El sistema bancario estadounidense sigue siendo sólido y resistente, después de que se hayan aliviado las tensiones que afectaron al sector la pasada primavera, según ha subrayado el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, para quien no puede darse por sentada la resiliencia del sistema financiero.
"No podemos dar por sentada la resiliencia del sistema financiero", ha advertido el banquero central estadounidense durante su intervención en una conferencia en Madrid, organizada por el Banco de España y CEMFI, en la que también ha tomado parte su homólogo español, Pablo Hernández de Cos.
En este sentido, el presidente de la Fed ha destacado que la actuación de las autoridades financieras estadounidenses en respuesta al estrés bancario surgido en marzo permitió estabilizar el sistema financiero sin restringir el uso de las herramientas de política monetaria del banco central como parte del esfuerzo para reducir la inflación.
"El sistema bancario sigue siendo sólido y resistente, los flujos de depósitos se han estabilizado y las tensiones se han aliviado", ha indicado Powell, para quien, sin embargo, los pánicos bancarios y las quiebras registradas en 2023 fueron dolorosos recordatorios de que no pueden predecirse todas las tensiones que inevitablemente vendrán con el tiempo.
"Por lo tanto, no debemos volvernos complacientes con la resiliencia del sistema financiero", ha enfatizado Powell, señalando la importancia de la colaboración entre reguladores y legisladores para mantener esa resistencia del sistema, incluido a nivel internacional.
Más subidas de tipos para fin de año
Por otro lado, el presidente de la Fed ha recordado que, tras la decisión del banco central estadounidense de pausar las subidas de los tipos de interés en su última reunión, "una gran mayoría de los participantes del Comité esperan que sea apropiado aumentar las tasas de interés dos o más veces para fin de año".
En este sentido, ha señalado que, si bien la inflación se ha moderado algo desde mediados del año pasado, las presiones inflacionarias siguen siendo altas y el proceso de lograr que la inflación vuelva a bajar al 2% tiene un largo camino por recorrer.
En su análisis, el banquero central estadounidense ha defendido que la política monetaria de la Fed sólo ha sido restrictiva realmente "durante seis o nueve meses", así que todavía se está esperando ver el efecto real del ajuste acometido de manera más amplia en el conjunto de la economía y, en última instancia, en la inflación.
"Quisiera enfatizar que nuestro compromiso no es con un número particular de subidas de tipos. Se trata de una postura de política que sea lo suficientemente restrictiva como para reducir la inflación al 2%", ha afirmado Powell, subrayando que el alcance de cualquier aumento adicional de las tasas, por supuesto, dependerá del curso de la economía.
Asimismo, ha advertido de que la economía también enfrenta vientos en contra debido a unas condiciones crediticias más estrictas para los hogares y las empresas, que probablemente afecten la actividad económica, la contratación y la inflación.
"Las condiciones crediticias más estrictas son el resultado natural de una política monetaria más estricta. Pero las tensiones bancarias que surgieron en marzo bien pueden conducir a un mayor endurecimiento de las condiciones crediticias", ha apuntado Powell, para quien el alcance de estos efectos sigue siendo incierto.