El precio del oro, uno de los activos refugio en tiempos de incertidumbre, mantiene su racha alcista y suma ya tres semanas consecutivas en positivo, impulsado por la bajada de los tipos de interés y el temor a un repunte de la inflación. Este metal ha encadenado máximos históricos durante la semana, el último el pasado jueves, cuando alcanzó los 2.685,58 dólares por onza, según datos de Bloomberg. Desde principios de año, hasta ese pico, el oro se ha encarecido un 30%.

Los motivos de esta subida son, según la mayoría de los analistas, la rebaja de los tipos de interés, tanto los ya acometidos como los previstos en los próximos meses; las compras de oro por parte de los bancos centrales; y la elevada demanda en los países emergentes, en especial en China.

"El oro se ha revalorizado en las últimas semanas, incluso después de un rendimiento estelar en lo que va de año", apunta Claudio Wewel, de la gestora J.Safra Sarasin Sustainable AM. En su opinión, "gran parte del buen comportamiento de este metal precioso se ha debido a la mayor demanda estructural en los mercados emergentes, en particular en China". En el caso del gigante asiático, añade Wewel, "además de las compras institucionales del Banco Popular de China (el banco central), la demanda también aumentó entre los inversores privados por la falta de alternativas de inversión nacionales viables".

"El oro ha sido uno de los activos con mejor comportamiento en 2024", destaca Ned Naylor-Leyland, de la gestora Jupiter AM. A su juicio, su tendencia al alza "se explica por una combinación de factores", entre ellas "las expectativas de recortes de los tipos de interés y las compras de los bancos centrales".

David Kohl, economista del banco privado suizo Julius Baer, cree que la bajada de los tipos de interés "por sí sola" no explica la subida del oro, aunque cree que, una vez iniciado el ciclo de recortes, "el camino de menor resistencia es al alza".

Mario Aguilar, estratega de la gestora Janus Henderson, señala uno de los puntos clave de la fuerte apreciación del metal dorado: la convicción de los inversores de que el oro es una protección frente a la inflación. "El oro tal vez no proteja a corto plazo, pero a largo plazo sí mantiene su valor. Te protege en términos reales a largo plazo", explica. Aguilar recuerda que la deuda soberana sigue al alza, en concreto en EE. UU., y que los inversores temen que esa circunstancia se traduzca en un nuevo repunte de la inflación.

En este sentido, Javier Molina, analista de la plataforma de inversión eToro, matiza que el descenso de la inflación registrado en los últimos meses "es un alivio", pero que "no debemos perder de vista los riesgos que podrían surgir en el futuro si se toman decisiones prematuras sobre las bajadas de tipos". "Una reducción de tipos para evitar una recesión estimularía el consumo y la inversión al abaratar el crédito, pero podría generar presiones inflacionistas, especialmente en sectores como el de los servicios", señala. Además, las tensiones geopolíticas en regiones clave para el suministro de petróleo, básicamente en Oriente Próximo, "podrían agravar la situación, generando incertidumbre y volatilidad en los mercados".

Aunque los hechos muestran que el oro sigue siendo percibido como un refugio frente a la inflación, algunos analistas plantean ciertas dudas. "En contra de lo que suele pensarse, el oro no sirve (por si solo) como cobertura contra la inflación", aseguran en un artículo Kerstin Hottner y Andrea Gentilini, de la gestora Vontobel. En su opinión, "los inversores en activos múltiples deberían ir más allá de la inversión exclusiva en oro y considerar la posibilidad de exponerse a una cesta más amplia de materias primas". "Las cestas de materias primas más amplias son una mejor cobertura frente a la inflación, una preocupación que está en el punto de mira de los inversores en estos días", recalcan.

En cuanto a la evolución futura del precio del oro, Wewel sostiene que dependerá, sobre todo, de la marcha de la economía estadounidense