Esta semana, el Ministerio de Trabajo y Economía Social, que lidera Yolanda Díaz, ha decidido acelerar la aprobación de la reducción de la jornada legal, dando por finalizadas las negociaciones a dos bandas entre empresarios y sindicatos. Este lunes, se volvían a reunir después de que Trabajo remitiese un borrador de trabajo que modifica el artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores (ET) sobre jornada laboral. Pero, el  control de las horas extraordinarias y la posible ampliación del actual límite legal de 80 horas al año, sigue en el centro de las conversaciones. Un enroque que, según la EPA, solo afecta a 5 de cada 100 trabajadores asalariados (885.000) que declaran realizar horas extraordinarias semanalmente, de los que el 42% (377.000) no las cobran. Sin embargo, hay sectores donde el porcentaje de horas no remuneradas se dispara: los maestros no cobran el 91% de las horas extras que realizan; entre los empleados de finanzas y seguros, se deja de abonar el 82,5%; los trabajadores de suministro de la luz, el gas o el aire acondicionado, el 82,2% y en las actividades profesionales, científicas y técnicas, el 75%. El top-5 lo completan las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación), con un 66,2% de horas no remuneradas.

En total, esos 885.000 asalariados realizan 6,4 millones de horas extras cada semana, de las que 3,76 millones se abonan, bien en dinero o bien compensándolas con descanso, y las otras 2,64 millones se hacen sin compensación alguna. Luis Zarapuz, responsable del Gabinete económico de CC.OO., considera que la EPA no contabiliza lo que en el sindicato acuñan como la “prolongación de la jornada” de forma estructural. Ese tiempo que los trabajadores no consideran como horas extras, sino como el día a día, por lo que no lo declaran a los encuestadores del INE. “Consideran como horas extras, las cobren o no, un pico de trabajo puntual, como podría ser hacer un balance o algo parecido”, comenta Zarapuz. Aunque es difícil contabilizar cuanto supone este exceso de jornada estructural, que no se contabilizan como extraordinarias en la EPA, el Gabinete del sindicato ha calculado en un montante en horas a lo sí se declaran como horas extras: unos 850.000 asalariados, con algo más de 6 millones de horas a la semana.

En las conversaciones bilaterales, sindicatos y empresarios se han enzarzado en cómo solventar las horas extras. Los primeros insisten en que el primer paso debe ser establecer sistemas eficientes para medir las horas extras que realmente se realizan, con herramientas digitales y, después, abordar -como ha pedido la CEOE- un cambio del límite actual de las horas extraordinarias, que la norma española limita a 80 anuales, de los más bajos de Europa. Aquí las posiciones están distanciadas.

Más de las legales

Mari Cruz Vicente, la responsable de CC.OO. en la mesa de negociación, señala que “está claro que el número de horas extras que se realizan supera con creces las máximas legales y que no hay un control sobre las mismas”. Por eso, además de reducir la jornada legal, considera que “hay que mejorar el control horario, de forma que sea efectivo y que la RLPT (representación legal de las personas trabajadoras) tenga más fácil el acceso al control horario y, sobre todo, el acceso a la inspección de trabajo. Pero consideramos que no hay que ampliar, no favorecer las horas extras”, puntualiza.

Más flexibles se muestran UGT, dispuesto a elevar el límite legal, siempre que se garantice el control efectivo de la jornada que realmente realizan los trabajadores y que la hora extraordinaria se retribuya con un plus del 25%, es decir, el 125% de una hora estándar.

Sobre la postura de la CEOE y Cepyme en la mesa, los sindicatos y el Ministerio de Trabajo se quejan de que no han presentado sus demandas concretas. Las organizaciones empresariales nunca comentan las negociaciones, aunque fuentes empresariales contactadas por ON ECONOMIA, señalan que lo importante no es qué posición pueden defender respecto a las horas extras, sino la esencia misma de la negociación. Problemas de formato. Primero, porque el resultado ya está determinado, al marcar el Gobierno que la jornada debe bajar a 37,5 horas semanales el año próximo y a 38,5 este año y, segundo, porque decisiones como dar prioridad a los convenios colectivos autonómicos (exigido por el PNV) o plantear la reforma de la indemnización por despido, rompe el equilibrio alcanzado durante la reforma laboral. De hecho, ambos temas se valoraron y se decidió dejarlos fuera para conseguir el pacto. Los empresarios hablan de una “falta de confianza en las negociaciones, pues los acuerdos luego no se cumplen”.

Radiografía de las horas extras

Sectores con más trabajadores. Siguiendo los datos de la EPA, en valores absolutos, la industria manufacturera es la rama de actividad en la que más trabajadores realizan horas extras, 125.600 cada semana, aunque el 65% las cobran. Después, la venta y reparación de vehículos, con 106.100, también dentro de la legalidad, pues reciben compensación el 61%; tras ellas, la sanidad, con 95.000 asalariados, de los que el 65% tiene retribución por ellas; luego la educación, con 80.000 trabajadores, de los que tan solo el 13% ve algún dinero, y la quinta posición, con 70.000 personas, es la hostelería, donde solo 1 de cada 2 cobra por el exceso de jornada.

Sectores que más recurren a las horas extras. En términos porcentuales, en relación con el total de trabajadores de cada sector, en cabeza se pone el Suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado, ya que el 10,5% del colectivo laboral realiza cada semana horas extras. El suministro de agua, actividades de saneamiento, gestión de residuos y descontaminación se coloca en segunda posición, con un 6,8% de sus trabajadores; en actividades financieras y de seguros, el 6,7%; actividades profesionales, científicas y técnicas, el 6,6% y el quinto sector es el transporte y almacenamiento, donde el 6,3% de las plantillas hacen horas extras.

Sectores con más horas extras realizadas. Teniendo en cuenta que según la EPA se hacen semanalmente 6,4 millones de horas extraordinarias (el 41% sin compensación en dinero o tiempo), la sanidad se coloca en cabeza, con 1,1 millones cada semana; la industria manufacturera, 843.000 horas; la venta y reparación de vehículos, 627.000; transporte y logística 527.500 y el top-5 es para educación, con 514.500 horas extras cada semana.

Horas extras por trabajador. La EPA pone de manifiesto que los 300 millones de horas de más que se trabajan cada año en España (130.000 millones sin pagar), se concentran en muy pocos trabajadores, algo menos de 900.000. Lo que significa que los que alargan su jornada -cobrando o sin cobrar- hacen muchas horas de más. De media, 7,2 cada semana. Pero también aquí, las variaciones según ramas de actividad son abultadas. Los asalariados que hacen más horas extras son los de la industria de extracción, 18 horas semanales -más de 3 diarias-. En sanidad, aquellos que alargan la jornada, hacen 1,7 horas semanales de más; en transporte y logística, 8,5; los de actividades administrativas, 8 y 7,5 horas en las industrias extractivas.

Sectores que no pagan las horas extras. Como se señala más arriba, entre los cinco sectores más rácanos a la hora de abonar las horas, educación está a la cabeza, pues se quedan sin compensación el 91% de las extraordinarias y tras ella, finanzas y seguros; los trabajadores de suministro de la luz, el gas o el aire acondicionado; las actividades profesionales, científicas y técnicas y el top-5 lo completa las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación).

Sectores mejor pagadores. En el otro extremo, las industrias extractivas son las más cumplidoras, pues se abona el 97% de las horas extraordinarias; el suministro de agua, actividades de saneamiento, gestión de residuos y descontaminación, con el 95% compensadas; sanidad, 87%; las actividades administrativas, 78% y las inmobiliarias que pagan el 75% de las horas extras.

Zarapuz concluye que los sectores que legalizan las horas, compensándolas, son aquellos donde hay una mayor representación de los trabajadores, con pactos en los convenios colectivos y, las ilegales, las que se consideran más estructurales por los propios trabajadores, son oficios de “cuello blanco”, de cualificaciones superiores, con buenos salarios y contratos indefinidos. Igualmente, reseña, que las horas extraordinarias legales, las que se compensan, aumentan en épocas procíclicas, cuando hay menores niveles de desempleo y, por tanto, escasez de mano de obra. Entonces, las empresas compensan la falta de personal pagando horas extraordinarias. Algo que se está notando actualmente, con un repunte.