Si algo puso de manifiesto la pandemia es que Europa había delegado en China la producción total de ciertos productos, comprometiendo su consumo en la mayoría de los países comunitarios. Las mascarillas fueron un caso evidente, pero no es el único, pues en numerosos procesos industriales la dependencia de las importaciones desde el gigante asiático ha empezado a ser crítica para muchas empresas. Ya en 2020, desde el Gobierno español y la Comisión Europea se señaló la importancia de revertir la situación y recuperar la producción de ciertos bienes en Europa para no caer en problemas de desabastecimiento. Dentro de esta dinámica, un reciente informe del Banco de España señala que la mitad de las empresas españolas que importan masivamente de China han tomado medidas o las van a tomar durante este año, para reducir su dependencia comercial.
El estudio califica de “insumos críticos” aquellas importaciones de bienes imprescindibles en los procesos de producción. En la Encuesta sobre la Actividad Empresarial (Ebae), realizada por el Banco de España a más de 20.000 empresas, se pregunta por la procedencia de estos bienes “críticos” sin los que no se podría llevar a cabo una parte de su proceso industrial, o sufrirían retrasos significativos o una reducción en la calidad de los bienes o servicios que ofrecen. Pues bien, en dicho informe se determina que el 14% de la totalidad de las empresas españolas tienen una fuerte dependencia de China en estos “insumos críticos”, un porcentaje que se eleva en el caso de las industrias manufactureras.
El informe del Banco de España compara la situación de España con la de Italia y Alemania. Respecto al primer país, un 15% de las empresas italianas tienen importaciones de insumos críticos, aunque se eleva a un 20% en las manufactureras. Mucha mayor dependencia sufren las empresas alemanas, pues el 29% del tejido empresarial importa productos críticos de China, que se eleva al 46% en las empresas de manufacturas.
Medidas adoptadas
Esta mayor dependencia explica que sean las empresas alemanas las que más interés han mostrado por reducir a los chinos como los proveedores de productos esenciales para su supervivencia. Según el informe del Banco de España, que cita una encuesta del Bundesbank alemán, el 60% de las empresas del país con alta dependencia de las importadoras de China han tomado ya medidas, o las van a tomar a lo largo de este año. La principal medida (20%) ha sido la sustitución de los productos chinos por otros fabricados dentro de la Unión Europea, la segunda, la sustitución por productos de fuera de la UE (7%) o empresas locales (7%) y otras medidas (6%). El 20% restante, tomarán medidas durante este año.
En España, solo una de cada dos empresas con gran dependencia de China ha decidido actuar para romper la subordinación en sus importaciones. Así, el 10% las ha sustituido ya por empresas de la UE, otro 4% por empresas españolas y un 3% por empresas de fuera de la UE u otras medidas. Pero el retraso de las empresas españolas en la cruzada contra las importaciones chinas, queda patente que el 30%, aunque tomarán medidas este año, no han actuado de momento. En Italia, la situación es algo mejor que en España, pues el 53% ya ha adoptado fórmulas para no estar tan sujetos a las importaciones chinas, principalmente buscando suministradores en la UE, fuera de la UE y locales. El 25% declara que iniciarán los movimientos este 2024.
Manufacturas
En el caso de manufacturas con una plantilla de más de 20 empleados, la mitad de las empresas españolas que importan productos críticos de China y el 30% de las que no importan insumos críticos del gigante, han iniciado la diversificación de proveedores, aumentando su número, no necesariamente fuera de China. En el caso de Italia, el porcentaje se eleva al 60% y al 40% respectivamente. Otras compañías han ido más lejos y no se han limitado a diversificar, sino que han sustituido sus proveedores chinos por otros. Pero esta medida ha tenido menos adeptos, pues la han adoptado el 20% de las empresas españolas con importaciones críticas y el 12% de las que no importan insumos críticos de China. Una vez más, por debajo de la proporción de empresas italianas.
China es, con diferencia, el mayor exportador de productos de “alta dependencia” hacia Europa. De la totalidad de estos productos sensibles, España recibe de China el 30%, seguido de Suiza con un 10% del total y el Reino Unido y EE.UU. con otro 5% cada uno. En el conjunto de la Unión Europea, la dependencia de China se eleva al 50%, seguido de Estados Unidos, con algo más del 15% y el Reino Unido con un 7%. Noruega y Rusia tienen un peso mayor en el conjunto de la UE que en España, por su poder exportador de petróleo y gas.