Aena vincula la construcción de la terminal satélite del aeropuerto del Prat con el alargamiento de una de sus pistas. Considera que esta nueva terminal, destinada a los pasajeros de largo radio, solo es viable si se facilita la operativa de los wide body, los aviones de grandes dimensiones que cubren estas rutas y que necesitan pistas más largas para despegar.
Si bien la Generalitat defiende la construcción de esta terminal satélite, se opone al alargamiento de la llamada "tercera pista" por sus afectaciones ambientales sobre los acuíferos de la Ricarda y el Remolar. En vez de esta obra, desde el Departament de Territori se propuso este jueves una modificación de la actual operativa de las dos pistas principales durante los meses de julio y agosto, desde las diez de la mañana a las dos del mediodía. En la actualidad, los aviones despegan por una de estas pistas y aterrizan por la otra. Con la modificación, cada pista funcionaría de manera independiente, para posibilitar despegues y aterrizajes, durante las mencionadas franjas.
Una fuente técnica de Aena apunta que si invierten "más de mil millones de euros" en la construcción de una nueva terminal y en su sistema de conexiones, se debe garantizar que no se verán limitados por las capacidades del campo aéreo por lo que respecta a la operativa de los vuelos de largo radio. Otro técnico añade que no se arriesgarán con un criterio de pistas independientes como el que plantea la Generalitat. Y subrayan que eso provocaría más ruido sobre los barrios próximos al aeropuerto. ON ECONOMIA también se ha dirigido a los portavoces oficiales de Aena, pero en este caso han evitado pronunciarse.
Sobre estas cuestiones, el especialista aeroportuario Òscar Oliver, que fue director comercial de Aeropuertos de Catalunya (2011-2017), considera que la última propuesta de la Generalitat "no es viable" porque incrementa la "huella acústica" sobre las áreas residenciales de Castelldefels, Gavà y, en menor medida, Viladecans. Recuerda que "estamos en el Mediterráneo, donde la gente vive en la calle, en las terrazas o en los patios" y que, a pesar de que se apliquen medidas de insonorización, "no se puede pretender que la gente se quede en casa, con las ventanas cerradas, en pleno verano", que es cuando se modificaría la operativa de pistas.
Oliver indica que se debería a incentivar las compañías aéreas para que operaran fuera de las franjas con más tráfico. En este sentido, apunta que la propuesta de la Generalitat reforzará lo contrario de lo que pretenden porque fomenta la estacionalidad y el low cost.
Lluís Moreno, presidente de la Comisión para la ampliación del aeropuerto del Prat creada a instancias de Foment del Treball, considera que es "una propuesta de mínimos, que está bien como inicio de negociaciones, pero que vemos insuficiente". Celebra que la Generalitat apoye la construcción de la terminal satélite y de sus conexiones, que supone una inversión de 1.300 millones de euros, pero advierte que si no se alarga una de las pistas "se perderá mucha carga de pago (billetes de avión o transporte de mercancías)". Y pregunta al Govern por los "centenares de millones de euros de ingresos anuales" que se perderán si no se alarga la pista para los vuelos de largo radio. Moreno es presidente de la Cámara de Contratistas de Catalunya y uno de los vicepresidentes de Foment.
Precisamente, en las propuestas que Foment ha hecho llegar este jueves a los partidos políticos catalanes de cara a las elecciones del 12 de mayo, la patronal de Josep Sánchez Llibre califica de "imprescindible" la ampliación del aeropuerto del Prat. También apuesta por mejorar la conectividad de los de Reus y Girona con Barcelona mediante el tren de alta velocidad, con el objetivo de atraer nuevas aerolíneas. Además, insta al gobierno central y a la Generalitat a responder "con un plan de gestión" el emplazamiento que formuló la Comisión Europea hace tres años sobre el futuro del Prat.
Jordi Clos, presidente del Gremio de Hoteles y de Barcelona Turismo, dijo que había leído dos veces las informaciones de la propuesta de la Generalitat y "todavía no sé cuál es la alternativa". En un coloquio en el Círculo Ecuestre, indicó que la ampliación es "básica" para "posicionar Barcelona en el mundo". Añadió que esta ampliación no es para que vengan más turistas, sino para atraer empresas internacionales, que buscan ciudades con conexiones directas y sin escalas.
El ingeniero Joaquim Coello, expresidente del Port de Barcelona y defensor de la propuesta de una nueva pista sobre el mar, sigue manteniendo que no será posible alargar ninguna de las actuales dos pistas paralelas: la más cercana al mar, por las actuales y futuras afectaciones en el Port de Barcelona, y la interior, por el ruido sobre las áreas habitadas y la presión vecinal. Sobre los planes de insonorización, recuerda que no es lo mismo pagar indemnizaciones en una localidad de rentas bajas como Barajas que en las urbanizaciones de Castelldefels o Gavà. Ante esta situación, sigue defendiendo una “solución atrevida” como sería construcción de una pista sobre el mar.
Posición de la Generalitat
La Generalitat reclama a Aena que ejecute la inversión de 1.700 millones de euros que había previsto para el aeropuerto del Prat, pero sin alargar ninguna pista. Esta obra de prolongación se presupuestó en 262 millones, un importe que proponen que se destine a actuaciones para reducir el impacto acústico en las viviendas más próximas.
Del plan de inversiones de 1700 millones de euros anunciado por Aena, aunque posteriormente retirado por falta de consenso, la Generalitat propone que se ejecuten las restantes partidas: 681 millones de euros para la nueva terminal satélite y plataforma de estacionamiento de aviones; 378 millones para las conexiones entre terminales, 152 millones para la reconfiguración interna de la T1, 192 millones para un nuevo edificio de aparcamientos y 39 millones para la mejora de la eficiencia operativa del campo de vuelos.
En cambio, reclaman que los 262 millones que Aena había previsto para el alargamiento de una de las pistas, se destine a un plan de mitigación del ruido. Plantean que no haya ninguna vivienda que soporte ruidos por encima de los 55 decibelios. En la presentación de la propuesta que se efectuó este jueves en la sede del Departamento de Territorio de la Generalitat, sus responsables defendieron la concesión de ayudas para insonorizar viviendas —como han realizado otros aeropuertos, incluido el de Barajas— o, incluso, adquirir las viviendas o compensar a sus propietarios.