Josep Reyner, presidente de la Comisión de Economía Catalana del Col·legi d'Economistes, mantiene que "el déficit fiscal catalán es una pieza básica de la columna vertebral del Estado". Y añade que sin los flujos económicos de esta "estructura de Estado" no se podría mantener el actual nivel de servicios básicos en las comunidades que no generan bastantes ingresos fiscales, ni se podrían realizar las infraestructuras que se han ejecutado "ni tampoco la capitalidad de Madrid sería tan rotunda".

Así lo expone en el libro Déficit Fiscal, bienestar de los ciudadanos y competitividad de la economía catalana (editado por la Fundació Vincle), que se presentó este miércoles con la participación de la consellera de Economía en funciones, Natàlia Mas, que se encargó de clausurar el acto. Entre los asistentes también estaba Miquel Puig, secretario de Asuntos Económicos y Fondos Europeos de la Generalitat; Albert Carreras, catedrático del departamento de Economía de la Universidad Pompeu Fabra (que presentó al autor); Anton Gasol, exdecano del Col·legi d'Economistes; Joan Ramon Rovira, director del gabinete de estudios económicos e Infraestructuras de la Cambra de Barcelona; y varios miembros de la Fundació Vincle encabezados por su coordinador, Jordi Manent.

En su intervención, Natàlia Mas indicó que la Generalitat pasa por "dificultades de tesorería" este julio por culpa de la infrafinanciación a la que la somete el Estado. Recordó que Catalunya lleva “38 años en esta situación, con seis modelos de financiación” que no han acabado con la falta de recursos. Y con los Presupuestos Generales del Estado prorrogados, los ingresos serán los mismos que en 2023 porque las actualizaciones no llegarán hasta final de año.

Ante esta situación, la consellera de Economía ha planteado dos escenarios: "Volver a creer en un engaño de modelo de financiación" o "mantenernos firmes en la vía de tener la llave de la caja", que es lo que plantea la propuesta de financiación singular que defiende el Govern de Pere Aragonès. Pero añadió que "no somos ingenuos, esto no pasará de un día para otro" si bien apostó por "romper con el tabú de la intocabilidad" del actual sistema de financiación de las comunidades de régimen común (todas con la excepción de Navarra y País Vasco). "Tenemos una oportunidad histórica para dar un paso adelante, es necesario que salgamos de este modelo", insistió.

El libro de Reyner explica el déficit fiscal catalán como una estructura de Estado. Destaca que "el principio inspirador no confeso del actual modelo de relaciones territoriales es que el progreso del conjunto de los territorios que forman el Estado debe producirse de manera uniforme" pero "con una excepción: Madrid".

La hipercapitalidad de Madrid

Sobre los argumentos que Madrid también presenta déficit fiscal, Reyner subrayó una “diferencia radical” respecto a las demás comunidades contribuyentes entre las que también se incluyen Valencia y Baleares. Así, el autor mantiene que Madrid recibe "los beneficios del sistema": "Su capitalidad bien trabajada y reforzada desde el Estado le permite recuperar con creces" lo que aporta al sistema. En realidad, recibe más de lo que aporta.

Sobre la "hipercapitalidad de Madrid", apuntó que su "efecto aspirador" de recursos ha perjudicado a los demás territorios del Estado, sobre todo por lo que les ha supuesto de "descapitalización". Y añadió que "Madrid tiene un plus fiscal, que hace que se pueda permitir unas prácticas desleales en términos de dumping fiscal".

Reyner afirmó en su presentación que “la primera constatación sobre el déficit fiscal es la necesidad patriótica de revertirlo”. Añadió que "ningún territorio puede permitirse el grado de drenaje que supone tener más de un 9% de su PIB que se deja de emplear en su economía".

Haciendo una comparación con Canadá, apuntó que el déficit fiscal de su provincia más rica (Alberta) sólo equivalió al 3,9% de su PIB en 2022, y si se compara con Estados Unidos, los déficits fiscales de sus Estados más ricos se situaron por debajo del 2,7% en 2021, según datos del Rockefeller Institute of Government.

Según los datos anunciados por la consellera Natàlia Mas el pasado septiembre, el déficit de la balanza fiscal de Catalunya con el sector público del Estado se situó en 2020 en 20.772 millones de euros y, en 2021, en 21.982 millones de euros. Estos importes suponen un máximo histórico que equivale al 9,8% y 9,6%, respectivamente, del PIB catalán. Según estos cálculos, Catalunya aportó al Estado más del 19,3% en 2020 y el 19,2% en 2021 y sólo recibió el 13,7% y el 13,6% en estos años.

Como resumen, Reyner destacó cuatro consecuencias del déficit fiscal catalán: menos renta disponible de los ciudadanos; déficit de inversión pública que, a largo plazo, comporta dificultades de competitividad; incapacidad para apoyar el tejido productivo (políticas de transformación industrial, digital y energética) y una menor cobertura de las necesidades (servicios públicos).

Josep Reyner preside la Comisión de Economía Catalana del Col·legi d'Economistes y forma parte del colectivo Economistes pel Benestar. Antes de jubilarse, ejerció de auditor de cuentas y fue directivo en entidades del sector bancario, así como inspector del Banco de España.

La entidad organizadora y editora, la Fundació Vincle, nació en 2008 con el objetivo de trabajar por una sociedad inclusiva. Focaliza los esfuerzos en la lengua catalana como elemento cohesionador. También analiza los desequilibrios de inversiones que sufre la llamada Eurorregión Mediterránea, que incluye los territorios de Catalunya, Valencia y Baleares. Está presidida por el médico Òscar Escuder, también presidente de Plataforma per la Llengua, y en su patronato hay académicos, profesionales y empresarios como Joan Font (BonPreu) o Jaume Fàbrega (Cambra de Comerç de Girona).