El gas ha subido un 1% un día después del cierre del paso del gas ruso a Europa a través de Ucrania después del fin del contrato entre Gazprom y la gasista ucraniana, que no se ha renovado porque el presidente Volodímir Zelenski se negaba a seguir financiando a Putin. Al cierre del mercado de referencia holandés TTF, a las 17 horas de la tarde, el precio del gas se acercaba a los 50 euros por megavatio hora y cerraba en 49,725, por los 48,8 con los que cerró el año.

No estaba tan cerca de los 50 desde noviembre de 2023, cuando bajó de esa barrera al caer de 50,6 euros a 45,8 en solo seis días (entre el 23 y el 29) para nunca volver a superar los 48 euros, que sí volvió a alcanzar en noviembre de 2024. En la víspera de Año Nuevo, antes del cierre del paso del gas a través de Ucrania, el precio subió un 4,8%. Ya encadenaba siete sesiones al alza desde el 19 de diciembre, cuando repuntó un 6,2%. 

El precio es un 33% superior a los 36,5 euros por megavatio hora con que arrancó el año pasado, tras una drástica caída en noviembre desde los 58 euros que llegó a alcanzar en octubre de 2023. En los últimos dos años, el precio ha tendido a caer desde los 71,45 euros por megavatio y hora con que empezó el año 2023, con un precio todavía muy marcado por la crisis energética derivada de la invasión rusa en Ucrania. 

Desde que Putin invadió Ucrania, la Unión Europea ha acelerado su transición energética hacia las renovables para conseguir una mayor autonomía energética, precios menores e intentar cumplir los planes de descarbonización. Aunque hay sectores que no por ahora no pueden operar con electricidad, el mayor peso de las renovables en el mix eléctrico ha servido para que disminuya la demanda de gas natural. 

Los analistas temen que el precio del gas seguirá subiendo, si bien el gas licuado ruso sigue llegando a Europa por vía marítima. "Bajo este escenario vemos riesgo de que los precios del gas natural continúen repuntando", señalan los analistas de Renta4 Banco a la agencia de noticias EFE. 

El Gobierno de Rusia acusó a Ucrania de querer beneficiar con el cierre del flujo gasístico a la economía estadounidense y aseguró que la economía europea será la principal perjudicada. 

El sistema de gasoductos permitía a Gazprom exportar gas a Austria, Hungría, Eslovaquia y Moldavia, este último el país más vulnerable a una posible crisis energética por falta de suministros, según han reportado las agencias internacionales. La Comisión Europea, por su parte, ha manifestado que el continente está preparado para esta situación y que contempla 4 vías alternativas. 

La primera es a través de Alemania mediante las terminales de Gas Natural Licuado (GNL) y el incremento de importaciones por tubería desde Noruega, Países Bajos y Bélgica, lo cual podría surtir de volúmenes adicionales a Austria, Chequia y Eslovaquia con infraestructuras ya existentes. 

La segunda ruta es el gas procedente de Estados Unidos y Ucrania desde Polonia a Eslovaquia y de ahí a los otros países centroeuropeos. 

La tercera alternativa es transportar gas de Italia a Austria y después a Eslovaquia y Eslovenia, siempre con capacidades actuales. 

Y por último, la ruta Trans-Balcánica, que permite transportar gas desde Grecia, Turquía y Rumanía hacia el norte y que puede nutrir no solo a los países citados sino también a la propia Ucrania y a Moldavia, con interconexiones ya existentes en Bulgaria, Rumanía, Grecia, Moldavia, Ucrania y Eslovaquia.