El ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha llevado al Congreso este miércoles ejemplos concretos de cómo puede cambiar la vida a los españoles si se aprueba la reforma de pensiones que ha pactado con los sindicatos y con el socio de Gobierno (Unidas Podemos) que, además, viene avalada por la Comisión Europea y que podría ver la luz este jueves en un Consejo de Ministros extraordinario. Uno de los más llamativos es cómo un joven que ahora tiene 25 años cobrará 20.000 euros más cuando esté jubilado que si continuase el actual modelo del Partido Popular. El Gobierno, pero también los agentes sociales, han insistido mucho en que el nuevo sistema de pensiones públicas no está pensado exclusivamente para asegurar la jubilación de la generación del Baby Boom (nacidos en los años sesenta y setenta del siglo pasado), sino también para los más jóvenes.
El ministro ha intentado convencer a las partidos políticos presentes en el Pacto de Toledo -con una avalancha de cifras- de las muchas bondades que reportará la reforma laboral a los españoles. Así, ha comparado cuánto recibiría un trabajador si continuase el sistema actual ideado por el Partido Popular en 2013 (basado en el factor de sostenibilidad con incrementos anuales de la pensión del 0,25% en años malos) y cómo se quedará tras la reforma (revalorización de acuerdo al IPC asegurada por ley). En el caso de los más jóvenes, un individuo de 25 años que se retire en 2062 recibirá casi 20.000 euros más con la reforma a lo largo de toda su jubilación, descontando la cotización adicional que le tocará abonar por el incremento del MEI o, incluso, por las otras dos medidas de ingresos -el destope de las bases máximas y la cuota de solidaridad- si tiene la suerte de recibir en el futuro salarios altos.
Mejorías para todos los trabajadores
Pero también los mayores recibirán mejores prestaciones gracias a la revalorización de la pensiones aprobada en la primera fase de la reforma laboral. En los ejemplos que maneja Escrivá, un individuo de 60 años que deje de trabajar en 2027 (con 67 años como establece actualmente la ley) recibirá 5.300 euros más durante el tiempo que cobre la pensión gracias a la reforma. Siguiendo con la escala, aquellos que tengan hoy 55 años podrán obtener casi 10.000 euros más a la largo de su jubilación; los de 50 años unos 13.500 euros; los de 45 años 16.000 euros, los de 40 años 17.500 euros; los de 35 años 18.000 euros y los de 30 años unos 19.000 euros. Unas mejoras que se derivan del mayor beneficio acumulado que supone el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI)
No son los únicos beneficiados por la reforma. Escrivá también ha explicado a los diputados del Pacto de Toledo las mejoras que obtendrán las mujeres, más propensas a carreras discontinuas por los cuidados de familiares, en lo que se ha venido a denominar la brecha de género de la pensión. Una medida que se incluye en este segundo paquete de la reforma de pensiones. En dos ejemplos presentados por el ministro en el Pacto de Toledo, una mujer podría ver aumentar su pensión entre un 6% y un 13% dependiendo de sus circunstancias. Así, en un periodo cotizado de 44 años (1978 a 2022), con una interrupción de dos años en la crisis financieras tendría una pensión de 1.715 euros que subirá cien euros tras la reforma, un 6% de mejora. Y para esa misma mujer, pero con ocho años de interrupción, la mejoría será del 13%, desde 1.318 euros a 1.486 euros, 170 euros más al mes.
Prestaciones mínimas
Otro de los colectivos que mejora es el de los pensionistas que cobran la prestación mínima. La reforma de las pensiones incluye que entre 2024 y 2027 las pensiones mínimas subirán por encima de la inflación para garantizar su suficiencia, lo que supondrá un alza de alrededor del 22% de la pensión mínima contributiva con cónyuge a cargo, que pasará de 966,20 a 1.178,50 euros al mes. La reforma establece que la pensión mínima contributiva con cónyuge a cargo debe alcanzar el 60% de la renta mediana de un hogar de dos adultos, lo que supondrá 16.500 euros anuales en 14 pagas en el año 2027. Con arreglo al mismo criterio de suficiencia, la pensión mínima no contributiva tendrá que situarse en el 75% del umbral pobreza individual, lo que en 2027 serían cerca de 8.300 euros anuales o unos 592 euros al mes, frente a los 457,30 actuales. En este caso el incrementó será del 29,5%.
El ministro también ha desvelado cuánto piensa aumentar la recaudación gracias a las tres medidas de ingresos -aumento del MEI, el destope parcial de las pensiones y la cuota de solidaridad- que ha evitado detallar estos últimos días. Aunque algo han adelantado desde Unidas Podemos tras cerrar el acuerdo con Escrivá. Según ha explicado en el Pacto de Toledo las nuevas medidas aportarán a las ya aprobadas en normas interiores ingresos por valor del 1% del PIB anual en la década de 2040, en concreto a partir de 2045, cuando el sistema soporte una mayor tensión por la jubilación masiva de los baby boomers.
A cálculos de 2023, un punto del PIB equivale a unos 13.300 millones de euros, aunque serán muchos más dentro de 20 años. Una cantidad que deberán aportar de forma mayoritaria las empresas sobre las que recae el grueso de las nuevas medidas de ingresos, aunque también tienen una parte nada desdeñable los trabajadores que cobran por encima de las bases máximas de cotización.