Un bloque entero de pisos residenciales situado en la calle de Tarragona de Barcelona está en proceso de convertirse en apartamentos turísticos. De hecho, un único propietario ha desafiado al Ayuntamiento de la capital catalana y se ha hecho con todo el bloque. Concretamente, con 120 viviendas, a pesar de que en 2014 el consistorio dejó de otorgar este tipo de licencias en Barcelona.

Según han comprobado algunos vecinos de la finca, algunos de los alojamientos ya se anuncian por internet a un precio de 200 euros por noche, aproximadamente, y ya hay pisos dotados con teclados para poner los códigos de acceso y preparados para empezar a recibir turistas. El resto, están totalmente blindados con puertas antiokupas para que nadie se meta en ellos. Además, a pesar de que todavía no han llegado los turistas, en la página web de los apartamentos ya hay reseñas falsas elogiando la comodidad de los alojamientos.

La empresa propietaria de la finca, Inmobiliaria Gallardo SL, tramitó la conversión en pisos turísticos cuando el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya anuló la primera versión del plan que limita el crecimiento de pisos turísticos en Barcelona (PEUAT). El consistorio no admitió aquellas nuevas licencias con el argumento de que había recurrido la sentencia ante el Tribunal Supremo y que la norma seguía en pie. Sin embargo, un juez ha acabado dándolas por válidas.

Expulsión de los vecinos

La adquisición de este edificio supone la expulsión inminente de los inquilinos que hay en los pisos y, según avanza RAC1, hay un vecino que tiene 80 años, familias con menores que deberán cambiar de escuela in extremis y otros vecinos que deberán buscarse la vida a contrarreloj. Desde la inmobiliaria alegan que “todo es legal” y que el negocio arrancará el mes que viene. Si el gran tenedor llena el bloque de turistas cada día, sacará seis veces más beneficio que con el alquiler de una familia.

Hasta mediados del año pasado, en el edificio de la calle Tarragona vivían unas 120 familias en régimen de alquiler y, de ellas, una veintena contaban y siguen contando aún con contratos de renta antigua (contrato firmado entre los años 1950 y 1985 y que se comercializan a un precio inferior al de mercado). Este es un colectivo formado, especialmente, por gente muy mayor. El resto disponían y disponen de contratos temporales.

De protección oficial a piso turístico

Durante dos décadas, este bloque del número 84 de la calle de Tarragona fue de protección oficial. Fue en 1972 cuando se levantó el edificio de doce plantas repartidas en tres escaleras con el objetivo de salir al mercado como vivienda promovida por la administración pública.

Por lo tanto, hace poco más de 50 años esa vivienda se comercializaba por unos 230 euros anuales y ahora vuelven a salir al mercado con la misma tarifa, pero diaria.