Las nuevas ordenanzas fiscales de Barcelona que prepara el alcalde, Jaume Collboni, prevén aumentar la tasa turística en cruceros de corta estancia y pisos turísticos. Así, los cruceristas que realicen una escala inferior a 12 horas pagarán 7 euros diarios, mientras que los huéspedes de pisos turísticos abonarán 6,25 euros diarios. Estos importes son superiores a los de los clientes de los hoteles de cinco estrellas, a los que se aplicará una tasa de 3,25 euros, por considerar que causan un menor impacto.
Si se aprueba la nueva ordenanza fiscal, el gobierno de Collboni prevé que la tasa turística aporte cerca de 100 millones de euros a las arcas municipales. Sería el tercer ingreso fiscal por importancia.
El recargo a cruceristas de corta estancia y huéspedes de pisos turísticos pasa de 2,75 euros a 4 euros, que se el tope que se fijó cuándo se aprobó la tasa turística. Si se añade el impuesto sobre estancias en establecimientos turísticos, la tasa queda en 7 y 6,25 euros, respectivamente.
Impacto en la ciudad
El gobierno municipal justifica la tasa máxima en estas dos modalidades turísticas por el impacto que provocan en la ciudad. El teniente de alcalde Jordi Valls recuerda que el turismo es una fuente de ingresos, que supone más del 12% del PIB de la ciudad, pero que genera molestias a los vecinos. Además, el alojamiento turístico dificulta el acceso de los barceloneses a la vivienda.
En cambio, la tasa que se aplicará a los clientes de hoteles de lujo dejará de ser la más cara como ha pasado hasta ahora. Solo se incrementará en 50 céntimos, hasta los 3,25 euros diarios.
Por otra parte, el equipo de gobierno plantea eliminar la bonificación del 75% de la tasa de terrazas e introducir uno nuevo escalado progresivo para que pague más quien más mesas tiene en la vía pública. En julio pasado, Collboni descartó revisar el plan de alojamientos turísticos, que veta nuevos hoteles en el centro de la ciudad, si bien está "abierto a hablar de alguna excepción" en el caso de establecimientos de pocas habitaciones en edificios singulares del casco antiguo, como reclama el presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona, Jordi Clos. En declaraciones en Efe, el alcalde señaló que "la ciudad tiene un límite" en la carga turística y que, como se hizo en la legislatura anterior, el ayuntamiento seguirá luchando, por ejemplo, contra los pisos turísticos ilegales.
El gobierno de Collboni prepara las ordenanzas fiscales y el proyecto de presupuestos para el próximo año del Ayuntamiento de Barcelona, de 3.735 millones de euros, el más alto de la historia. Este importe equivale a un 3,9% más, o sea, 140 millones más disponibles respecto del de este año. La intención se aprobar las cuentas antes del próximo enero.