La mitad de las familias numerosas con mayor renta se benefician del bono social energético, mientras que solo uno de cada tres hogares de familias numerosas dentro del 20% de la población que menos dinero gana tiene algún bono energético. Así se desprende del estudio realizado por EsadeEcPol, que analiza los bonos energéticos por nivel de renta y tipos de familia. El informe refleja la desigualdad con la que las familias acceden a este tipo de ayudas sociales, que tienen la intención de paliar los efectos de la crisis energética en los más vulnerables.
De este modo, los datos sugieren que las familias con mayor disponibilidad de tiempo e información para lograr este tipo de bonos cuentan con una mayor probabilidad de poder conseguirlos. Asimismo, el estudio refleja que en España solo un 8,3% de los hogares recibieron algún bono social energético, aunque un 14,3% declaró que tuvo problemas para mantener su vivienda a una temperatura adecuada en 2021, según la Encuesta de condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente a ese año, la última disponible.
Este porcentaje sube solo hasta el 17% entre el tercio de hogares de menor ingreso, y desciende rápidamente en los hogares de clase media y media-alta hasta cubrir apenas a 1 de cada 50 familias, pero vuelve a repuntar al final: 1 de cada 25 familias del 2% que más gana del país tiene un bono social energético de algún tipo. Todo lo expuesto "muestra que los bonos energéticos son insuficientes en su cobertura, algo especialmente grave para las familias estructuralmente vulnerables", explican desde Esade.
Reducir barreras y limitar a 26.000 euros de renta
Por tramos de renta neta equivalente por unidad de consumo, entre los hogares de rentas más bajas, solo un 17-18 % reciben algún tipo de bono social, un porcentaje que se reduce ligeramente entre el 10 % de hogares más pobres. Dentro de estos, desciende progresivamente según se avanza en tramos más bajos de ingresos, primero a menos del 10 %, luego a un 5 % y en los últimos es de apenas un 2 %.
Para paliar este desajuste entre los receptores de ayudas públicas en materia energética, los autores del informe recomiendan reducir considerablemente las barreras para solicitar y conseguir estos bonos, tomar la iniciativa sugiriendo una solicitud ya rellenada a quien cumpla las condiciones, o incluso pasar a un sistema de concesión automática que podría funcionar a través de la factura energética o como componente del Ingreso Mínimo Vital u otro mecanismo unificado.
Algo que, según explican, evitaría la fragmentación y aunaría todos los instrumentos para luchar contra la pobreza y sus riesgos derivados. Asimismo, proponen combinar mejor los criterios de renta con los de tipo de hogar, pero con el cuidado necesario para no eliminar a demasiados hogares de la concesión. De esta manera, destacan que un umbral de 26.000 euros como el que se ha venido discutiendo quitaría la ayuda a 1 de cada 3 familias numerosas de renta media-baja.
El estudio se publica en un momento de polémica en torno al bono energético, tras desvelarse que diferentes políticos de la Comunidad de Madrid con ingresos elevados han estado cobrando el bono térmico, asociado al bono social que se aplica a los consumidores considerados vulnerables.
Después de que se abriera el debate público sobre el desajuste en las ayudas energéticas, el Gobierno español ha propuesto introducir el requisito de renta para el acceso de las familias numerosas al bono social eléctrico, que viene acompañado del bono térmico para calefacción y agua caliente sanitaria.
En este sentido, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, señaló recientemente que el nivel sería ligeramente superior al de las unidades de convivencia de 4 o 5 miembros, que es de alrededor de 25.000-26.000 euros anuales. No obstante, también explicó que, a partir del tercer hijo, habría un refuerzo por cada uno de ellos.