Los precios internacionales de los alimentos sigue a la baja. El índice de referencia de las materias primas alimentarias de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) disminuyó por duodécimo mes consecutivo en marzo, con un 2,1 % menos que en febrero, y un 20,5 % inferior al mismo mes de 2022, debido sobre todo a la caída de las cotizaciones mundiales de los cereales y los aceites vegetales. Este indicador, que mide el precio de alimentos básicos a nivel mundial, fue de los primeros en avisar del encarecimiento que se iba a producir en productos alimenticios de los países desarrollados, como consecuencia de la guerra de Ucrania motivada por la invasión rusa.
El índice de precios de cereales de la FAO disminuyó un 5,6 % respecto a febrero y el del trigo cayó un 7,1 %, empujados a la baja por una fuerte producción en Australia, mejores condiciones de cultivo en la Unión Europea, altos suministros de la Federación Rusa y exportaciones en curso de Ucrania desde sus puertos marítimos. "Los suministros, la demanda de importación moderada y la extensión de la Iniciativa del acuerdo del grano en el Mar Negro contribuyeron a la caída", explica el organismo. Mientras que los precios mundiales del maíz bajaron un 4,6 %, debido en parte a las expectativas de una cosecha récord en Brasil, los del arroz disminuyeron un 3,2 % en medio de las cosechas en curso o inminentes en los principales países exportadores, incluidos India, Vietnam y Tailandia.
En términos anuales, el coste de los cereales y de los aceites vegetales registran un ajuste de un 18,6% y de un 47,7%, respectivamente, según datos del organismo y tal como puede consultarse en el apartado Materias Primas de la sección Mercados de ON ECONOMIA
El buen comportamiento de los precios internacionales debería trasladarse a las economías domésticas, pero la FAO no li tiene tan claro. "Si bien los precios cayeron a nivel mundial, siguen siendo muy altos y continúan aumentando en los mercados nacionales, lo que plantea desafíos adicionales para la seguridad alimentaria", explica el organismo.
"Esto sucede sobre todo en los países en desarrollo importadores netos de alimentos, cuya situación se ve agravada por la depreciación de sus monedas frente al dólar estadounidense o el euro y la creciente carga de la deuda”, destacó Máximo Torero, economista jefe de la FAO.
El índice de precios de los productos lácteos de la FAO bajó un 0,8 % en marzo y un 10,7% interanual. El descenso de marzo obedeció a la bajada de las cotizaciones del queso y la leche en polvo, mientras que subieron los precios de la mantequilla.por el contrario. I el del azúcar aumentó un 1,5 % a partir de febrero hasta su nivel más alto desde octubre de 2016, lo que refleja la preocupación por la disminución de las perspectivas de producción en India, Tailandia y China, mientras que el de la carne subió ligeramente, un 0,5 % el mes pasado.
Producción mundial al alza
La FAO elevó su pronóstico sobre la producción mundial de trigo en 2023, cifrada actualmente en 786 millones de toneladas, lo que estaría un 1,3 % por debajo del nivel de 2022 y supondría la segunda producción más cuantiosa registrada. En Asia se prevé una superficie sembrada prácticamente sin precedentes, mientras que África del Norte y Europa meridional están viéndose afectadas por condiciones secas.
En el hemisferio sur, se prevé que la superficie sembrada y las perspectivas sobre la producción de maíz en el Brasil alcanzarán un máximo histórico, impulsadas por una demanda de exportaciones robusta. Las perspectivas acerca de los rendimientos también son buenas para Sudáfrica, que podría registrar su segunda cosecha más cuantiosa en 2023. Por el contrario, las prolongadas condiciones secas han afectado negativamente a los cultivos de maíz en la Argentina.