A lo largo de los últimos años, la brecha salarial entre hombres y mujeres se ha ido reduciendo. Los datos de Eurostat señalan que en el 2013 la brecha salarial en Europa era del 17,8% y del 16% en España. En el 2020 (últimos datos disponibles), esta se había reducido respectivamente hasta el 13% y 9,4%. Con respecto al ámbito nacional, las sucesivas subidas del SMI (desde los 655,2 euros en el 2016 hasta los actuales 1.080 euros) han contribuido a corregir este desajuste, por el hecho de ser las das las que en mayor proporción contaban con las retribuciones más bajas.
Una brecha de 393 euros mensuales
Pero más allá de los datos, también está la percepción que tiene la ciudadanía. Y, a pesar de existir una brecha, esta no es lo bastante consciente por buena parte de los trabajadores hombres. Según los datos del EPA, la brecha del salario bruto (antes de impuestos y cotizaciones) del empleo principal en el 2021 fue de 393 euros mensuales. Eso significaría que anualmente los hombres cobran una media de 4.721 euros más que las mujeres. La media en los últimos 16 años ha sido de una diferencia de 5.236 euros.
Así pues, a pesar de estos datos, el reciente análisis sobre brecha salarial de la plataforma de empleo InfoJobs revela que todavía un 50% de la población ocupada masculina no está concienciada sobre la existencia de este desajuste económico. Un porcentaje que contrasta con el 78% de las mujeres trabajadoras que sí que lo está. En palabras de Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs: "Acabar en España con la desigualdad en las condiciones laborales, en el salario, en el desarrollo profesional o en el acceso al empleo de las mujeres se traduciría sin ningún tipo de duda en una mejora de la productividad y los resultados. Para llegar a este punto hace falta un proceso de concienciación completo. Lo más importante es que a nivel social, eso ya es un hecho, la demanda es real y cada vez más mayoritaria, pero el cambio cultural tiene que llegar a todos los estratos".
¿Cómo ha condicionado la pandemia?
Desde la pandemia, la brecha de desempleo entre hombres y mujeres ha sido estable, situándose en los 3,3 puntos porcentuales a finales del 2022. Entre 20 02 y 2009 (fruto de la bonanza económica hasta el 2007 y la posterior destrucción de empleo masculino a partir de entonces), la diferencia entre los dos géneros prácticamente se neutralizó. A partir del 2013, con la recuperación del mercado laboral, empezó a incrementarse, superando en el 2016 los 3 puntos porcentuales.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta es la disposición para tener un trabajo, que se puede medir mediante la tasa de actividad. Aquí sí que se observa un desajuste importante entre la actividad de mujeres y hombres, eso quiere decir que el mercado es más dinámico para ellos que para ellas. A largo plazo, entonces, la trayectoria profesional de aquellas personas que tienen largos periodos de paréntesis a su carrera laboral (generalmente, las mujeres) se ve perjudicada. En este punto, sin embargo, aunque siguen existiendo diferencias notorias (diez puntos porcentuales), la brecha en la tasa de actividad de hombres (del 63,5% el último trimestre del 2022) y mujeres (53,8%) ha ido cerrándose de manera progresiva.