El sector automovilístico europeo, una de las industrias clave del continente que aporta el 7% del PIB y emplea a unos 13 millones de personas, atraviesa una de sus etapas más complejas. Los resultados de ventas y beneficios del tercer trimestre del año confirman los malos presagios: venden menos, deben reducir costes y tienen que bajar precios para competir con los vehículos chinos. Las dificultades abarcan desde la lenta transición hacia los vehículos eléctricos (VE), pasando por la competencia creciente de China, hasta la inminente regulación europea que prohíbe los motores de combustión para 2035. A ello se suma también la esperada victoria electoral del republicano Donald Trump en los comicios de la próxima semana y su anunciado arancel del 25% para vehículos fabricados fuera de Estados Unidos.
Y la Bolsa ha recogido el mal momento y las complicadas expectativas del sector en el que aparecen los cierres de fábricas, las rebajas de sueldo a los trabajadores y el anuncio de huelgas como respuesta a estas medidas. En este buen año para el mercado de acciones, las automovilísticas aparecen como un lastre. El índice Stoxx 600 Autos & Parts baja el 13% en el año, y destacan las caídas de Stellantis (-41%), BMW (-28%), Volkswagen (-21%) y Mercedes Benz (-11,6%). Solo se salva la francesa Renault (+11,7%) que lleva años de adelanto en la reducción de costes y en su apuesta por modelos de bajo precio a través de su filial rumana Dacia.
China ha emergido como un competidor fuerte en el mercado global de vehículos eléctricos, superando a Japón en exportaciones este año. Los fabricantes alemanes, como Volkswagen, BMW y Mercedes, están particularmente expuestos al mercado chino, que representa hasta un 30% de sus beneficios y una importante fuente de dividendos.
La Comisión Europea ha impuesto aranceles a los vehículos eléctricos chinos en un intento por frenar esta competencia, lo que ha generado fricciones diplomáticas. No obstante, empresas como Volkswagen y BMW han manifestado su preocupación por posibles represalias comerciales que afecten sus ventas en el mercado asiático, y continúan presionando por una mayor competitividad.
Volkswagen, uno de los gigantes del sector, ha visto reducidos sus márgenes y su rentabilidad, en gran medida por la competencia china y un entorno de mercado difícil. La empresa ha anunciado recortes en empleo y salarios en sus plantas alemanas para paliar la caída de beneficios, que en el tercer trimestre descendieron un 68% interanual. Volkswagen se encuentra negociando con sindicatos el cierre de tres plantas en Alemania, lo que afectaría a miles de trabajadores.
En cuanto al mercado chino, Scope Ratings destaca el cambio de percepción respecto a este país, que anteriormente era un gran atractivo para los fabricantes europeos y hoy representa una seria amenaza. Con el 30-40% de las ventas de Volkswagen en este mercado, los analistas temen que las represalias chinas frente a los aranceles impuestos por la Unión Europea a los vehículos eléctricos se traduzcan en pérdidas adicionales para el fabricante alemán. Este impacto se suma a un tercer trimestre negativo para Volkswagen, con una caída del 7,1% en las entregas.
Mercedes-Benz ha sido otro de los grandes fabricantes afectados por la competencia y el contexto económico en China, así como por las dificultades de transición hacia los eléctricos (VE). La empresa reportó una caída de ingresos del 4,7% en los primeros nueve meses del año, principalmente por las pérdidas en Asia y Alemania, y su beneficio neto en el tercer trimestre fue de 1.733 millones de euros, un 52,3% menos que el año anterior. Con una estrategia enfocada en el mercado de lujo y la digitalización, Mercedes continúa adaptándose.
El grupo Stellantis, que engloba marcas como Jeep, Peugeot, Citroën y Fiat, ha visto sus ingresos netos reducidos un 27% interanual en el tercer trimestre, hasta 33.000 millones de euros. Este descenso se debe en gran medida a la disminución de precios y a una estrategia de reducción de inventarios en Estados Unidos, donde sus ventas cayeron un 25% interanual. Pese a este retroceso, Goldman Sachs se mantiene optimista, y estima que las acciones de Stellantis podrían alcanzar un precio de 23 euros el próximo año.
Renault ha logrado una mejor posición en comparación con otros fabricantes, pese a registrar una reducción en sus entregas del 5,6% en el tercer trimestre. La empresa ha recortado sus inventarios, mejorando su flujo de caja, y ha obtenido buenos resultados en comparación con sus competidores, lo que la ha convertido en la única de las grandes automotrices en la Unión Europea que ha registrado un aumento del valor en Bolsa este año. Renault se ha beneficiado de su cooperación con Nissan, que le ha permitido optimizar costes y ampliar la gama de productos.
BMW, otro gigante de la industria europea, también ha sufrido en este contexto, particularmente por su dependencia del mercado chino y problemas en la cadena de suministro, como los frenos fabricados por Continental. La firma bávara presentará resultados la próxima semana, pero todo apunta a que estarán en línea con sus colegas europeas. Estas dificultades han hecho que Citi y JP Morgan adopten posiciones de venta o neutralidad en las acciones de BMW, pronosticando un descenso del 15% en los beneficios de 2024 y 2025. La compañía enfrenta ahora el reto de mantener su cuota de mercado y adaptarse a las tendencias del mercado, donde los vehículos eléctricos siguen ganando terreno, especialmente en el mercado chino.
Aranceles de Trump
La posible reelección de Donald Trump en Estados Unidos ha despertado preocupación entre los analistas. Un arancel del 25% sobre los vehículos importados a Estados Unidos, una de las políticas que se han planteado, podría afectar significativamente las exportaciones de fabricantes europeos, disminuyendo su competitividad en el mercado estadounidense. Rodrigo Cebrián, director de inversiones de Edmond de Rothschild, advierte que compañías como Volkswagen, BMW y Mercedes enfrentarían no solo una caída en ventas, sino también en márgenes de beneficio.
A pesar del entorno inestable, algunos analistas ven oportunidades de compra en las grandes caídas del sector. Bank of America, por ejemplo, considera que los precios actuales ya reflejan las expectativas de desaceleración económica, lo que podría hacer a las acciones automotrices relativamente atractivas. Sin embargo, otras firmas como Barclays y Alphavalue se muestran escépticas y han optado por recomendaciones de venta. Bestinver, una de las gestoras de fondos más prestigiosas de España, ha aprovechado este contexto para aumentar su exposición en empresas como BMW y Stellantis. Sin embargo, también han reducido sus posiciones en otras compañías tras acumular buenos resultados, como Rolls-Royce.