos sectores, prácticamente todos los contratados son de origen extranjero. En hostelería, el 93,5% lo es, mientras que en la industria manufacturera o el comercio la cifra se eleva por encima del 100% porque los extranjeros no solo se suman al mercado laboral sinó que también restituyen puestos abandonados por catalanes. En la construcción, el porcentaje llega al 77,5%, del total de contratados, mientras que en el transporte es el 69,7%. En el resto de sectores, con salarios por encima de la media que la Cambra ha definido como "de valor añadido", la gran mayoría de afiliados son españoles, si bien los extranjeros van ganando terreno también en ellos. 

 

 

El 49,1% de los extranjeros es contratado por sectores con sueldos por encima de la media, un porcentaje 10 puntos superior al periodo de entre 2014 y 2019. De media, un 74% de los contratados desde 2019 están en sectores con salarios por encima de la media, muy por encima del 55% de la contratación que atraían estos mismos sectores entre 2014 y 2019. Pero la incidencia entre los nacionales es prácticamente total, ya que el 97% de los nacionales son contratados por sectores con altos salarios, o sea que solo un 3% de los españoles aún opta por sectores con bajos salarios, esencialmente construcción, comercio y turismo. 

Para el jefe de estudios de la Cambra, Joan Ramon Rovira, las cifras muestran que más que temer por la entrada de migrantes en el mercado de trabajo, "en las economías occidentales envejecidas, hay sectores que prácticamente pararían porque cuesta encontrar a gente joven y cualificada predispuesta a trabajar". "No es cierto que nos roben el trabajo en ningún caso", ha rematado. 

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Con todo y con eso, la evolución de sectores como la sanidad y la tecnología, con sueldos por encima de la media, y el crecimiento de las contrataciones con sueldos elevados podrían indicar un cambio "gradual" de modelo hacia un empleo mejor remunerado y de mayor calidad en España. Además, existe una mayor participación de los extranjeros en estos sectores pese a que la mayoría vayan a esos otros donde cuesta encontrar a españoles. 

El modelo laboral pospandémico ha ido de la mano también de un alto nivel de contratación en el sector público, tanto en Catalunya como en el resto del estado. Así, en Catalunya se ha pasado de un 11,7% de contrataciones en el sector público entre 2014 y 2019 a un 26,2% entre 2019 y 2023 sobre el total, bastante por encima del doble, mientras que en el resto del estado el salto ha sido del 12,9% al 25,9%. Rovira y Mònica Roca, presidenta de la Cambra de Comerç, han reconocido que esta cifra puede disminuir una vez se pasen las inyecciones por los fondos de recuperación Next Generation. 

Coyuntura económica

En la rueda de prensa, la última de coyuntura de la presidenta de la Cambra Mònica Roca antes de las elecciones del próximo mes de septiembre, la institución ha presentado también su análisis de la economía catalana y, aunque perciben una "desaceleración", han revisado al alza las previsiones de crecimiento de la economía para 2023 al 2,2% y las del 2024 al 2,3%. 

Para la Cambra, el 2023 acabará en cierta decaída económica, con tasas de crecimiento cercanas al 0,5% por las duras políticas monetarias europeas (mañana el BCE debe subir de nuevo los tipos de interés), y empezará 2024 con cierto freno que irá abriendo paso a un mayor crecimiento a medida que pasen los meses del año que viene y se cierre el ciclo de subida de tipos y mejore el consumo privado. La Cambra prevé un menor dinamismo del mercado laboral en los próximos meses y que el año que viene modere su crecimiento al 1,4%, en la línea de la economía. 

La mayor confianza de los consumidores catalanes debido a la moderación de la inflación ha dinamizado el consumo en la primera mitad del año, mientras que el crédito y la inversión residencial han ido decreciendo a medida que subían los tipos de interés. El sector exterior, con las exportaciones y el turismo como puntales, han sostenido el crecimiento catalán, según el estudio de la Cambra. El número de turistas en Catalunya durante el segundo trimestre del año fue un 5% inferior al de 2019, antes de la pandemia, en la línea de todos los indicadores que apuntan a una recuperación del turismo. 

Los sueldos, por último, muestran un crecimiento medio del 4,2% en el segundo trimestre de 2023 por los convenios negociados tomando como base la inflación, pero es un crecimiento ya a la baja después de que el primer trimestre de 2023 fuera del 4,8% tras un 2022 en que la inflación no fue de la mano de aumentos salariales. 

"El sector exterior ha sido el motor del crecimiento de la economía catalana", ha dicho Mònica Roca, que ha apuntado la "normalización" del consumo gracias sobre todo al descenso de los costes energéticos. La desaceleración, la inflación y la ralentización del mercado laboral no impiden una "buena previsión" del consumo privado derivado sobre todo de la "mejora de capacidad adquisitiva" de los catalanes, apunta Rovira.