La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se muestra más optimista que el gobierno de Pedro Sánchez sobre las previsiones de crecimiento de España. Así, la OCDE ha revisado de nuevo al alza sus previsiones de crecimiento, en particular para este año hasta el 3%, por encima incluso de lo que calcula el gobierno español, de forma que será la segunda más alta de todos los países miembros y superará claramente la media de la eurozona, que se situará en el 0,8%.

En su informe semestral de perspectivas publicado este miércoles, la OCDE señala que la demanda interna será el factor que tire del carro de la economía española y eleva también sus predicciones de crecimiento para 2025 hasta el 2,3%, al tiempo que calcula que en 2026 será del 2%.

En su informe de mayo, la OCDE había calculado que la progresión del producto interior bruto (PIB) iba a ser del 1,8% en 2024 y del 2% en 2025, y ya había corregido en septiembre esas cifras para subirlas al 2,8% y al 2,2%, respectivamente. Así, el conocido como el 'club de los países desarrollados' es más optimista para este año que el gobierno español, que ha anticipado un incremento del PIB del 2,7%, aunque en 2025 espera un 2,4%. En realidad, la OCDE está alineada con las cifras del informe de las perspectivas de otoño de la Comisión Europea, con las que coincide tanto para este año como para el próximo.

Sobre sus razones, en primer lugar está el hecho de que la subida de la actividad en el tercer trimestre ha superado las expectativas gracias al consumo público y privado, de la mano de un aumento del empleo (un 1,7% en términos interanuales, con una tasa de paro que bajó al 11,2% de la población activa) y de los salarios reales. Además, también subraya que la inflación se ha reducido al 1,8% en octubre, gracias a la caída de los alimentos, el combustible y la electricidad.

En su documento, la OCDE señala que las inundaciones de Valencia han causado allí pérdidas de vidas humanas y de capital físico, pero no da una evaluación cifrada del impacto económico, más allá de recordar que el ejecutivo ha anunciado un paquete de ayudas para las zonas afectadas de alrededor del 1,1% del PIB, en un 30% con fondos garantizados. De hecho, precisa que resulta incierto ese impacto sobre el déficit fiscal, en la medida en que eso dependerá del volumen de la ayuda solicitada y del calendario de los reembolsos.

La OCDE no cree que el paro vaya a descender tan rápido como supone el ejecutivo español (lo deja en el 10,5% de media en 2026 y no en el 9,7%), pero sí da por buenas sus pronósticos sobre el déficit, que del 3% del PIB este año debería reducirse al 2,5% en 2025 y al 2,1% en 2026.

Recomendaciones

Sobre esa cuestión, su mensaje es que resulta "crucial" la aplicación efectiva del plan de consolidación fiscal para cumplir con las reglas europeas, poner la deuda pública en una trayectoria descendente y liberar recursos para los futuros gastos prioritarios, en especial ante el envejecimiento demográfico. Para eso, sus recomendaciones son ampliar la base impositiva del IVA, más impuestos medioambientales y una mayor eficiencia del gasto público.

La OCDE se refiere a una de las paradojas del mercado laboral español, por las dificultades de muchas empresas para encontrar trabajadores con ciertas cualificaciones que conviven con un alto nivel de desempleo. Su receta, que además contribuirá a incrementar la productividad, es ajustar los programas educativos con las demandas de ese mercado laboral, lo que necesita una asistencia más efectiva en la búsqueda de empleo, con unas guías en la carrera, así como programas para aumentar o reajustar las cualificaciones.